Estados Unidos y sus aliados libran una guerra contra el eje Moscú-Teherán en medio de intereses geopolíticos. El Estado Islámico, nacido de organizaciones fusionadas y manipuladas por grupos antagonistas, se vuelve cada vez más incontrolable.
Lyas Hallas*
Un movimiento de resistencia se formó a raíz de la invasión de Irak por Estados Unidos en 2003 para impedir su presencia y frustrar sus planes en ese país. Este movimiento, dirigido por ex militares iraquíes, usa a los extremistas islámicos sólo como una diversión, no tanto para controlar totalmente la situación. Aprovechando el caos, también ha formado varios grupos sunitas. Tienen lealtad al grupo de Al-Qaeda y Bin Laden como base de la organización del Estado Islámico. Esta organización, bajo la influencia de la CIA, Qatar y Arabia Saudita, opera en dos frentes: para desacreditar a la resistencia iraquí y sofocar a Irán que se presta a un juego de influencia y mueve los hilos en Siria, Líbano e Irak mediante el apoyo a grupos chiítas. Treinta grupos terroristas chiítas están activos en esta área y la mayoría de ellos aún no están clasificados como organización terrorista por Estados Unidos.
Arabia Saudita asegura los precios del petróleo
La economía global no es tan sensible a este juego geopolítico, al menos no por el momento. Hay dos razones para ello. En primer lugar, el llamado Estado Islámico tiene poca importancia ya que opera con depósitos de crudo de forma artesanal, que vende en cantidades que son poco probable que afecten los precios del petróleo. En segundo lugar, Arabia Saudita, un aliado de Washington, comercializa el hidrocarburo en cantidades que compensan las perturbaciones, si es que las hay, proveniente de los equipos instalados en los pozos petroleros iraquíes.
Sólo así se puede entender por qué hay estabilidad en los precios del petróleo. La economía mundial se vería afectada sólo si los precios del petróleo se disparan o más bien se derrumban. Esa es una hipótesis que podría ser excluida ya que Arabia Saudita garantiza la estabilidad de los precios. Asimismo, no ha respetado su cuota fijada por la Organización Países Exportadores de Petróleo (OPEP)
Otro aliado de Estados Unidos en la región es Turquía. Jihadistas de todo el mundo llegan a Siria e Irak a través de ese país. El Estado Islámico monitorea constantemente las redes de contrabando del gobierno turco que venden su petróleo en Turquía. Por su parte, el gobierno turco también juega a la autonomía con la esperanza de debilitar el norte kurdo de Irak, que libra cruentas batallas para repeler a las fuerzas del Estado islámico. Un estado kurdo fuerte en el norte de Irak fortalecería las tendencias separatistas del PKK en Turquía y se agitaría la esperanza de crear la gran Kurdistán.
Irán tiene la sartén por el mango a través de sus vecinos chiítas
Irán aprovecha el caos reinante en la región para asentar su influencia en los territorios controlados por grupos chiítas en Siria (El clan de Assad es chiíta), en Líbano (Hezbolá) e Irak. Además de Rusia, que tiene una base militar en Tartus (Siria), Irán apoya a Assad con la finalidad de mantener un pie en el mar Mediterráneo y un ojo en los yacimientos de hidrocarburos en alta mar que se encuentran a lo largo de los mares territoriales sirios, libaneses y palestinos.
La ayuda al wahabismo en el reclutamiento de carne de cañón
La ideología islamista sirve para movilizar mercenarios yihadistas de todo el mundo, los cuales sirven como carne de cañón en la guerra librada por Estados Unidos en Medio Oriente contra el eje Moscú-Teherán. La zona atrae a sunistas radicales que creen llevar una guerra santa contra los no musulmanes (occidentales) y chiítas, a los que describen como “apóstatas”. En esas condiciones, el campo es fértil para reclutar yihadistas. El sectarismo practicado por líderes chiítas iraquíes bajo la influencia de Irán, y que se encuentran en diferentes niveles de la jerarquía del gobierno post Sadam, aumenta aún más la brecha entre sunitas y chiítas.
El fundamentalismo wahabita goza de una gran propaganda, la cual se transmite por los medios de comunicación en la Península Arábiga, con la que se apoderan de las mentes de todo el mundo musulmán. ¿El Estado islámico se está convirtiendo en un monstruo incontrolable? Este golem creado por la fusión de varias organizaciones terroristas antagonistas y, que se ha infiltrado en todas partes, ¿amenaza a tal punto la seguridad global? Los ataques aéreos dirigidos contra sus posiciones en Irak, si bien no lo han destruido hasta el momento, en su mayoría expresan este temor.
Cronología del Estado Islámico
Abril de 2003: La invasión de Irak.
2004: Nacimiento de la organización “Al-Tawhid wa al-Jihad fi biled Rafidayn” Abu Musab al-Zarqawi.
2004: Zarqawi juró lealtad a Al-Qaeda, Osama bin Laden y “al-Tawhid wa al-Jihad fi al-Rafidayn biled” se convierte en “Qaidat fi Bilad al-Jihad al-Rafidayn (al-Qaeda en Irak).”
15 de diciembre 2005: Creación del “Majlis Shura Al Mujahideen (Consejo Consultivo de mujaidines)” que protege a ocho organizaciones de al-Qaida en Irak.
08 de junio 2006: Eliminación de Abu Musab al-Zarqawi, emir de al-Qaeda en Bakuba, Irak.
13 de octubre 2006: Creación del “Estado Islámico en Irak” para sustituir a la Junta Consultiva Mujaidín. Abu Omar al-Baghdadi sea nombrado jefe de esta nueva organización.
19 de abril 2010: Eliminación de Abu Omar al-Baghdadi y Abu Ayyub al-Masri (líder de Al-Qaeda en Irak que sucedió a Zarqawi). Nombramiento de Abu Bakr al-Baghdadi a la cabeza del Estado Islámico en Irak.
Agosto 2011: Fundación del Frente Al-Nusra en Siria, como organismo antena del Estado Islámico en Irak, bajo los auspicios de al-Joulani.
09 de abril 2013: Abu Bakr al-Baghdadi disuelve el Estado Islámico en Irak y el Frente Al-Nusra y crea el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), por su siglas Daech.
08 de noviembre 2013: Aymen al-Zawahiri, el líder de al-Qaida disuelve EIIL (Daech), dando instrucciones a la rama local de Al Qaeda a retirarse de la organización.
29 de junio 2014: Abu Bakr al-Baghdadi proclama el Califato y cambia el nombre Daech por el de Estado islámico.
*Lyas Hallas es periodista político en activo de origen argelino. Trabaja en la cadena de medios de comunicación MaghrebEmergent. El texto fue traducido del francés por Gerardo Yong.