Al menos 865 personas han muerto en Siria desde septiembre con el inicio de los bombardeos de la coalición internacional, liderada por Estados Unidos, contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), informó este miércoles el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Entre las muertes –en las provincias de Al Hasaka, Deir al Zur, Al Raqa e Idleb, todas en el norte del país-, se ha contabilizado a por lo menos 50 civiles, de los que ocho son menores de edad y cinco son mujeres.

La ONG, con una amplia red de activistas en la zona, ha contado las víctimas desde el 23 de septiembre, fecha en que comenzaron los bombardeos, hasta la pasada medianoche.

Del lado del EI, 746 combatientes han perdido la vida por los bombardeos de la aviación internacional y el lanzamiento de cohetes en áreas como Homs y Hama al centro, Alepo al norte, Deir Zur, Al Hasaka y Al Raqa.

La coalición, además de atacar las posiciones del Estado Islámico, también ha atacado al Frente al Nuera, filiar de Al Qaeda en Siria, que ha tenido 68 bajas en Alepo e Idled; según EU, estos ataques se dirigieron a la organización Jorasán, vinculada al Frente al Nusra, que supuestamente estaba planeando atacar en Occidente.

El observatorio no descartó que el número de muertes pueda elevarse, debido a que hay zonas en las que resulta complicado acceder para verificar los pérdidas humanas y el secretismo que mantienen los extremistas sobre sus bajas.

El EI proclamó un califato en Siria e Irak a finales de junio, donde ha conquistado partes del norte y el centro de ambos países.

Desplazo a 13.6 millones de personas

Unas 13.6 millones de personas, equivalentes a la población de Londres, se han desplazado por los conflictos en Siria e Irak, muchas sin agua o refugio a poco del comienzo del invierno boreal, dijo este martes la agencia de la ONU para los refugiados.

Amin Awad, director del Alto Comisionado de las naciones Unidas para los Refugiados para las regiones de Oriente Medio y África del Norte, dijo que el mundo se ha vuelto insensible a las necesidades de los refugiados, “ahora, cuando hablamos de un millón de personas desplazadas en dos meses, o 500 mil en una noche, el mundo simplemente no responde”.

Los 13.6 millones incluyen a 7.2 millones desplazados dentro de Siria, un aumento desde los 6.5 millones estimados previamente por la ONU, así como 3.3 millones de sirios refugiados en el exterior, 1.9 millones de personas desplazadas en Irak y 190 mil que abandonaron el país en busca de seguridad.

Deserta yihadista

Poco después de desertar del Estado Islámico, Abu Abdullah, que trabajaba como guardespaldas de Saddam Jamal, uno de los principales cabecillas, ofreció una entrevista al diario británico The Telegraph en la que reveló las razones que tuvo para alejarse de los yihadistas.

“Algunos creen que las matanzas, violaciones, asesinatos y secuestros son una buena forma de expandir al Islam, no obstante, a muchos jefes militares como Jamal no les importa la misión de propagar el Islam, sólo se preocupan por ser más poderosos. Si surge una nueva organización con mayor poder, hacia allá se dirigirán”, señaló Abdullah.

Dijo también que su antiguo jefe “Jamal primero fue traficante de drogas, luego sirvió en el Ejército Libre Sirio, donde obtuvo recursos provenientes de la CIA, para después convertirse en uno de los prominentes miembros de la cúpula militar de los yihadistas”.

Abdullah aseguró que historias como las de Jamal confirman que los cabecillas de la organización buscan aumentar sus recursos económicos y poder mediante la defensa del Islam como una especie de careta para legitimarse ante la población.

También reconoció que los excesos de violencia que los extremistas comenten contra la población civil lo llevaron a alejarse de ellos y que “muchos de los combatientes extranjeros que llegan a Siria para combatir en la ‘guerra santa’ se decepcionan y encapan tras ver el verdadero comportamiento del EI”.