El 2014 ha traído consigo festejos y conmemoraciones importantes para el mundo cultural. Los natalicios de escritores y poetas como Octavio Paz y Julio Cortázar son algunos de los sucesos que han sido generadores de encuentros literarios que han marcado el calendario de este año.

Siguiendo con la línea centenaria de letrados mexicanos, llega el turno al duranguense José Maximiliano Sánchez Revueltas (1914- 1976). Además de escritor, estuvo inmerso en la construcción ideológica marxista y en el activismo político.

Fue parte de una importante familia artística, que incluyó a sus hermanos Silvestre Revueltas (compositor), Fermín Revueltas (pintor) y Rosaura Revueltas (actriz).

Estuvo en prisión muchas veces por su activismo político, desde siendo casi un niño (a los 14-15 años) y aún era menor de edad cuando lo enviaron por primera vez a la cárcel de máxima seguridad en ese entonces: las Islas Marías. Participó en el Movimiento Ferrocarrilero en 1958, donde también lo apresaron.

 

En 1968, fue acusado de ser el ‘autor intelectual’ del movimiento estudiantil de México que culminó con la Matanza de Tlatelolco, por lo cual lo apresaron y enviaron a la cárcel de Lecumberri (El Palacio Negro), lugar desde el cual escribió una de sus más refinadas novelas: El Apando.
Una vez concluida su condena y con problemas de salud se dedicó a dictar conferencias, impartir clases de cine en Estados Unidos, ofrecer entrevistas, y lo más importante de todo, a seguir escribiendo. La recopilación de cuentos “Material de los sueños” ofrece un caleidoscopio de lo más variados temas, que abordan profundamente, la condición humana desde la particular perspectiva de éste exquisito autor, quien obtuvo el Premio Nacional de Literatura en los años sesenta.

 

José Revueltas fue un revolucionario a partir de sí mismo, pues practicó la que luego sería su propuesta pedagógica más importante: la Autogestión Académica, producto de su propia forma de estudiar la realidad mediante el conocimiento teórico que proporciona la lectura. Para lo cual se salió de la escuela secundaria porque iban muy lento y se dedicó, desde entonces, a visitar bibliotecas y adquirir libros. Fue un hombre integral con muchas facetas, comprometido con las necesidades del proletariado, del pueblo, se dedicó en todos los frentes en los que participó a la tarea de socializar y politizar a la sociedad, tarea ésta, revolucionaria. Se valió de la literatura, el guión cinematográfico, la academia, la participación partidaria y la calle para promover su proyecto.
Perteneció al Partido Comunista Mexicano, pero fue expulsado unos quince años después por sus críticas a las prácticas burocráticas del organismo y por uno de los mejores análisis de la izquierda en México: Ensayo de un proletariado sin cabeza. Fundó la Liga Espartaquista y el Partido Popular Socialísta (PPS), de donde también fue expulsado por cuestionar y criticar los errores de la izquierda.
Falleció el 14 de abril de 1976: en el mismo año en que la cárcel de Lecumberri es cerrada luego de más de 104 años de funciones como penal metropolitano. Así fue la vida de José Revueltas, dedicada a abrir y cerrar ciclos importantes en la vida cultural del próspero y lejano México de los años setenta.

 

Hoy por hoy, Revueltas es la gran referencia en la literatura mexicana, un ídolo para los jóvenes, considerado el personaje más citado, el intelectual que estuvo siempre dispuesto a jugarse la vida por lo que creía y, sobre todo, por los demás.