El hombre armado que portaba una bandera islámica y que mantuvo como rehenes a una docena de personas en un café del centro de Sydney, fue uno de los dos muertos en el hecho que terminó cuando la policía irrumpió este lunes en el lugar.
Una serie de potentes explosiones se registraron en el momento en que comandos especiales de las fuerzas de seguridad entraban por una puerta lateral del Lindt Chocolate Cafe, después de que se produjera un fuego de origen indeterminado.
Un robot para desactivar bombas entró en el local y durante la operación, al menos seis rehenes salieron corriendo en medio de una gran confusión. Los restantes, unas siete personas, han ido saliendo, varios con las manos en alto, según el canal 7; algunos han sido llevados en camillas y asistidos por equipos médicos, informaron en directo periodistas de la agencia France Presse.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, calificó el secuestro de acto con “motivaciones políticas” y se reunió a lo largo del día en dos ocasiones con el Comité de Seguridad Nacional.
El secuestrador se ha identificado como Man Monis, de origen iraní, que entró armado cerca de las 9.30 hora local de este domingo y obligó a los rehenes a sostener una bandera contra el aparador del establecimiento, en el centro de la ciudad más grande de Australia.
La bandera negra con letras blancas reza en árabe “No hay más Dios que Alá, y Mahoma es su profeta”; Australia es uno de los países miembros de la coalición militar encabezada por Estados Unidos contra el avance en Irak y Siria de los extremistas suníes del Estado Islámico.
Man Maron Monis, de 50 años de edad, fue condenado en 2012 por enviar cartas amenazantes y ofensivas contra los familiares de ocho soldados australianos muertos en Afganistán, como protesta por el papel de Australia en el conflicto; aunque el país es fiel aliado de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo, nunca había sufrido un atentado terrorista islamista, según medios locales que cita la agencia Reuters.
Monis tenía antecedentes, además, de agresiones sexuales, según fuentes policiales; el diario Sydney Morning Herald asegura que fue acusado en 2013 de ser cómplice en el asesinato de su ex mujer; no se ha confirmado si el secuestrador pertenecía a algún grupo terrorista islamista o si actuaba solo.
Durante las últimas horas hasta tres televisiones y radios australianas recibieron llamadas de los rehenes desde el interior de la cafetería y contaban que el secuestrador había pedido hablar con el primer ministro australiano, Tony Abbot, y también habría solicitado que le llevaran una bandera del Estado Islámico (EI); la portavoz policial precisó a la prensa que no puede confirmar informaciones sobre las supuestas demandas del hombre armado.
La corresponsal policial del canal australiano ABC, Lucy Carter, informó que su medio conocía la identidad del hombre armado pero que, a instancias de la policía, no lo divulgaría. El periodista Hugh Riminton aseguró que el medio para el que trabaja, el canal TEN Eyewitness News, había recibido un vídeo en el que un rehén traslada las peticiones del secuestrador, aunque dijo que la policía había pedido que no se informara sobre la identidad del hombre armado o de sus motivaciones.
Australia elevó el nivel de alerta a alto en septiembre, después de que el Gobierno decidiera unirse a la coalición liderada por EU contra el Estado Islámico, lo que supone que el riesgo de ataque es “probable” y es el nivel más alto decretado desde que se implantó este sistema de alerta en 2003.
Ese mismo mes, 15 personas de origen afgano presuntamente próximas al grupo terrorista fueron detenidas en Sidney, acusadas de planear un atentado en Australia, y la policía abatió a un presunto terrorista a las afueras de Melbourne, después de que este apuñalara a dos agentes.
Las autoridades habían negociando con el atacante, “hemos estado en contacto durante el día y de varias formas”, indicaron, “una parte muy importante de la negociación es que no hablemos de algunas de las tácticas o de la información con la que se está trabajando”, y explicaron que el sistema que la policía utiliza para comunicarse con el secuestrador era “de primera clase”.
En un comunicado televisivo, el primer ministro australiano, Tony Abbot, afirmó “este es un accidente muy doloroso, es profundamente espantoso que gente inocente esté siendo retenida por una persona armada que expresa motivaciones políticas”; cuarenta organizaciones musulmanas de Australia han condenado el secuestro, y lo han definido como un “acto despreciable”, informa France Presse.
Decenas de policías armados se desplegaron en la zona del secuestro; los autobuses eran desviados y los trenes no paraban en la estación de metro de Martin Place, a pocos metros del establecimiento.
El lamentable suceso ha impactado en el núcleo financiero de Australia. Si bien en otros puntos del distrito continuaba la actividad habitual, los sucesos de la mañana estaban en boca de todos los habitantes; Martin Place es la sede de los principales bancos, empresas e instituciones financieras, tanto australianas como internacionales.
(Con información de El País España)
