Después de conocer los resultados de las elecciones al Senado, la Cámara de Representantes, numerosos puestos de gobernador y otros cargos en Estados Unidos, este miércoles, será cuando arranque la larga precampaña presidencial.

Aunque lo que ocurra en las elecciones legislativas en estados como Colorado, Carolina del Norte o Iowa, que es impredecible la victoria entre uno y otro partido, puede indicar movimientos del electorado que serán determinantes dentro de dos años para la batalla por la Casa Blanca.

Sin embargo, pese a que los expertos estiman que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses no participarán este martes en lo que los políticos insisten que es el ejercicio ejemplar de democracia, las encuestas predicen que los republicanos ampliarán su mayoría en la Cámara de Representantes -ahora tienen 234 escaños, frente a 201 de los demócratas- y, punto principal en estas elecciones, que podrían tomar el control del Senado ya que tienen 45 puestos mientras los demócratas 55.

“El actual estado de la campaña sugiere que los republicanos tomarán ese control”, dijo a ABC Kenneth Goldstein, experto electoral de la Universidad de San Francisco, “Esa será la gran historia que los medios cubrirán el martes por la noche”.

Lo que los medios analizarán, será sí con las dos cámaras del Congreso en manos republicanas, en caso de suceder, Barack Obama y la candidata Clinton saldrán beneficiados o perjudicados. Lo más esperado es que Obama quede sin margen lo que le queda de mandato, aunque hay quien estima que encontrará a un Congreso más colaborador porque los republicanos tendrán interés en impulsar leyes para demostrar su capacidad de gobierno ante las presidenciales.

Un Congreso hostil permitiría a Clinton echar la culpa de todo a los republicanos, obviando la responsabilidad de la Administración de Obama, a la que ella misma perteneció.

Estas elecciones de medio mandato, por otra parte, servirán para determinar posibles contendientes en las primarias presidenciales de ambos partidos. Si el gobernador de Wisconsin, el republicano Scott Walker, resulta reelegido es posible que se presente a unas primarias que el Partido Republicano afronta como desapercibido; otros eventuales contendientes, como Rand Paul, Christ Christie o Jeb Bush, no son candidatos ahora, aunque han estado presentes en diferente grado en esta campaña.

Un buen resultado de los demócratas en Maryland puede animar al hasta ahora gobernador, Martin O’Malley, a competir con Clinton en las primarias y así dar voz a la izquierda del Partido Demócrata, poco entusiasta de la ex primera dama e incómoda con permitir una simple coronación de Clinton, sin debate.

Precisamente en un mítin con O’Malley, a Clinton le abucheó esta semana un grupo de “dreamers”, jóvenes hijos de inmigrantes que llegaron al país de pequeños y de cuya regularización se ocupa la ley Dream (acrónimo que significa “sueño”), y que han acusado a la Administración por deportar en algunos casos a sus padres y no cumplir con la promesa de una reforma inmigratoria, paralizada en realidad por la negativa republicana.

Clinton se adelanta para las presidenciales

Hillary Clinton está ya de campaña. Ha recorrido estados, estrechado manos y hablado en mítines, pues las elecciones legislativas de este martes en Estados Unidos, en las que la ex secretaria de Estado no es candidata, le han permitido retomar el contacto directo con el electorado; es indudable que se presentará a las presidenciales de 2016 e incluso ya prometió un anuncio al respecto para comienzos de año.

En su contacto con la militancia, Clinton ha adoptado un tono más populista. Ante la senadora Elizabeth Warren, la principal figura de la izquierda del partido, Hillary Clinton dijo a los congregados allí “no permitan que nadie les diga que las corporaciones y las empresas crean puestos de trabajo”, ante lo que Wall Street expresó de inmediato su sorpresa por esas palabras contrarias a las doctrinas del presidente Clinton y su esposa, que siempre se han pronunciado a favor del sector empresarial; al día siguiente la futura candidata intentó corregir sus declaraciones e indicó que había sido malentendida.

La principal batalla electoral está en el Senado -se elige un tercio de sus miembros-, la atención está en los ocho o diez estados en los que la competencia está más cerrada.

Una victoria republicana en Colorado o Carolina del Norte indicaría que esos estados podría volver a su espacio ideológico tradicional en las presidenciales, tras las últimas victorias logradas allí por Obama; el caso de Iowa es simbólico, al ser el estado que marca cierta pauta porque es el primero en celebrar las primarias.