El 15 por ciento de la población mundial, alrededor de dos mil 200 millones de personas, es vulnerable a la pobreza multidimensional o está dentro de ella, informó este lunes el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La administradora adjunta del PNUD, María Eugenia Casar, presentó el Informe de Desarrollo Humano 2014 sobre la vulnerabilidad y resiliencia, y destacó que en estos años hay una reducción global del ritmo de crecimiento de desarrollo.
Acompañada del secretario general de Cooperación Internacional para el Desarrollo del gobierno español, Gonzalo Robles, indicó que deben considerarse las crisis económicas, sanitarias, políticas, sociales y desastres naturales como factores que inciden en esa desaceleración.
En el encuentro en la sede de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Casar insistió que “desde el inicio de la crisis económica mundial, en 2008, se ven reducciones en el Índice de Desarrollo Humano, y en todos los grupos ha habido desaceleración”.
El 12% de la población mundial padece hambre. Mil 200 millones de personas viven con 1.25 dólares o menos al día; hay 200 millones de personas sin empleo (30 millones más desde que inició la crisis económica).
Casar estimó que 232 millones de personas viven fuera de sus países en situación de vulnerabilidad, mil millones padecen discapacidad, y 85 fortunas tiene una riqueza que equivale a lo que tienen tres mil 500 millones de pobres.
Según el informe “Sostener el progreso: reducir vulnerabilidades y construir resiliencia”, casi mil 500 millones de personas, de 91 países en desarrollo, viven en situación de pobreza multidimensional con carencias concurrentes en salud, educación y nivel de vida.
“Aunque la pobreza está disminuyendo, casi 800 millones de personas se enfrentan al riesgo de volver a caer en ella por causa de alguna crisis o adversidad”, señaló el documento.
La administradora adjunta hizo referencia a la vulnerabilidad iniciada en la infancia, etapa de la vida en que de haber “negligencia en el cuidado” afecta el futuro, por lo que se pide a los gobiernos invertir en los ciclos de vida.
Respecto a la construcción de resiliencia -la capacidad para afrontar y superar las adversidades-, dijo que existe una necesidad de políticas para atención de esos ciclos claves de vida, especialmente la infancia, la inserción laboral y el retiro de personas mayores.
También sugirió promover el pleno empleo, su dignificación y protección; adoptar un enfoque de inclusión social para cerrar brechas estructurales, además de fortalecer la protección social desde la perspectiva integral ante adversidades.
Destacó que hay áreas en donde las decisiones tienen que ser globales, complementarias de las nacionales, para no incidir en la escasez de bienes públicos mundiales, como el impacto del cambio climático, la gobernanza financiera.
“Se estima que la falta de acción incide en el aumento del cambio climático, las crisis financieras y el desempleo masivo”, expresó, “La conclusión de todo esto es cómo encaminarse al progreso resiliente. La necesidad de un mayor equilibrio entre intereses públicos y privados. Necesitamos algo más que los mercados, hay que centrarse en la persona, y proteger logros ante vulnerabilidades”.