Opositores y representantes del régimen provisional en Burkina Faso acordaron este miércoles una transición política a partir de ahora y hasta noviembre de 2015, fecha en la que se llevarán a cabo elecciones, señaló un comunicado oficial de la reunión.

Sin embargo, los negociadores no hallaron el nombre de un líder de consenso para dirigir esa transición; el acuerdo, negociado con la mediación del presidente de Ghana, Senegal y Nigeria, estipula la creación de “un gobierno de transición durante un periodo de un año” y “organizar elecciones presidenciales y legislativas” en noviembre del año que viene.

En días anteriores, después de que el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, anunciara su dimisión para permitir la celebración de elecciones en el plazo de 90 días, el jefe de Estado Mayor, el general Honoré Nabere Traoré, asumió la presidencia de la transición.

Nabere Traeré aseguró ante la prensa local que ocupará el vacío de poder en el país ante la renuncia de Compaoré para celebrar elecciones lo más pronto posible y anunció la formación de un Gobierno de transición que duraría un año. Los militares asumieron el control del país después de disolver la Asamblea Nacional, tras asegurar que en el nuevo Ejecutivo estarán integradas todas “las fuerzas vivas de la nación”.

En medio de un contexto de descontento que originó protestas por parte de los ciudadanos luego de la intención de Compaoré de extender su mandato, que se había prolongado por más de 27 años, gran parte de la oposición exigió que el general retirado Kwame Lougue asumiera la jefatura de Estado.

Lo que empezó siendo una manifestación ciudadana, tomó forma de un golpe cuasi militar; Compaoré tomó el poder en octubre de 1987, después de un golpe de Estado contra Thomas Sankara, considerado el “Ché Guevara de África”, aún considerado una de las figuras más reverenciadas de la política regional.

Desde entonces, el mandatario burkinés se ha impuesto en cuatro elecciones presidenciales; en las últimas, en 2010, con el 80% de los votos. Un apoyo incondicional ciertamente extraño para un país situado en el puesto 181 de 187 en el índice de desarrollo humano y cuya renta per capita es de apenas 700 dólares anuales, una de las más bajas del mundo.

Para evitar una posible reelección de Compaoré, en 2005, se introdujeron en la Constitución una serie de reformas que impedían su candidatura, sin embargo, con el cambio propuesto, el ahora ex mandatario podría haber vuelto a presentarse no solo una, sino hasta tres veces más.