Prepararse para cualquier escenario: Osorio Chong
Félix Fuentes
La captura del matrimonio de criminales, José Luis Abarca y María de los Ángeles Miranda, relaja la tensión, pero las familias de los 43 estudiantes insisten en verlos vivos.
Abarca es autor de al menos siete homicidios y ella ordenó la captura y ejecución de los jóvenes. Se les detuvo en una paupérrima vivienda de Iztapalapa, sin las riquezas que acumularon a sangre y fuego.
A su vez, diez mil elementos, entre militares, marinos, agentes federales, personal de inteligencia y de aeronaves no localizan a los estudiantes. Por ello “hay que prepararse para cualquier escenario”, según dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
La infructuosa búsqueda y la sugerencia del titular de Gobernación suponen que se agotaron las esperanzas de encontrar con vida a los normalistas.
Por versiones de dos integrantes de Guerreros Unidos, un líder de ellos, Ángel Casarrubias, ordenó la ejecución de los normalistas y fueron inhumados en una fosa de Pueblo Viejo, entre Iguala y Cocula.
Sin embargo, no es descartado el dicho del presbítero Alejandro Solalinde de que los jóvenes fueron incinerados y no se ha querido recorrer el telón de ese “escenario” por el impacto mundial que ocasionaría. Pero se sabrá la verdad y Solalinde podría estar en lo cierto.
Solalinde dijo en conferencia que cinco individuos lo enteraron del desenlace fatal y cuatro de ellos coincidieron en detalles de la información. Se negó a mencionar sus nombres.
Después de un segundo intento, el defensor de los derechos humanos logró una audiencia con el procurador de la República, Jesús Murillo Karam, y desde entonces no volvió a hablar de los normalistas. Tal vez se comprometió a no abundar en el tema.
La búsqueda ha sido intensa durante cinco semanas por cielo, agua y tierra, sin lograr rastros de los desaparecidos. Ha insistido la PGR que los 38 cuerpos exhumados de fosas clandestinas no corresponden a los desaparecidos. Esto lleva a creer en la versión de Solalinde.
Es sintomática la búsqueda realizada por buzos en el Río Cocula, de cuyas aguas no ha emergido ningún cuerpo, como sucede a los dos o tres días con los inertes.
Los buzos no buscaban cadáveres. Querían localizar bolsas con restos óseos o derivados de alguna hoguera, según comentan funcionarios de Gobernación.
Desde las primeras evidencias de lo sucedido debió señalarse a los culpables. Si el gobernador con licencia, Ángel Aguirre, no se manchó las manos de sangre como dijo, sí debió saber los ilícitos del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, incluidos sus nexos con el narcotráfico.
Con la licencia exigida a Aguirre, éste quedó al margen de la intensa lluvia de ataques y la turba de criminales del PRD se lava las manos de lo sucedido a los estudiantes, con el argumento baladí de que es un “crimen de Estado”
Es sorprendente el número de militantes del PRD mencionados por sus nexos con el tráfico de drogas. Al menos diez alcaldes de ese partido se comprometieron con las mafias.
También se señala a dirigentes y legisladores perredistas guerrerenses, algunos de los cuales fueron “palomeados” por Andrés Manuel López Obrador para ocupar sus posiciones actuales.
Eso le ha restado credibilidad al tabasqueño. Su dicho de ser diferente y estar limpio de corruptelas raya en la fantasía. Las fotografías no mienten y él aparece en diferentes tomas con Abarca y la esposa de éste, en poses de franca camaradería.
El matrimonio ya debió decir, en los interrogatorios, cuál fue su relación con López Obrador.
