Reelecta este domingo para un segundo mandato de cuatro años, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff, llamó a la paz, la unión y el diálogo y dijo que cimentará relaciones con sus detractores para “cambiar” el país.
“Mis primeras palabras son de un llamado a la paz y la unión”, aseguró tras ganar en segunda vuelta las elecciones a la presidencia de Brasil con el 51.45 por ciento de los votos frente al socialdemócrata Aécio Neves sumó el 48.55 por ciento, de acuerdo con el recuento del 98 por ciento de los sufragios.
En su discurso dijo que su máxima prioridad en su segundo mandato será la reforma política, por lo que se comprometió a trabajar con el Congreso para enfrentar los cambios que exige Brasil, el quinto país más grande del mundo, y reiteró su compromiso con la disciplina fiscal y el control de la inflación.
Según el Tribunal Superior Electoral (TSE) no hay más posibilidades de que se revierta el resultado, “elección matemáticamente definida para este cargo: candidato matemáticamente electo”, informó el sistema en línea de conteo de votos.
La victoria de la mandataria implica otros cuatro años de gobierno para el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff; partido que ha ocupado la presidencia desde 2003 y que prácticamente ha transformado a Brasil, sacando a 40 millones de personas de la pobreza, reduciendo el desempleo hasta mínimos históricos y con grandes avances contra el hambre aunque sigue siendo uno de los países con mayor desigualdad del mundo.
Sin embargo, en los últimos tiempos la imagen del partido había cambiado. La economía se desaceleró bajo la dirección de Rousseff por sus políticas duras e impredecibles que, junto con el panorama internacional menos favorable, hicieron ver el crecimiento de la década pasada como un recuerdo alejado.
Numerosos escándalos de corrupción, una inflación elevada y la frustración por lo precario de los servicios públicos llevaron a muchos a considerar a Neves, que tenía una agenda más amigable con el sector privado.
La campaña de Rousseff respondió con advertencias a los votantes, principalmente a los más pobres, de que un voto por el PSDB implicaría volver al Brasil más desigual y menos compasivo de los noventas, argumento que Neves negó, pero que terminó por convencer.
Ante la victoria electoral de Dilma Rousseff mandatarios de naciones de todo el mundo felicitaron este lunes a la presidenta brasileña, el presidente estadounidense, Barack Obama, congratuló a Rousseff y llamó a reforzar los vínculos con este país, “un importante aliado de Estados Unidos”.
Además, expresó el deseo de conversar con la mandataria sobre las posibilidades de “reforzar la colaboración” para la seguridad mundial y el respeto de los derechos humanos y profundizar la cooperación bilateral en sectores como la educación, la energía e incluso el comercio.
La Unión Europea felicitó también a Rousseff, a través de un comunicado, por su reelección y le deseó “todo el éxito en el cumplimiento de la misión que le confió el pueblo”.
Su reelección “constituye una oportunidad única para consolidar la inequívoca trayectoria de construcción democrática y de inclusión social en Brasil”, indicaron el presidente del Consejo, Heman Van Rompuy, y de la Comisión, José Manuel Durao Barroso; la UE y Brasil “comparten los mismos valores democráticos y las mismas aspiraciones de libertad, prosperidad, solidaridad y paz”.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin congratuló a la presidenta brasileña al elogiar sus esfuerzos en favor de la cooperación entre los dos países, anunció el Kremlin, “saludó la atención otorgada por la presidenta brasileña a la asociación estratégica ruso-brasileña y reiteró su voluntad de continuar un diálogo constructivo y una colaboración activa” con Brasil.
Asimismo, el presidente Enrique Peña Nieto felicitó a Rousseff por su victoria a través de su cuenta de Twitter, “felicito a la Presidenta @Dilmabr por su triunfo en las elecciones que se realizaron hoy en el hermano país de Brasil”.
En picada mercados financieros
Los mercados financieros de Brasil iban en picada este lunes, debido a que la reelección de la presidenta Dilma Rousseff anuló las expectativas que tenían los inversionistas de un cambio en las políticas económicas del país.
Aunque el mercado podría reanimarse si la mandataria da señales de que ajustará sus medidas para impulsar a la economía brasileña, como sugirió en el discurso que pronunció luego ser declarada ganadora en la elección del domingo.
“Brasil decepcionó a los inversionistas cuando reinstaló a la actual mandataria, Dilma Rousseff, en el sillón presidencial”, dijo el gestor de fondos de inversión Schroders en una nota a clientes, “las esperanzas de una reforma que resuelva los problemas económicos estructurales de Brasil se han desvanecido, si no destruido”.
Con la elección ya cerrada, la apertura del lunes mostró una fuerte caída en el índice referencial Bovespa, que llegó a perder más de un seis por ciento en los primeros minutos de la sesión; posteriormente, el índice recortó sus pérdidas a 3.24 por ciento pero seguía en camino a registrar su peor desempeño desde agosto de 2008.
La cambiante campaña electoral provocó fuertes altibajos en los mercados financieros de Brasil, con avances cada vez que Rousseff caía en las encuestas y declives cuando la mandataria tomaba la delantera.
Las políticas económicas de Rousseff han sido muy criticadas por los inversionistas, que dicen empujaron a Brasil a una recesión, y dañaron a firmas estatales como Petrobras y Banco do Brasil.
Las acciones de Petrobras se desplomaron un 14 por ciento en la Bolsa de Sao Paulo, mientras que sus ADR llegaron a caer más de un 15 por ciento; previamente, los papeles de la petrolera que cotizan en Fráncfort se hundieron más de un 15 por ciento.
La baja afectó también a los costos de asegurar la deuda brasileña en el mercado de CDS. Datos de Markit mostraron que los CDS para las notas a cinco años subieron 10 puntos básicos desde su nivel de cierre del viernes a 172 puntos básicos.
En el mercado cambiario, el real se depreciaba un 2.71 por ciento a 2.5254 unidades por dólar. Más temprano, la divisa llegó a debilitarse hasta un 4 por ciento. La moneda local retrocedió frente al dólar, pese al apoyo de un programa de swaps cambiarios del banco central brasileño.
Analistas afirman que cualquier alivio en las pérdidas en las próximas sesiones sería motivado por compras de oportunidad; también se podría ver una recuperación si el mercado percibe señales de políticas más flexibles y según los nombramientos del Gabinete de Rousseff.
“El camino actual no se sostendrá sin un gran ajuste de la composición de política, pero en el corto plazo, mientras los mercados estén dispuestos a financiar a Brasil, este escenario de estanflación podría mantenerse por algunos trimestres más”, dijo Arthur Carvalho, economista de Morgan Stanley.
“Desafortunadamente, también consideramos que si el gobierno evade las decisiones difíciles, el recorte a la calificación de crédito soberano llegará en algún momento de los próximos 18 meses, creando un nuevo conjunto de desafíos para Brasil”.
