Aytotzinapa está omnipresente

Teodoro Barajas Rodríguez

Ayotzinapa está omnipresente, los dramas se han multiplicado sin que haya respuestas convincentes, la protesta se extiende como enredadera en nuestro país, por el mundo, la ausencia de justicia es real aunque muchos discursos machaquen lo contrario.

Las fúnebres historias relacionadas con los 43 normalistas sustraídos tienen diversas dimensiones, entretejidas por la barbarie sin pudor, se vive una crisis institucional de eso no hay duda, la averiguación de la Procuraduría General de la República sigue el curso legal pero de alguna manera la opinión pública ya ha emitido su fallo.

Se ha detenido a presuntos implicados con los hechos acaecidos en Iguala, ya el gobierno federal anunció que los inculpados confesaron haber asesinado a los estudiantes normalistas, el procurador general de la república Jesús Murillo Karam refirió lo anterior y dijo estar cansado. Su fatiga es relativa si se compara al infierno que viven los padres Lde los desaparecidos, ellos no tienen consuelo, el tiempo sabe a eternidad.

La indignación brota natural en México, Sudamérica, Europa, Asia, por todos los rumbos se condena la afrenta contra los jóvenes normalistas, 43 vidas rodeadas de la incertidumbre, el exalcalde de Iguala José Luis Abarca y esposa tenían lazos con organizaciones criminales, asesinos de sangre fría que, de acuerdo con la versión oficial, cegaron la existencia de los estudiantes, algunos de ellos de manera sanguinaria.

Algunas personas se quejan por el cierre de universidades públicas por solidaridad con Ayotzinapa, no obstante en otras latitudes se vive una total insurrección cívica como se ha registrado en países de Sudamérica, en México, tal parece, la rebeldía es efímera y precaria la capacidad de indignación.

Son 43 normalistas desaparecidos, lo justo es que no desapareciera nadie, que la legalidad fuese una divisa invariable que nos condujera a la justicia sin adjetivos , el duelo que se vive por los sucesos citados constituye una raya más al tigre de la clase política, oligarquía ausente, electorera y plagada de cínicos a los que no les importa ni el dolor ni la tragedia.

Estos hechos lamentables no pueden ser amortajados por la impunidad ni sustraídos por el olvido, México se ha convertido en una gran fosa común, irrita la ineptitud gubernamental, la corrupción que ha carcomido las instituciones.

Los 43 estudiantes de Normal Rural de Ayotzinapa fueron desaparecidos, 43 proyectos de vida han sido socavados, a ellos los queremos de regreso porque México los requiere en esta hora oscura que presagia más tormentas.

Es momento de volver al encuentro con Mahatma Gandhi y Martin Luther King, la violencia en sí misma envilece y si algo ha dañado este país es la impunidad.