En las elecciones intermedias de este martes en Estados Unidos, que costaron casi 4 mil millones de dólares, según un estudio de la organización independiente Center for Responsive Politics, predominará el abstencionismo entre los ciudadanos, mientras que unos cuantos multimillonarios influyeron por medio de su financiamiento a candidatos y propaganda, aunque al final casi nada cambiará el escenario político nacional norteamericano.

Los ciudadanos no expresarán preferencia por propuestas políticas ni candidatos, no votarán a favor de algo, sino en contra, según múltiples sondeos y análisis; algunos votarán contra el presidente Barack Obama -aprobación que está cerca del nivel más bajo de su gestión- o contra los actuales ocupantes del Congreso, colectivamente los legisladores sólo tiene un 14 por ciento de aprobación.

Después de ser bombardeados con propaganda, casi toda por televisión, pero creciente en las redes sociales, después de que se ha duplicado el número de ciudadanos que han seguido la elección virtualmente, los ciudadanos agradecerán que estos comicios lleguen a su fin.

El Partido Republicano ha mantenido un ambiente de victoria anticipada ante casi 90 millones de electores que están llamados a que voten para la determinación de 36 gubernaturas y las nuevas interrelaciones de poder entre el Congreso y la Casa Blanca.

Sin embargo, se calcula que sólo 40 millones participarán en estos comicios legislativos que favorecerán a los republicanos con cifras no vistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en la Cámara de Representantes y en el Senado.

El vicepresidente, Joe Biden, y el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, confiaban ante los medios de comunicación que los demócratas retendrán el control del Senado.

La última estimación de la página FiveThirtyEight, una de las más acertadas, elevaba hasta 75.5% la probabilidad de un triunfo conservador contra 24.5% para los demócratas; asimismo, la última encuesta de The Washington Post confirmaba los bajos niveles de popularidad del presidente Obama con un 44% de aceptación frente a un 50% de rechazo.

Por su parte, algunos estrategas han insistido en la posibilidad de un repunte de última hora: la cadena NBC y el diario The Wall Street Journal advirtieron en su encuesta del domingo pasado que la noche de este martes 4 de noviembre podría resultar un estrecho margen entre demócratas y republicanos en estados clave como Alaska, Arkansas, Colorado, Georgia, Iowa, Kansas, Kentucky, Louisiana, New Hampshire y Carlina del Norte.

Un recorrido político

Los republicanos necesitan seis escaños para tomar el control de la cámara y están en una posición esperanzadora para conseguirlos. Un Senado republicano dejaría al presidente, Barack Obama, sin aliados en la mayoría parlamentaria para impulsar sus proyectos en los dos años que le quedan en el cargo. Pero con dos carreras que podrían llegar a segunda vuelta, quizá no sepamos quién se quedará con el Senado hasta dentro de varias semanas.

De acuerdo con el periódico Excélsior que ha reportado algunos puntos clave para entender lo que se juega en estos comicios, los demócratas esperan que las carreras a gobernador pongan el punto positivo en este año de elecciones, pero incluso en la demócrata Nueva Inglaterra se ven a la defensiva ante fuertes candidatos republicanos. Obama salió a hacer campaña por los gobernadores en el último tramo de la carrera, así que sus resultados podrían dar pistas de si todavía puede motivar a los fieles del partido.

Además, asegura que los demócratas no tienen posibilidades de recuperar el Congreso y que la mayoría será republicana; la aspiración de los congresistas conservadores alude al objetivo de 245 escaños, 11 más de los que tienen ahora, lo que supondría superar la oleada del Tea Party en 2010 que les ayudó a conseguir 242 representantes. Si logran más de 246, batirían el récord del partido desde la Segunda Guerra Mundial, fijado entre 1947 y 1949 durante el gobierno de Truman.

Entre las 140 medidas concretas que se dirimirán hay cuatro iniciativas para legalizar el consumo de marihuana. Oregon, Alaska y el distrito de Columbia decidirán si permiten su uso recreativo, mientras que Florida plantea una medida para legalizar su uso con fines médicos. Colorado y Washington legalizaron el consumo recreativo hace dos años con el respaldo de las masas de jóvenes votantes que salieron a votar por Obama. ¿Pueden los partidarios de estos comicios conseguir suficiente apoyo en unas elecciones de media legislatura, en las que el electorado tiende a ser mayor y más conservador?

La Casa Blanca, por su parte, dijo que deseaba que el Congreso saliente se ocupe de una amplia reforma migratoria, pese a la oposición republicana en la cámara de representantes a considerar cualquier iniciativa de este tipo.

“Eso es algo que los legisladores podrían considerar hacer durante los últimos días de esta legislatura, y le daríamos la bienvenida pero esa es una decisión que tienen que hacer los republicanos”, dijo el vocero presidencial Josh Earnest.

La historia de Estados Unidos refleja una participación más baja en las elecciones de media legislatura que en las presidenciales. ¿Puede la tecnología moderna cambiar la tendencia? Ambos partidos emplean sofisticados métodos para buscar y reclutar votantes desde las elecciones de 2008 y 2012 e incluso cada vez emplean métodos más personalizados para llevarles a las urnas, incluyendo voluntarios entrenados y empleados de pago.

Los demócratas tienen más en juego, dado que sus votantes son más propensos a no participar en los comicios de media legislatura, y han puesto sus esperanzas en la estrategia de motivación.