Se demanda justicia y un no a la impunidad

Teodoro Barajas Rodríguez

Horas de apremio, tiempos difíciles y multiplicación de protestas de diversa índole se extienden por todo México, los motivos son diversos aunque el epicentro de ello se registra en Ayotzinapa porque no aparecen los 43 normalistas que en determinado momento fueron sustraídos, instituciones públicas de enseñanza superior se han sumado, como la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la demanda es de justicia, la pelea contra la impunidad.

Los principales partidos políticos actuales, PAN, PRI y PRD, han hecho un llamado para vigorizar el Estado de derecho venido a menos, en gran medida por sus propios gobiernos que han sido inoperantes, ausentes o negligentes, la calidad moral se diluye y algunos se preguntan si ya hemos tocado fondo.

El caso de los normalistas de Ayotzinapa es un tema inserto en la aldea global, la indignación y exigencia de justicia va por todos los rumbos, lo mismo en Europa que en Morelia, esta tragedia refleja de manera inequívoca una crisis del Estado Mexicano que hace aflorar la impunidad, las arenas movedizas de un gran pantano de la descomposición social.

En Guerrero se han cambiado nombres del directorio del gobierno pero las dificultades no se han resuelto, el nuevo jefe del Ejecutivo estatal Rogelio Ortega Martínez lisonjea a su antecesor en el cargo, se vuelve un apologista, habla de lo que nadie le ha solicitado como es resaltar las virtudes del defenestrado Ángel Aguirre, lo verdaderamente importante es atender el caso de los 43 desaparecidos y precisar quiénes fueron los muertos que se encontraron en las fosas clandestinas.

El asunto de referencia llega a todos los sitios, la indignación y exigencia para que regresen los normalistas se vio en escuelas lo mismo que en estadios como sucedió el sábado 1 de noviembre que un grupo de aficionados del equipo Guadalajara colocó una manta en las tribunas del Azteca en el marco del clásico del fútbol mexicano.

Se habla de convocar a un gran pacto que incluya actores políticos y sea extensivo a la sociedad civil, a lo largo de la historia se han signado múltiples acuerdos que suelen desconocerse en tiempos electorales, la experiencia nos dice que si la ley se aplica no hace falta agregar retórica, ni fotografías con apretones de manos.

Se hace referencia a un gran acuerdo nacional que sirva para fortalecer el estado de derecho, cerrar el paso a la impunidad, poner el acento en materia de procuración y administración de justicia, un gran esfuerzo conjunto, suena bien pero lo verdaderamente indispensable no son los buenos deseos sino la expresión cabal de voluntad política.

La corrupción es una plaga en nuestro país, gobiernos llegan y se van pero las conductas ilícitas continúan, en Michoacán se ha detenido a presidentes municipales en funciones así como exfuncionarios estatales por presuntos hechos que los sitúan en actos apartados de la ley, ése es un botón de muestra.