Todos han sacado las garras

Yazmín Alessandrini

Lamentablemente, porque en el ambiente también flotan otros asuntos sumamente importantes y relevantes, el caso Iguala ha polarizado la atención nacional y también internacional. Hasta los que no tienen nada que ver con esta tragedia (la desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa) han intentado perversamente sacar raja de ella y de llevar agua para su molino. Sin embargo, a estas alturas del partido, hay actores estrechamente vinculados a la coyuntura a quienes habría que exigirles por la vía legal que de una buena vez pongan sobre la mesa todo cuanto sepan sobre los hechos ocurridos el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.

Andrés Manuel López Obrador, Martí Batres, Carlos Navarrete Ruiz, Jesús Zambrano, Ángel Heladio Aguirre Rivero, José Luis Abarca Velázquez, María de los Ángeles Pineda Villa, Lázaro Mazón Alonso, Luis Raúl Mazón Alonso, Felipe Flores Velázquez, el flamante gobernador (sustituto o interino) Rogelio Ortega Martínez y muchos, muchos más, quienes desde sus respectivas posiciones, ciertamente están caminando sobre hielo muy delgado.

Algunos por sus omisiones, otros por su complicidad, varios por su cinismo, otros por su incompetencia, otros por su (muy conveniente) amnesia, unos más por su (desmedidísima) ambición… porque pareciera que al amparo de las arenas movedizas que han cubierto por completo el estado de Guerrero —porque no nada más es Ayotzinapa, Iguala, Acapulco o Colula, ¡es toda la entidad!—, prácticamente todos han sacado las garras.

Lo más angustiante de esta situación es que cada minuto que transcurre obra en contra de encontrar con vida a los 43 estudiantes desaparecidos por órdenes de la perversa ex primera dama igualense, la prófuga María de los Ángeles Pineda, quien, cobijada por el criminal manto protector del ahora gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero y su consentimiento por supuesto, maquinó junto a su marido (porque supuestamente le arruinarían su informe de actividades al frente del DIF-Iguala) la entrega de los normalistas a miembros de la organización criminal “Guerreros Unidos.

Las autoridades federales no pueden ni deben dejar de pasar por alto los vínculos (comprobables y documentables) de “El Peje” López Obrador y Aguirre Rivero con la pareja imperial de Iguala, quienes gozan de su calidad de prófugos de la justicia gracias a la protección que les está brindando este par porque, digan lo que digan el mesías tropical y el convenientemente enfuerado gobernador con licencia (especialistas en el fino arte de aventar la piedra y esconder la mano), tanto el tabasqueño como el guerrerense tienen vela en el entierro en que a los Abarca se los haya tragado la tierra.

 

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