Durante la presentación de la edición XXIII del Diccionario de la Lengua Española, Jaime Labastida señaló que hasta hace poco este libro era conocido popularmente como RAE, porque era en efecto el diccionario de esta institución. Hoy ya no lo es, pertenece a todas las academias y debemos llamarlo de otra manera, con otra sigla. Él lo llamó “Dile”.
El director de la Academia Mexicana de la Lengua explicó que el diccionario no fue editado solo por la RAE, sino por las 22 academias y contiene una serie de cambios sustanciales con respecto a las anteriores ediciones. Indicó que la lengua española carece de un centro, es policéntrica, que no reconoce como correcta sólo una de las normas lingüísticas, pero además las academias ya no son correspondientes de la Real Academia Española, sino que están unidas en una asociación común.
Durante la presentación de esta XXIII edición en la Biblioteca de México, el poeta y filósofo indicó que este volumen recoge el español que se habla en 22 países y tiene cambios de importancia en relación con las anteriores. “Por ejemplo, en la edición XXII y publicada en 2011, el libro tenía en su lomo y portada sólo el escudo de la RAE y en las primeras páginas se ofrece la nómina de los miembros de la Real Academia Española y la lista de las restantes 21 academias que eran llamadas correspondientes.
Su prólogo, prosigue Jaime Labastida, señaló que el diccionario fue redactado por la Real Academia Española y asumía la responsabilidad del mismo, pero colaboran estrechamente las 21 academias. La edición XXIII, en contraste, ostenta en su lomo y portada, además del escudo de la RAE, el de la Asociación de Academias de la Lengua Española, y no se consigna a las academias como correspondientes, porque no lo son.
“Esto no es un asunto menor”, dijo el director de la AML. “Hasta hace poco tiempo la RAE hacía el diccionario y éste era conocido popularmente como RAE. En efecto, era el diccionario de la institución. Hoy ya no lo es, es de las 22 academias y debemos de llamarlo de otra manera, con otra sigla: Dile”.
En este punto, recordó que en 1951 acudieron a México todas las academias menos la española, al primer congreso internacional de academias. En ese tiempo se acordó que dejaran de ser correspondientes y volverse una asociación, donde los acuerdos se tomaran por consenso.
Manifestó que la lengua española es -universal- y no tiene centro, es policéntrica, en la que no se reconoce como correcta solo una de las normas lingüísticas. Cada una de las naciones posee la forma del habla que le es propia, su léxico y giros distintos. Y esto revela la actual edición del diccionario, precisó Jaime Labastida.
Por esto, añadió, este volumen que se presenta es el diccionario del español general, y por lo mismo no es de americanismos, menos aún de localismos.
Sin embargo, explicó que esta edición aún contiene algunos defectos como el no señalar los españolismos. Por ejemplo, dijo, la palabra “grifo”, en España describe a un animal y en México es la acepción de una persona que se intoxica con drogas, como la mariguana. Otro, añadió, es la palabra “bañador”, de que define a una persona que baña, pero el españolismo dice que es una prenda de una pieza usada para bañarse en playas. “En el diccionario estas dos palabras no tienen la marca de españolismo”.
Estos defectos podrán subsanar se en próximas ediciones, “porque este diccionario, pese a todo, es el diccionario canónico de nuestra lengua, más ahora por la amplia colaboración de las 22 academias”.
La nueva edición del Diccionario de la Lengua Española –Espasa, de la editorial Planeta- cuenta con 93, 111 entradas, con un total de 195 439 acepciones que incluyen 140, 000 enmiendas. La edición anterior tenía 1,614 páginas, la actual suma 2,312 páginas.
El secretario de Educación, Emilio Chuayffet Chemor, resaltó la -riqueza- del español y dijo que es organismo vivo gracias a la afluencia de las muchas voces que en su interior resuenan y, además, dijo que el diccionario de la Academia de la Lengua Española es el espacio lingüístico donde se realiza, de manera más clara, la unidad del español.
Pero también, destacó que al incorporar términos nuevos como internet, web, tuitear y escanear, se da cuenta de que la lengua, como todo lo que tiene vida, está en constante cambio.


