Tremendos crujidos
Marco Antonio Aguilar Cortés
“Está haciendo agua el barco”, es una expresión de marineros; pero, para quienes vivimos tierra adentro la frase utilizada es: “Tremendos crujidos se escuchan en el suelo”.
Ambos señalamientos alertan ante el peligro; el que se acrecienta cuando nuestros gobernantes toman sólo medidas de inmediatez, desdeñando los efectos que su conducta urgente produce en el horizonte de la vida nacional, y en la existencia de cada mexicano.
Observemos que nuestros gobernantes, salvo casos singulares, están llenos de confusión y contradicciones, y quedan sorprendidos al estallar las decisiones erróneas tomadas hace años por el propio poder público.
Hace unos días, el presidente Enrique Peña Nieto exigió al gobierno de Guerrero, de manera contundente, que asumiera su responsabilidad en el caso de Iguala; y, ahora, la PGR atrae sin más el caso a la jurisdicción federal. ¡Claro!, por la inmediatez de haber encontrado fosas clandestinas con cadáveres.
¿Y el sistema jurídico qué dispone sobre las competencias? Si fuese federal, por crimen organizado, significaría que toda la responsabilidad de falta de previsión la tiene el gobierno de la República. ¿Y el gobierno de esa entidad federativa?, el que hasta el momento sigue con indagaciones penales encabezadas, según notas de prensa, por el procurador y el gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Pero hay más aporías y más enredos. Tenemos el anuncio amenazante de algunos diputados federales que enfocarán sus baterías, respecto al problema reciente del Instituto Politécnico Nacional, sobre el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, con el ánimo de hacerle alguna travesura, de la cual tendremos noticia al ser publicado este artículo que entrego hoy 7 de octubre.
¿Por qué amenazar legislativamente bajo el aspecto de la inmediatez ahora, cuando el fondo del conflicto de IPN se encuentra estrechamente vinculado con la política educativa que se está perfilando a partir de las recientes reformas constitucionales en esta materia?
A todo lo solicitado por los estudiantes del IPN en el pliego que recibió el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong se contestó que sí por parte del gobierno federal, lo que significa que el reglamento que se pretendía aplicar a esa institución técnica de nivel superior fue elaborado con una inmediatez sin fundamento ni motivo. Esperemos que la respuesta obsequiosa del gobierno no vaya a carecer de lo mismo.
Debemos sumar, a nuestras contradicciones por la inmediatez y a la falta de capacidad para observar más allá de nuestras narices, la multitud de tumbas clandestinas por doquier, lo que nos presenta ante el mundo como un territorio sembrado de sepulcros ilícitos.
Si obtenemos el número de encarcelados de 14 años a la fecha, datos publicitados en medios, México aparece como una gran prisión.
