A lo largo de su campaña, la presidenta y candidata a la reelección de Brasil, Dilma Rousseff, y su adversario en las urnas del próximo domingo, Aécio Neves, han sido poco claros en lo que se refiere a su propuesta de gobierno pero han revelado coincidencias en varios aspectos, entre ellos el mantenimiento de las políticas sociales.
Las principales diferencias se refieren a la forma de enfrentar los problemas económicos que atraviesa el país, como la inflación en aumento y la desaceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
Una de sus propuestas más fuertes se centra en la inflación. Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), defiende una “total autonomía” del Banco Central para hacer “lo que sea necesario” y controlar la inflación, “Si se considera que hay que subir la tasa de interés para contener la inflación, hay que hacerlo. No puede haber interferencia política”.
Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), asegura que la autoridad monetaria debe tener “autonomía operativa” para alcanzar la meta de inflación de 4.5 por ciento anual -con margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, hacia arriba o hacia abajo-, pero que tiene que estar vinculada con los objetivos de la política económica del gobierno.
En cuanto al salario mínimo, Rousseff defiende que se mantenga el actual régimen de conceder aumentos reales para el salario mínimo -equivalente a unos 294 dólares por mes- que se aumenta según la inflación acumulada en el año anterior sumada al índice de crecimiento registrado dos años antes.
Neves, por su parte, prometió mantener la política de aumentos reales para el salario mínimo, a la que pretende agregar “un aumento especial para los jubilados”, con base en el alza en los precios de los medicamentos.
En relación a temas de salud, Rousseff ha prometido mantener el polémico programa Más Médicos, que atrajo a Brasil a 14 mil facultativos extranjeros, en su mayoría cubanos, para trabajar en 3 mil 700 ciudades donde es más precario el sistema de salud; actualmente, este programa beneficia a unos 50 millones de brasileños, según el gobierno.
Neves, quien fue un duro opositor del programa, desea “reformar” el programa Más Médicos y establecer “nuevas normas”, para impedir que parte del salario pagado a los médicos cubanos sea transferido directamente al gobierno de La Habana.
Sobre la educación, la Presidenta afirma que las inversiones públicas en ese rubro aumentarán significativamente con la aprobación del Congreso, el año pasado, del proyecto del gobierno que destina a ese sector 75 por ciento de los beneficios obtenidos con la explotación de los yacimientos de petróleo descubiertos en aguas ultraprofundas de la llamada capa pre-sal.
Neves, propone crear una ayuda financiera oficial equivalente a un salario mínimo por mes para los jóvenes que abandonaron la escuela y decidan volver a estudiar.
Toma la delantera Rousseff
Mientras que en seguridad pública, la mandataria se comprometió a ampliar a todo el país el sistema coordinado de seguridad pública utilizado con éxito en Brasil durante el Mundial de Futbol de este año, y propone cambiar la Constitución para ampliar el poder del gobierno federal para actuar en el área de seguridad pública, que hoy es una tarea casi exclusiva de los estados federados.
Neves promete una política “efectiva” de control de las fronteras para controlar el ingreso en el país de armas y drogas, y que pasará a “presionar” a los países productores de drogas.
A poco menos de 48 horas para el encuentro decisivo en los comicios, Dilma Rousseff, candidata a la reelección, logró posicionarse frente a Aécio Neves considerablemente, con lo que ahora la actual mandataria cuenta con 54 por ciento de la intención de voto, contra 46 por ciento de su adversario, de acuerdo con Ibope; y 53 contra 47 por ciento, según Datafolha.
De cierta manera, era algo esperado: esta mañana el sector más interesado en las oscilaciones electorales, el mercado financiero, mostraba que la Bolsa de Valores se desplomaba del dólar frente al real; el dólar se elevó 1.35 por ciento frente al real, alcanzando su mayor valor desde mayo de 2005, y la Bolsa cayó 3.24 por ciento, y acumula una pérdida de 1.5 por ciento en lo que va del año.
Dentro de sus respectivos comités de campaña, los dos candidatos ya habían detectado que el impulso experimentado por Aécio Neves perdió fuerza, mientras Dilma Rousseff vive un movimiento inverso, con crecimiento firme y paulatino; conocidos los números, Neves prefirió decir que no confía en los sondeos mientras Rousseff dijo que los resultados confirman lo que se siente en las calles.