Para evitar más sufrimiento, una mujer de 29 años con cáncer terminal decidió que se quitará la vida el próximo 1 de noviembre, por lo que visitó recientemente el Gran Cañón de Colorado, uno de los últimos lugares que deseaba conocer antes de irse.
Brittany Maynard, quien se casó en enero pasado, fue diagnosticada con un tumor cerebral que le quitaría la vida en 14 meses con intensos dolores con forme al avance del tumor, además de nausea, vómito, debilidad y desmayos
En un video donde explicaba los motivos por los cuales deseaba morir “de una forma digna”, y que fue difundido por muchos medios en Estados Unidos en semanas pasadas, la mujer dijo que al menos esperaba poder visitar el Gran Cañón antes de morir.
El pasado viernes, Brittany reveló en su sitio de internet que pudo viajar desde Oregon a Arizona con su esposo y sus padres, “gracias a la generosidad de los estadounidenses” que colaboraron para cumplir su sueño.
La mujer, que compartió imágenes del gran cañón donde besa a su esposo Dan, y abraza a sus padres, escribió “el Cañón fue impresionante y hermoso, y pude disfrutar mi tiempo en las dos cosas que más amo: mi familia y la naturaleza”.
Un día después de su experiencia, Brittany reveló que sufrió su peor convulsión hasta ahora, la cual la dejó paralizada y cansada por el resto del día, “la convulsión fue un duro recordatorio de que mis síntomas continúan empeorando mientras el tumor sigue avanzando”, escribió.
La mujer terminó su publicación al afirmar que encontró significado en su batalla para que otros condados de Estados Unidos implementen leyes a favor de una muerte digna, tal cual lo hace Oregon y otros cuatro estados.
“Mi sueño es que cualquier estadounidense con una enfermedad terminal tenga acceso a una opción para morir en sus propios términos con dignidad”, expresó, “por favor tomen un rol activo para hacer esto realidad”.
El pasado 1 de enero, cuando aún era recién casada, su mundo cambió en segundos cuando fue diagnosticada con un astrocitoma de grado dos, una forma severa de tumor cerebral; los doctores le habían asegurado que viviría unos 10 años, sin embargo no fue así.
A pesar de una cirugía, su prognosis tomó un giro meses después: el cáncer progresó hacia un glioblastoma multiforme (GBM) de nivel 4, la forma más mortífera de cáncer.
Brittany y toda su familia se mudaron a Portland luego de que le dieran su diagnóstico, ahí desde 1997 se aprobó una ley que permite morir “con dignidad”. Desde entonces, 752 personas la han utilizado para terminar con sus vidas mediante prescripción médica.
Ella espera decir adiós a la vida el próximo sábado, rodeada de su familia y con su música favorita de fondo.
(Con información de Excélsior)