“Irónicamente, con la gestión de Cuauhtémoc como presidente del PRD,

nunca se definió claramente el alcance

y el papel de las corrientes dentro del partido”

 

 

Entrevista a Ricardo Pascoe/Analista político

 

 

 

Nora Rodríguez Aceves

 

 

La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al PRD, a través de una carta dirigida al presidente del Comité Ejecutivo Nacional, Carlos Navarrete, luego de 25 años de militancia, “es una pérdida enorme para el partido mismo, el que su fundador se fugue de alguna manera del proyecto, lo que también quiere decir es que el PRD nunca encontró los mecanismos adecuados para discutir internamente sus líneas políticas y esto tiene que ver con un error conceptual que empezó curiosamente, irónicamente, con la gestión de Cuauhtémoc como presidente del partido que es, que nunca se definió claramente el alcance y el papel de las corrientes dentro del partido”.

Al no hacer esto, “al no limitar y acotar su existencia y su funcionamiento dentro del partido lo único que se fomentó fue que se creara un ambiente de constante rivalidad, por no decir enfrentamiento, entre las corrientes, y esto no lo previó Cuauhtémoc cuando era su dirigente y dejó correr el tema de las corrientes, incluso en los estatutos, y Porfirio Muñoz Ledo que fue el segundo presidente del PRD, menos. En una medida importante ellos, que no entendieron este problema, lo dejaron correr pensando que, quizá, su autoridad moral o política iba a pesar más que el peso de las corrientes, pero lo que se está viendo es que esto no es así, sino que lo que más pesa dentro del PRD y éste es su error estructural, esencial, es el peso de las corrientes”, afirma Ricardo Pascoe Pierce, analista político.

De tal manera, explica, que cuando “las corrientes empiezan a operar y a rivalizarse en el interior del partido para escalar posiciones para tener mayor representación, la manera en que lo hacen es mirando hacia fuera y viendo que cada puesto administrativo, cada puesto legislativo, cada gubernatura, es un botín más para fortalecer una corriente, no a todo el partido, sino a la corriente de quien esté al mando de un posicionamiento. Terminaron concibiendo los puestos de elección popular o los puestos administrativos como conquistas de corrientes no como una conquista del partido, entonces el efecto de tener rivalidad y competencia hacia dentro hizo que fuera imposible tener una acción de unidad hacia el exterior”.

 

Los puestos son un botín

Por lo tanto, “esto ha generado la situación que vive el PRD, que es que toman los puestos y los consideran botines de la corriente, yo lo vi muy claramente en sus elecciones internas, como en la delegación Miguel Hidalgo, por ejemplo, el actual delegado Víctor Hugo Romo utilizó todo el presupuesto público de la delegación para promover votos ¡para su corriente!, no para el PRD, para ¡su corriente! dentro del partido y esto es exactamente a lo que me refiero, de que ven lo de afuera como un botín necesario para consolidarse adentro, y éste es un error conceptual, es el mundo al revés, y Cuauhtémoc lo que acaba de descubrir —no sé si lo acaba de descubrir, pero digamos que lo acaba de descubrir— es esta monstruosidad, y es a partir de esa monstruosidad que a él lo excluye totalmente del mecanismo de toma de decisiones en el interior del partido, pues él no tiene nada que hacer ahí, la verdad es que se tardó el ingeniero Cárdenas en percatarse de este monstruo que él mismo ayudó a crear, hay que decirlo”.

Miembro fundador y exmilitante también del PRD, además de ser considerado uno de los más cercanos colaboradores de Cuauhtémoc Cárdenas en ese entonces, Ricardo Pascoe, explica a Siempre! que esta crisis por la que atraviesa el Sol Azteca no viene de la elección del actual dirigente Carlos Navarrete o de lo sucedido en Iguala el pasado 26 y 27 de septiembre en donde policías municipales por órdenes del presidente municipal, José Luis Abarca, de extracción perredistas, atacaron a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, y dejaron un saldo de al menos seis personas fallecidas, 27 heridas y la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas. “No, viene de años atrás, ahora lo que cataliza una crisis mayor son estos incidentes, obviamente lo de Iguala, porque lo de Iguala ¿qué es? Cuando corrientes dentro del PRD acusan a Nueva Izquierda de haber apoyado a Abarca, simplemente están diciendo que Nueva Izquierda había hecho coto de poder en ese municipio donde se aliaron con quien fuere para tener mayor peso en las pugnas internas en el partido, y ciertamente en esta coyuntura de nuestro país quien fácilmente incide en las estructuras internas de un partido es el narcotráfico”.

Aunque asegura, “yo diría lo mismo de la corriente de Amalia García, Foro Nuevo Sol, que tiene su peso mayor en Zacatecas y en Michoacán porque Amalia fue gobernadora en Zacatecas, y Silvano Aureoles es dirigente en Michoacán y pretende ser el próximo candidato a la gubernatur,a y en ambos casos las acusaciones de la vinculación del PRD con el narcotráfico no han cesado, y no han cesado porque probablemente presidentes municipales y regidores y otros funcionarios han tenido vínculos, incluyendo las acusaciones en contra de las administraciones de Lázaro Cárdenas y de Leonel Godoy; entonces, ¿qué corriente puede decir con toda honestidad que puede aventar la primera piedra en este asunto? Ninguna, se deslindan entre ellos y éste es el problema. Hace unos días el ingeniero Cárdenas hizo un exhorto público a que se liberaran los 11 jóvenes detenidos en penales de la república, pero lo que él no admite es que los jóvenes fueron apresados por la policía del Distrito Federal que es la policía que responde al gobierno del cual ¡él es funcionario!, y sin embargo, él no renuncia a su puesto, él sigue en su puesto y no denuncia tampoco al doctor Miguel Ángel Mancera diciendo que Mancera es cómplice del apresamiento de estos jóvenes”.

 

Nadie tiene las manos limpias

Antes de continuar con su análisis, Pascoe Pierce aclara que aquí no está disculpando a ningún partido político porque sabe que todos tienen problemas internos de corrupción, etc., “no digo esto simplemente como una acusación en contra del PRD para decir que los otros están limpios, pero como el tema hoy es el PRD, sólo estoy hablando de él, aunque el hecho es que esto se ha instalado como práctica cotidiana dentro del PRD porque el partido institucionalizó sus corrientes, y lo que más les interesa a las corrientes es combatir a las otras corrientes y tener más posiciones de peso para tener más diputados, tener más puestos en la administración pública para a su vez utilizar esos recursos para fortalecer internamente sus corrientes en la pugna entre corrientes políticas. La idea del PRD es que el servicio público es para tener dinero para lidiar con las broncas internas del partido, eso es en esencia la idea, más que gobernar, más que preocuparse por hacer bien las cosas, ellos están en esa pugna interna”.

Siendo así, “me parece que la salida de Cuauhtémoc es simplemente una respuesta a una circunstancia estructural que se ha venido dando desde mucho tiempo en el PRD, esto no es nada nuevo; lo que sí resultó ser el elemento catalizador son los fenómenos actuales que estamos comentando, especialmente lo de Iguala, porque en realidad nadie había objetado la elección de Navarrete, ni Cuauhtémoc ni René Bejarano ni los otros; ¡no les gustó!, pero nadie lo objetó porque sintieron que para bien o para mal todos jugaron con las mismas reglas, todos le metieron dinero que no reportaron al Instituto Nacional Electoral (INE) y con eso ganaron unos y otros. Probablemente en esta idea de que la corriente que gana se lleva todas las piezas, la voracidad de Nueva Izquierda fue no ser generosos con los vencidos sino tratar de aplastarlos, emplearon la táctica de Estados Unidos y de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, que era obligar a Alemania a pagar enormes costos por la guerra, aplastándola y de esa manera, sin saberlo, creando las condiciones para que se diera la Segunda Guerra Mundial, es decir, aplastar totalmente al enemigo en vez de ser generosos en la victoria y darle chance a que respire el otro”.

En este contexto y ya sin Andrés Manuel López Obrador y ahora sin Cuauhtémoc Cárdenas, el PRD llegará a las próximas elecciones intermedias de 2015, en donde se celebrarán comicios en 17 entidades federativas, “en un momento de crisis total, de debilitamiento profundo, y veremos un PRD reducido a sus corrientes y lo que puedan movilizar éstas. En sentido estricto yo diría, si sacaron 2 millones de votos en la elección interna es muy posible que tengan quizá el doble de votos, 4 millones, pero de que estará rebanadísimo, estará rebanadísimo el PRD, porque en la elección presidencial de 2012 sacó 9 millones de votos, sin incluir al Movimiento Ciudadano y al Partido del Trabajo, y en ese sentido digamos que participaron 2 millones en la contienda interna, hay un bloque votante que seguirá votando por el partido, siendo así podrían sacar 4 millones, 4.5 millones, la mitad de lo que sacó en 2012, lo cual lo deja como un partido equivalente a Nueva Alianza, al Partido Verde Ecologista, etcétera”.

 

Ni programa ni plataforma

Frente a este escenario, lo que se puede decir sobre la izquierda es que es, “un fenómeno totalmente disminuido y desarticulado ideológicamente, no veo un programa y una plataforma, veo el afán de protesta, sin embargo, el afán de protesta no es un programa, es un señalamiento sobre hechos de la realidad que deben corregirse, pero el formular que ya estamos frente a un gran cambio ideológico o una transformación de la izquierda no se ve claramente. Desde la caída del Muro de Berlín la izquierda abandonó el socialismo, hay aún fragmentos de la izquierda no legal, digamos, o no con registro con legal, que piensan en el socialismo, pero la gran mayoría de la izquierda no está pensando en el socialismo, está pensando en un capitalismo más humanista, si eso es un programa, puede ser, no lo sé, no estoy del todo convencido, hay esbozos de lo que podría ser algún elemento de programa, pero ni el cardenismo ni la social democracia ni el populismo asistencialista de López Obrador representan hoy una plataforma política para reconstruir con conceso una nueva patria”.

En este sentido, para Ricardo Pascoe “lo lamentable de todo esto en este momento, por lo menos, es que el sistema político había encontrado un buen eje con tres partidos con PRI, PAN, PRD, hacían en realidad un buen equilibrio político, le daban solidez al sistema político mexicano en términos generales, aun con sus diferencias habían trabado un conjunto de acuerdos que por lo menos le daban dirección a algunas determinaciones políticas, sociales y económicas; pero el hecho de que la izquierda se debilite de una manera tan radical como lo estamos viendo deja esta tríada política, que se había creado en el país, completamente chueca y eso no le conviene al país. Al país le conviene una izquierda actuante, firme, clara y con propósitos específicos, independientemente de si uno está o no de acuerdo con ellos, pero en términos del equilibrio político del país era muy conveniente. El debilitamiento del PRD generará mayor conflicto social sin control, sin mediación, probablemente el surgimiento de movimientos armados en el corto a mediano plazo y mayor tensión política en el país, esto resulta muy preocupante”.

Y agrega, “es que el PRD en su conjunto, con Andrés Manuel, con Cuauhtémoc, con los fragmentos de la izquierda habían logrado ser en realidad un factor que mantenía el sistema político funcionando y cohesionaba en el fondo el sistema político; hoy con toda esta fragmentación se pierde ese centro de cohesión y lo que estamos viendo es lo que vimos recientemente, va Cuauhtémoc con Adolfo Gilly a una manifestación y la gente les avienta cosas, el PRD decide ir a las marchas apoyando la demanda de la presentación de los 43 estudiantes normalistas pero con la instrucción de no ir con banderas del partido porque la gente los rechaza y los considera culpables de la situación, o sea, ya pierden ellos su capacidad de interlocución, de movimientos sociales radicales con el gobierno, aquí el país pierde”.

Además, como se ha comentadoen la opinión pública esta coyuntura puede ser el pretexto para regresar a un sistema autoritario, “la tentación está ahí sin duda alguna, la tentación es enorme y pudiera darse, yo no lo descarto”.