Luego del anuncio de que no procesarán al policía blanco Darren Wilson por provocar la muerte del joven afroamericano, Michael Brown, Ferguson, Misuri, se volvió un caos: manifestantes destrozaron patrullas de la policía local, y lanzaron piedras y botellas contra decenas de agentes.
La policía respondió con un despliegue de vehículos blindados desde los que lanzaba gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, que también aventaban objetos a los agentes mientras gritaban “no hay justicia, no hay paz”.
No se habían reportado personas lesionadas por bala; aunque un manifestante resultó levemente herido al impactarle una piedra en el rostro; medios estadounidenses también reportaron protestas en Seattle, Filadelfia y en Times Square, Nueva York.
Las imágenes por la televisión también mostraban incendios en una farmacia, una tienda de descuentos, una pizzería y un edificio de bodegas. El aeropuerto de San Luis anunció restricciones de vuelos.
La violencia en Ferguson inició cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emitía un mensaje desde la Casa Blanca en el que pedía calma, “no hay ninguna disculpa para la violencia”, dijo y pidió a la policía acompañar las protestas pacíficas con precaución y contención.
El mandatario también admitió que este caso “evidencia” los retos aún pendientes para una nación con una historia de discriminación racial, “hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas (…) La situación en Ferguson evidencia desafíos que seguimos teniendo como nación”.
La decisión de no imputar al policía fue tomada por un gran jurado, tres jurados negros y nueve blancos, y dada a conocer por la Fiscalía del estado la noche de este lunes; consideraron que no había indicios suficientes para procesar al agente Darren Wilson.
El jurado debatió el caso durante tres meses. Revisaron las pruebas y analizaron a detalle cada testimonio, aseguró el fiscal del estado, Robert McCulloch.
El pasado 9 de agosto un oficial de policía detuvo y asesinó de seis tiros, dos de los cuales en la cabeza, a Michael Brown, de 18 años, el presunto autor del robo de una caja de puros con 49 dólares de preciO, QUE se encontraba desarmado.
La muerte del joven de 18 años desató graves disturbios en la ciudad de 20 mil habitantes. Los manifestantes reclamaban una investigación judicial amplia; el policía alegó defensa propia.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, había declarado el estado de excepción la semana pasada y movilizó a la guardia nacional en previsión de nuevos enfrentamientos.
Decepción para la familia
La familia del joven negro se mostró muy crítica con la decisión del jurado de no imputar al agente, “estamos profundamente decepcionados por el hecho de que el asesino de nuestro hijo no tenga que responder por las consecuencias de sus actos”, comunicaron los padres a través de su abogado.
Al mismo tiempo, instaron a los manifestantes en contra de esta decisión a mantener la calma, “responder a la violencia con más violencia no es la reacción adecuada”.
El Departamento de Justicia realiza una investigación por separado de posibles violaciones a los derechos civiles que podrían resultar en que se apliquen cargos federales, además puso en marcha una investigación amplia en torno al Departamento de Policía de Ferguson en busca de patrones de discriminación.
Otra homicidio por discriminación
En los primeros días de octubre, la historia volvió a repetirse: un policía blanco fuera de servicio de St. Louis disparó 17 veces y mató a un joven afroamericano que según el jefe de Policía de la ciudad, Sam Dotson, él chico le había disparado primero.
El suceso, que ocurrió por la noche en el bloque 4100 de Shaw Boulevard, creó también protestas a unos 25 kilómetros del barrio de Ferguson, donde en agosto la tensión entre la comunidad afroamericana y los policías aumentó por el asesinato de Michael Brown.
Aunque no estaba en su horario laboral, el agente, de 32 años, que disparó contra el joven de 18 identificado como Vonderrit Myers Jr, vestía el uniforme profesional, según Dotson, y estaba patrullando para una compañía privada.
La familia Myers Jr, según el diario local St. Louis Post-Dispatch, se traslado de inmediato al lugar de los hechos y declaró que el joven se encontraba desarmado, “no se qué ha pasado pero le han disparado 16 veces”, expresó Jackie Williams, de 47 años y supuesta tía del joven asesinado.
De acuerdo con la prensa local, Dotson afirma que fue el joven Myers quién agredió primero al policía aunque “no está claro cuántas veces” disparó. El policía está ileso y el arma, una Rugger de nueve milímetros, ha sido recuperada.
“Él (Myers) tenía un sandwich en la mano y los policías pensaron que era una pistola. Es como la historia de Michael Brown”, declaró la supuesta prima de la víctima, Teyonna Myers, de 23 años.
El oficial -con seis años de trayectoria como uniformado, trabajaba también en una empresa de seguridad privada de la que no se ha hecho público el nombre- intentó detener al sospechoso, acompañado de otros tres vecinos, que huyó a pie, explicó Schron Jackson, portavoz de la Policía Metropolitana de San Luis. El sospechoso, por su parte, dio la vuelta hacia el agente y disparó contra él que devolvió el disparo y lo mató, según Jackson.
El oficial fue suspendido del servicio activo como policía, por lo que tampoco desempeñaría tareas administrativas mientras la investigación continúa.
