GARBANZOS DE A LIBRO
Chespirito: Amo la vida
Marco Aurelio Carballo
Chespirito, el Chavo del 8, que murió a los 85 años de edad el 28 de noviembre de este 2014, quiso ser boxeador y luego de recibir unas cuantas trompadas prefirió seguir estudiando y se recibió de ingeniero. Trabajó en una agencia de publicidad y de guionista de películas. Hijo de una secretaria y de un pintor, nació en el Distrito Federal. en 1929. Así lo cuenta en su autobiografía Sin querer queriendo. Ahí revela que el cineasta Agustín Delgado lo llamó Chespirito, derivación de Shakespeare y le dijo que era como el escritor inglés, pero en chiquito.
Durante una entrevista con Daniel de la Fuente para Reforma, cuando presentó el libro Y también poemas, dijo que no pensaba publicarlos, debido a que los veía muy íntimos. Pero su esposa Florinda Meza lo animó. “Esa manera de escribir poemas la aprendí de mi madre, Elsa Bolaños Cacho. Ella era poeta muy rigurosa. Fue quien me enseñó las estructuras y leyes básicas”.
Respecto a su niñez, dijo que pese a la pobreza fue muy feliz. No tuvo bicicleta pero siempre había una pelota a la mano. Además, fue peleonero y sabía meter los puños. Sin embargo, “nunca dejé de cultivarme, gracias a la cercanía de mamá”.
De las comedias, dijo que siempre buscó que el espectador pasara un rato ameno. “Entretener ha sido, para mí, muy digno porque haces a la persona olvidar un poco sus problemas”.
La palabra Chespirito lo hizo casarse con la letra ch, comentó: “el doctor Chapatín, chavo por los chavales de España, y ya cuando me di cuenta había aumentado a Chilindrina, Chimoltrufia, Chaparrón, Chómpiras, Chipote Chillón y las pastillas de Chiquitolina. Llegó un momento en que decidí no hacer más El Chavo del Ocho o El Chapulín por la edad. Cada vez alejaba más al director de cámaras por mis arrugas. Fui perdiendo agilidad. Entonces me dediqué a las piezas de los Caquitos, me parecen lo mejor logrado que he hecho”.
En la entrevista dijo que “soy feliz como soy. Amo la vida. La considero maravillosa. Por eso bendigo a Dios. Tengo una casa de 260 metros, que Florinda ha adornado hermosamente y tengo los mejores nietos”.
Del pariente cercano de su mamá, el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, Chespirito dijo: “Nadie es perfecto”.


