De discurso a la verdad
Nora Rodríguez Aceves
A unos meses de que se lleve a cabo la reelección o la renovación de la Presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que hoy se encuentra bajo la dirección del doctor Raúl Plascencia Villanueva, el 5 de noviembre próximo, “si el reloj legislativo” no sufre contratiempo para llevar el proceso de selección en tiempo y forma, la realidad, la percepción, el sentir y las manifestaciones de inconformidad, de decepción, de enojo, incluso de desilusión, de muchos del sector de la sociedad civil contrasta con los discursos e informes del ombudsman, con los premios nacionales e internacionales, con las felicitaciones, halagos, abrazos, apapachos, pero sobretodo con la complacencia de algunos actores de la clase política mexicana.
De acuerdo a la Constitución Política, artículo 102, apartado B; y con la Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en su artículo 10: el pleno del Senado de la República o en su caso los integrantes de la Comisión Permanente son los responsables de la legalidad del procedimiento y quienes deberán elegir al presidente de la CNDH a más tardar 10 días hábiles antes de que concluya su periodo —de cinco años— el titular saliente.
En este caso tendrá que ser antes del 15 de noviembre próximo y, como lo marca la ley, puede ser reelecto por una sola vez en el puesto, es decir, Plascencia elegido para el periodo 2009-2014 puede aspirar a permanecer en “su encargo” por cinco años más, y tan es así que ya se empieza a manejar en algunos trascendidos y trabajos periodísticos su anhelo por permanecer como el titular de este órgano autónomo.
Sin embargo, la historia se repite como sucediera con el doctor José Luis Soberanes, presidente de la CNDH del 16 de noviembre de 1999 al 15 de noviembre de 2009, cargo del cual en 2005 cumplió su primer periodo siendo elegido para un segundo periodo, que concluyó en 2009, desde hace algunos meses las organizaciones de la sociedad civil, organismos no gubernamentales, personalidades defensoras de los derechos humanos, activistas, familiares de las víctimas, las propias víctimas, e incluso, algunos políticos conscientes de la situación de los derechos humanos en nuestro país han alzado la voz para reclamar “ser escuchados para dar su opinión sobre el procedimiento de elección, para dar su evaluación sobre los cinco años que están por concluir y para señalar el perfil de quién ha de ocupar el cargo durante el próximo periodo”.
Hay que mencionar que incluso, en ese entonces, se creó el Grupo Relevos 2009 formado por: Academia Mexicana de Derechos Humanos; Católicas por el Derecho a Decidir; Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, O. P.; Fundar, Centro de Análisis e Investigaciones; Grupo de Información en Reproducción Elegida; Propuesta Cívica y Salud Integral para la Mujeres.
Organizaciones cívicas y defensoras de los derechos humanos que al igual que en el pasado hoy también han hecho público su rechazo a la reelección de Plascencia, así como sus reclamos que van desde la exigencia de que el titular de la CNDH debe ser removido de su cargo por el desempeño pésimo, carente de seriedad, de imparcialidad, poco profesional, falto de credibilidad, hasta las acusaciones de ser un ombudsman intolerante, gris, al servicio del poder, pero principalmente insensible ante el sufrimiento o el dolor de las víctimas o de los familiares de las víctimas.
Actuación omisa y facciosa: Mejía Berdeja
Ricardo Mejía Berdeja, vicecoordinador de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, señala que el desempeño que ha tenido el titular de la CNDH, “ha dejado mucho que desear. Ha actuado de manera omisa en varios temas, no ha fijado postura sobre temas que tienen que ver con la violación de derechos humanos, ha sido también faccioso para, por un lado, actuar de una manera cuando están sus intereses envueltos; y por otro lado, muy complaciente en otros casos”.
La visión del ombudsman “es recitar cifras cuando el tema de los derechos humanos es un tema de personas que viven situaciones delicadas, complejas y que cada caso merece una atención especial. Con un sólo caso en materia de derechos que sea atendido de mala manera por parte de la CNDH, esto deja mucho que desear de su labor”.
Cifras
Aunque hay quienes opinan diferente en cuanto al desempeño de Plascencia, y para muestra basta recordar la reunión de trabajo, el pasado 20 de mayo, con los senadores integrantes de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Alta, en donde el ombudsman recitó toda una lista de cifras, por ejemplo, en relación con el tema de las personas reportadas como desaparecidas señaló que “del año 2005 a la fecha, se han emitido 12 recomendaciones y se tiene registro de 24 mil 800 personas cuyo paradero se desconoce, esto es, no se encuentra localizable. Existe el dato de dos mil 610 casos, en los cuales en 612 de ellos existe la presunción de intervención de agentes del Estado mexicano en la desaparición de estas personas; 267 en donde hay indicios de que intervinieron elementos o personas miembros de la delincuencia organizada; mil 424 casos, en los cuales no hay indicios claros de intervención de autoridad federal, o bien, delincuencias organizada, pero tampoco se podría descartar esa circunstancia por el modus operandi identificado; y, en 308 casos, hay una investigación en donde están involucrados migrantes en condiciones de desaparecidos”.
En el tema de los periodistas, “se radicaron 70 casos por agravios cometidos en contra de periodistas o comunicadores. En cuanto a defensores de derechos humanos, fueron 55 las quejas que se iniciaron durante el año pasado”.
Plascencia concluyó su intervención afirmando que “la autonomía constitucional es un atributo indispensable para el buen desempeño de las funciones que tenemos encomendados. Esto nos permite actuar alejados de cualquier compromiso que no sea el respeto a los derechos humanos en México, el respeto a la Constitución, a los instrumentos internacionales y el respeto a la ley”.
Marco jurídico, discursos oficiales y declaraciones que contrastan muchas veces con la triste realidad que día a día viven todos aquellos ciudadanos que enfrentan algún tipo de violación a sus derechos y libertades, que son víctimas de todo tipo de violencia por parte de las autoridades, de los funcionarios públicos, del narcotráfico, del crimen organizado, de la discriminación, de la guerra sin cuartel contra la inseguridad. Una justicia que en ocasiones, aunque tarde, llega, pero en la mayoría de los casos no termina de llegar porque en las instancias encargadas tanto a nivel federal como a nivel estatal siempre hay intereses políticos, económicos y sociales que les obstruye el camino hacia la aplicación de “todo el peso de la ley”.
Lo que pasa, explica el Estudio situación de la democracia en México y los expertos en materia de defensa de los derechos humanos de los ciudadanos, tanto las comisiones estatales como la CNDH “no han alcanzado total autonomía ni plena independencia de los órganos políticos locales y nacionales, que tienden a influir en la elección de su titular, así como en su actuación, lo que restringe en alguna medida sus posibilidades de investigar a fondo las denuncias; por añadidura, no pueden imponer sanciones, sino sólo emitir recomendaciones de cumplimiento voluntario por las instancias a que van dirigidas”.
Decepcionante: Nancy López
Nancy López, coordinadora del Área de Defensa de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos lamenta que así sea, pero “como se ve en las recomendaciones y como se está viendo el trabajo de la CNDH pareciera que sí es un tema más político que en pro de la defensa de los derechos de las víctimas”.
Haciendo una evaluación sobre el desempeño que ha tenido Plascencia al frente de la CNDH lo que se puede decir es que es “decepcionante, atendiendo que en México ahorita se están viviendo violaciones mayores y sistemáticas a los derechos humanos de la población. Estamos muy desilusionados porque es un tema en el cual uno esperaría que el papel del ombudsman fuera un papel mucho más enérgico, de un señalamiento mucho más puntual a las autoridades responsables de violaciones a derechos humanos; y el papel que ha hecho desgraciadamente el presidente de la CNDH no ha sido el que debiera de realizarse sino es una participación y un papel muy parcial. Requerimos de una institución transparente, una institución imparcial que realmente esté realizando y realice su trabajo como debe de ser, como está en los mandatos legales y constitucionales”.
Rechazo a su reelección
En este sentido, Mejía recuerda que “el 29 de enero pasado le hice entrega a Plascencia de una carta que reseñaba de manera pormenorizada 10 cuestionamientos que muestran su comportamiento contrario a la ética, la imparcialidad y el profesionalismo que lo descalifican para cumplir con honestidad con el nombramiento que hizo el Senado en noviembre de 2009”.
El diputado federal menciona los casos relacionados con “la UNAM; Florence Cassez; la masacre de San Fernando; Genaro Góngora Pimentel; los desalojos; la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa; en todos estos casos y otros, Plascencia no dice nada cuando debiera de oficio emitir una opinión; no quiere incomodar al poder”.
Al final del día, no hay realmente una rendición de cuentas, no hay transparencia, es decir, también está “el tema del ejercicio de los recursos, que publica tarde los informes, que vive en una esfera de confort y, finalmente, es un organismo que le debe servir al país no a una camarilla, no a un grupúsculo que han errado con este tema”.
Los defensores de los derechos humanos coinciden en que están y “somos de la idea que la CNDH tiene una finalidad muy clara y muy precisa que es señalar enérgicamente las violaciones”, y señalan que “el trabajo que ha realizado el ombudsman no se ha visto reflejado en ese sentido, por el contrario, hay autoridades que se han visto favorecidas por la participación de la CNDH”.
Por lo tanto, es “evidente que la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos no está a favor de la reelección del ombudsman Plascencia, porque lo que queremos es una comisión que señale, una comisión que haga su trabajo y que al final del día sí pueda ser una esperanza para las víctimas de violaciones a derechos humanos”.
Columnistas
De cara a la elección para renovar la presidencia de la CNDH, hay rumores y trascendidos en los diarios de circulación nacional, además de que en el interior de los grupos, organizaciones o entre los activistas defensores de los derechos humanos se comenta ya de las aspiraciones de Plascencia por permanecer en el cargo cinco años más y para lo cual “está trabajando ya paseándose por los pasillos del Senado de la República”.
De acuerdo a la columna “Teléfono Rojo” de José Ureña, publicada el 26 de agosto, “el ombudsman Raúl Plascencia anda desesperado. Trata de emitir recomendaciones espectaculares, se mueve a diestra y siniestra, visita escenarios de supuestos delitos, promueve contratos publicitarios con medios impresos y electrónicos para su beneficio, acelera investigaciones…”
Aun cuando, “tiene sus promotores, pues ahí están, por ejemplo en el Senado, su comadre Mariana Gómez del Campo y Pablo Escudero. La exdirigente del PAN en el Distrito Federal es influyente en su bancada, y el segundo, amén de su trabajo en el PVEM, puede incidir en el PRI. Con estas tres fuerzas podría asegurar su reelección”.
Aquí cabe recordar la nota “Regala José Luis Soberanes puestos en la CNDH, de la Agencia Reforma/México, D. F., publicada en el portal de El Siglo de Torreón.com.mx, el 3 de noviembre de 2009, ya que en ella se lee que “además de manera cuantiosos recursos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha operado en los últimos años como agencia de colocación para personalidades políticas y sus familiares”.
“En el organismo han laborado en los últimos años Sylvana Beltrones, hija del senador Manlio Fabio Beltrones, quien fue visitadora adjunta de la Quinta Visitaduría; y Pablo Escudero, yerno del priista. Quien se desempeñó como oficial mayor y hoy es diputado plurinominal por el Partido Verde”, señala la nota periodística publicada hace casi cinco años.
Además, agrega que “como director adjunto de área de la Secretaría Técnica del Consejo Consultivo labora Antonio Gómez del Campo Gurza, hermano de la dirigente del PAN en el DF, Mariana Gómez del Campo, y sobrino de la senadora Teresa Ortuño Gurza, integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Senado”.
La Agencia Reforma va más allá y apunta que “José de Jesús Gudiño, quien se desempeña como visitador adjunto de la Primera Visitaduría, es hijo del ministro José de Jesús Gudiño y María Cristina Góngora Pimentel, subdirectora de área de la Quinta Visitaduría…”
Los aspirantes
De ahí que cuando Plascencia fue electo para ocupar la presidencia de la CNDH a partir del 16 de noviembre de 2014 y hasta el 15 de noviembre de 2014 con la posibilidad de una reelección, se dijo que era el delfín de José Luis Soberanes, quien estaba muy interesado en que quedara alguien de su entera confianza, perteneciente a su grupo, porque de llegar alguien ajeno tal vez tuviera “la ocurrencia de auditar su administración”.
Frente a este contexto, el diputado Mejía asegura que es “precisamente por esa razón que la presión y el cambio deben de impulsarse desde la sociedad civil, desde los organismos nacionales e incluso internacionales de derechos humanos, porque no es un tema de cuotas, ése es el problema. Que ese tipo de órganos constitucionales autónomos se ven como parte del reparto faccioso de cuotas partidistas y por eso mismo Plascencia ha sido tan tibio en muchos casos”.
No obstante, aunque no ha llegado el momento de ventilar nombres en los trascendidos de los diarios empiezan ya a manejarse quiénes son los aspirantes: en primerísimo lugar, Plascencia, actual ombudsman; Luis Raúl González Pérez, exvisitador de la CNDH y actual abogado general de la UNAM; Mauricio Farah Gebara, exvisitador de la CNDH y actual secretario general de la Cámara de Diputados; Carlos Pérez Vázquez, coordinador de Derechos Humanos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; así como Ricardo Bucio, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.

