Bajo la Torre Eiffel, en París, este jueves se registró una sorpresiva manifestación de 300 pastores y algunos corderos, al grito de “la caza del lobo está abierta”, por ganaderos ovinos procedentes de varias regiones de Francia que reclaman autorizaciones para matar lobos.
Queremos “mostrar a los poderes públicos la absurdidad del lobo. Y ya que no logramos proteger nuestros rebaños, vamos a pedirle al gobierno que los guarde”, expresó Serge Préveraud, presidente de la Federación Nacional Ovina (FNO).
Los pastores piden un mayor número de autorizaciones para matar lobos, al considerar que las dadas hasta ahora (24 como máximo) son insuficientes.
También denuncian el aumento de los daños en sus rebaños. Por ejemplo, en la zona de los Alpes de Alta Provenza hubo desde enero 345 ataques de lobos -contra 288 en el mismo periodo del año pasado- y mil 117 ovejas muertas, 874 en 2013, según cifras del sindicato de agricultores y ganaderos FNSEA.
“Nuestro trabajo no es recoger cadáveres de ovejas”, declaró el manifestante, Jacques Courron.
El lobo, especie protegida, se reintrodujo en Francia procedente de Italia a través del macizo de Mercantour en 1992, y no cesa de extenderse; su número -se estima en unos 300- aumenta entre 15 y 20 por ciento por año en un área que asimismo se eleva un 25 por ciento anual.
Mientras los pastores se manifestaban, al otro lado de la Torre Eiffel unas 20 personas favorables a la protección de los lobos trataban de igual forma ser escuchados.
“Estar por el lobo no es estar contra los ganaderos”, lo que se dice “del lobo es desproporcionado en comparación con los otros problemas de los ganaderos”, declaró Marc Giraud, vicepresidente de la Asociación para la Protección de los Animales Salvajes.
(Con información de La Jornada)