Anuncios con bombo y platillo, presencia de
destacadas personalidades y al cabo de los meses no sucede nada.
Palos de ciego
No hay camino para la paz,
la paz es el camino.
Gandhi
Carlos Alberto Pérez Cuevas
Pasan tantas cosas graves en el país y en tan poco tiempo, que los ciudadanos no logran asimilar un hecho, acto o circunstancia y ya viene uno nuevo de mayor magnitud o crudeza. Todo parecía indicar que lo sucedido en Tlatlaya en el Estado de México, era lo más fuerte que veríamos y no fue así. Como si se tratara de un destino trágico, del cual el país no puede alejarse, vino la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Sin duda, los dos temas más álgidos que se encuentran en la opinión publica en materia de seguridad, y que han generado que miles de ciudadanos se manifiesten en las calles, muchos de ellos son los de siempre, los que buscan cualquier motivo para confrontarse con la autoridad, y muchos otros con legítimo derecho e interés por haber sido afectados de manera directa.
Dije miles, pero este país tiene más de 110 millones de habitantes. Entonces aquí cabe una serie de interrogantes: ¿dónde están los millones de habitantes restantes?, ¿no les interesa manifestarse?; ¿comparten o no el dolor de los afectados?, ¿saben bien quiénes están detrás de los que siempre se manifiestan?; ¿no le creen a nadie?; ¿están cansados y hartos de lo que sucede? ¿Saben que al final, por más discursos que haya, nada cambiará? ¿Confían en su gobierno?
Desafortunadamente, los problemas de México no paran aquí, la economía cada vez está peor. Se habla de la creación de un Sistema Nacional Anticorrupción, pero cada semana nos enteramos de escandalosos y vergonzosos hechos ligados a corrupción y en este flagelo hay botones de muestra de todos los colores, sectores y niveles sociales y económicos.
Observo que se han juntado aspectos que no permiten que se encuentre solución de fondo que resuelva los conflictos. Una sociedad ausente, me refiero al grueso de la población que está más preocupada de sacar lo suficiente cada día para mal comer y mal vivir y que se consuela o se evade de cierta manera argumentando que podrían estar peor. Un gobierno que da palos de ciego y no atina a enderezar el rumbo, anuncia una propuesta de supuesto cambio de fondo: “Propuesta por la Legalidad” que incluye cambios a las policías municipales, la posibilidad de crear la policía nacional, el llamado a todas las fuerzas políticas, los sectores sociales y niveles de gobierno. ¿Cuántas comisiones, propuestas, pactos y firmas de acuerdo han pasado sin resultados? Anuncios con bombo y platillo, presencia de destacadas personalidades y al cabo de los meses no sucede nada.
No es mi deseo que este plan fracase, por el contrario deseo que al gobierno, a las autoridades y a sus proyectos les vaya bien y retomen el rumbo para que así le vaya bien a México. Sin embargo, vemos una reedición de viejos planteamientos, que chocarán con la realidad porque la legalidad, la paz y tranquilidad no surgen por decreto.
@PerezCuevasMx
perezcuevasmx@gmail.com