Entrevista a Tom Long/Profesor-investigador visitante del CIDE
Ofelia Alemán G.
En medio de un gran descontento de la población reflejado en las encuestas de los votantes estadounidenses, algunos demócratas y expertos celebran los numerosos esfuerzos del presidente estadounidense Barack Obama por impulsar decenas de reformas. Por increíble que parezca, la mayoría de los estadounidenses tiene una percepción negativa de la actual administración. Se piensa que el gobierno va por mal camino, que la administración es ineficiente y que no hay respuesta de su presidente para situaciones tan importantes.
Podemos destacar que los puntos más álgidos y de blanco fácil para el actual gobierno tienen que ver con el bajo crecimiento económico, la nula influencia de Estados Unidos para controlar a Rusia en Ucrania así como la falta de control sobre la brutal anarquía del Estado Islámico en Siria y Libia, y la inexplicable situación de cómo llegó el ébola a Estados Unidos, no en África.
Todos estos hechos internacionales han causado un gran debate en Estados Unidos a pesar de que haya algunas situaciones que estén completamente fuera de proporción.
Otro punto pendiente en la agenda de Obama es la cuestión migratoria, un punto ardiente, riesgoso, sin respuesta. Los dreamers se quedarán esperando. El voto latino que favoreció el triunfo de Obama en la Casa Blanca ahora también se ve disminuido.
Los críticos del gobierno asumen que en las próximas elecciones para el Congreso y de algunas gubernaturas, los demócratas pagarán un precio muy alto por este disgusto generalizado. Obama podría pasar los últimos dos años de su presidencia con un congreso hostil, cerrado y vigilante de todos sus movimientos.
¿Qué es lo que realmente está sucediendo en Estados Unidos? Nos explica en entrevista telefónica el doctor Tom Long, profesor-investigador visitante del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), especialista en relaciones de Estados Unidoscon América Latina. (La entrevista se realizó el lunes 3 de noviembre, en vísperas de las elecciones intermedias, aún no se conocían los resultados.)
La división de partidos
¿Cuál es el panorama de los próximos comicios electorales?
Tenemos un panorama dividido, seguimos en una pugna de fuerzas políticas. Estados Unidoses un país divido entre los dos partidos, en general no domina un solo partido. Lo que suele pasar en las elecciones intermedias es que el Partido Republicano en general ha tenido una ventaja histórica, sus votantes salen a votar en niveles mayores a diferencia del Partido Demócrata. En las últimas elecciones intermedias se ha observado que el partido del presidente casi siempre pierde más diputados. Lo primero que hay que tener en cuenta es el promedio de la participación estadounidense, que es por debajo del 50%; no sólo es cuestión de cómo vota la gente sino de quién sale a votar.
Lo segundo más importante es el Senado. La Cámara de Diputados es y ha sido republicana; la Cámara de Senadores es demócrata. Los senadores son electos por periodos de seis años pero sólo un tercio del Senado será electo en estos comicios. Los senadores que salen en esta elección fueron electos cuando Obama ganó en 2008, en la primera ola democrática.
En estos comicios, los demócratas tienen que defender más escaños en el Senado. Hace dos años, el Partido Demócrata ganó por mayoría absoluta en términos de votantes pero perdió en términos de diputados por la forma en que están distribuidos los distritos, por representantes locales.
Entonces hablamos de un fuerte sistema de pesos y contrapesos…
Sí, esto es muy fuerte en el sistema estadounidense y una de sus principales características. El Senado tiene aún más poder que la Cámara de Diputados; hemos visto en los últimos cuatro años que, con una cámara controlada por los republicanos, han pasado pocas actas (leyes) de importancia para la administración. Obama está mucho más limitado en términos de lo que puede hacer sin la aprobación del Congreso.
El Senado es mucho más importante porque tiene poderes especialmente en política internacional, como la aprobación de tratados internacionales. Después de estas elecciones, probablemente tendremos un Senado menos favorable para Obama incluso si los demócratas quedan con 50 senadores, pues eso será menos que antes; aunque alcancen la mayoría más uno (50+1) hay proyectos que requieren más votos. Y no todos los senadores demócratas van a votar por Obama, muchas veces hay una falta de disciplina del partido en el Senado. En Estados Unidos, los senadores son muy, muy independientes.
Preocupa más la situación local
¿Cómo puede influir el escenario internacional en el resultado electoral? Por ejemplo, la caída de los precios del petróleo o la situación del Estado Islámico.
Una caída en los precios del petróleo es una noticia buena para Estados Unidos, es bastante favorable; aunque se está produciendo más petróleo y gas natural, Estados Unidos sigue importando mucho petróleo. Es una buena noticia para Obama y los norteamericanos.
Los otros temas de política internacional no pesan mucho directamente. Toda la investigación sobre cómo votan los estadounidenses, en especial para el Congreso, refieren que la gente vota en términos económicos y locales. Muchas veces hemos visto noticias que el porcentaje de aprobación para el Congreso queda en 18%, pero si preguntamos a la gente sobre su propio senador o su diputado local, son números mucho más altos porque están enfocados en temas de casa, de bolsillo.
De manera indirecta, la política internacional sí pesa desfavorablemente para Obama, y por extensión en el Partido Demócrata. El hecho de que haya habido muchas crisis y el gobierno no haya podido controlarlas crea una percepción generalizada de disgusto, pues muchos estadounidenses creen que su gobierno puede controlar muchas cosas en el mundo, pero no es verdad. Estados Unidos puede influir en la política internacional pero no controla muchas cosas. La gente tiene una sensación de pérdida de control por parte de la administración, que ha fracasado de alguna manera, sobretodo después de lo de Irak. Definitivamente yo creo que estas situaciones están fuera de control de Estados Unidos, hay influencia pero no hay control total. Por ejemplo, el ébola; es claro que el gobierno norteamericano no puede controlarlo; a pesar de que ha habido pocos casos en el territorio y bien atendidos, la gente se preocupa. No nos damos cuenta de que la influenza mata a muchas más personas, y aun así nos da mucho miedo el ébola. Una sensación de miedo ayuda más a un partido conservador, especialmente cuando éste es contrario al presidente.
Algo como ISIS, con tácticas bárbaras, puede generar miedo, las imágenes del periodista, etc., crean un cierto temor. Todo esto favorece a un partido y en especial a los críticos del gobierno.
Se dice que el presidente Obama está perdiendo el voto latino…
No creo que Obama esté perdiendo el voto en términos de que ellos van a votar por el Partido Republicano, pero al inicio de su administración, sí hubo mucho entusiasmo por la esperanza de un cambio grande en la política de migración, lo cual, evidentemente no ha sucedido. Esto no significa que van a cambiar y van a votar por el Partido Republicano porque es bastante claro que las leyes migratorias no han pasado por la Cámara de Diputados, la cual tiene miembros muy conservadores.
Esta administración ha deportado a muchísimas personas, no ha habido grandes éxitos pero ha habido avances importantes como los dreamers, es decir, la propuesta de ley del presidente para los 21 millones de indocumentados que llegaron a Estados Unidossiendo niños. La realidad es que la Dream Act no pasó. En estas elecciones intermedias hay preocupación porque no obtendrán un notable número de votos como hace dos años, pero el Partido Demócrata definitivamente no perderá el voto de migrantes latinos.
Habrá pocos cambios en migración
¿Qué significa que haya un Congreso republicano?
El hecho de que haya un Congreso comandado por republicanos nos dice que habrá muy pocos cambios en política de migración; algunas cosas sí se tendrán que hacer para responder a la crisis de los jóvenes que llegan a la frontera solos. En términos de migración tiene debe haber una participación grande del Congreso para cambiar toda la política norteamericana al respecto. Se ha demostrado que, en general, los diputados del Partido Republicano no necesitan del voto latino para ganar en su distrito. Hay un peligro más grande para el Partido Republicano: mantener a sus propios votantes en vez de ir a buscar un voto que no necesitan. En la primera elección de Bush, el Partido Republicano sí tenía más votos latinos, pero ahora ya no es así. Por ejemplo, si usted fuera una diputada en algún condado de Missouri —mi estado natal— obtendría cerca del 2% de representación latina. No puedes basar tu elección en ese porcentaje. El incentivo del Partido Republicano es para ganar la mayoría de los votantes y, en muchos distritos, esa mayoría no está a favor de una política de migración que abre caminos a la ciudadanía, o que abre puertas para que entren más migrantes.
Si ganaran los republicanos, ¿sería también la antesala de su triunfo en la Casa Blanca?
Definitivamente no. Las elecciones del Congreso y de los senadores tienen muy poco que ver con las elecciones presidenciales. En todo caso, hay que tener en cuenta que las elecciones para gobernadores, que también se eligen varios esta semana, son muy importantes. Se puede decir que las elecciones de gobernadores son más importantes para las presidenciales que las de los representantes porque, en primer lugar, un gobernador puede usar recursos y controlar la maquinaria interna para incentivar la participación. Es importante controlar a nivel estatal para tener más influencia en las próximas elecciones. Y en segundo lugar, en Estados Unidoslos gobernadores son presidenciables. Una persona que pierde la elección como gobernador tiene pocas oportunidades de ser candidato presidencial. Por ejemplo, se habla mucho de la campaña de un gobernador republicano, Scott Walker, de Wisconsin, un estado que es generalmente demócrata. Muchas veces los candidatos salen del nivel estatal porque tienen la experiencia ejecutiva, lo cual es muy importante para la presidencia. Pero las elecciones del Congreso tienen poco que ver con las elecciones presidenciales porque es común que los partidos ganen las elecciones intermedias pero pierdan la presidencial por lo que comentaba de pesos y contrapesos en el sistema electoral estadounidense. Para la presidencia puede haber diferencias entre la mayoría absoluta de votantes y el colegio electoral, como vimos en 2000, en general es más importante el nivel de voto nacional para la Presidencia que para la Cámara de Diputados. También, las elecciones presidenciales suelen tener una participación más alta, que normalmente favorece al Partido Demócrata.
¿Cuáles serían algunas consecuencias de este gobierno dividido?
Para los próximos dos años sí es importante ver cómo queda el congreso porque ya hemos visto que, en cuanto a republicanos con diputados y demócratas con el Senado, no hay mucho movimiento, tendemos a la parálisis legislativa. Yo tengo una pequeña esperanza de que el Congreso resuelva lo que es tal vez el asunto más delicado que se llama debt-ceiling, que es el límite de endeudamiento interno, el presupuesto. Allí hay un poder fuerte para el Congreso, hace un par de años cerraron el gobierno norteamericano en protesta de este límite y no iban a permitir más deuda sin otros cambios fiscales. Por esto, hubo una pequeña crisis, si lo vuelven a hacer será problemático para la economía estadounidense y especialmente la de México.
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