Las fuerzas militares estadounidenses están en “estado de alerta máxima” por la publicación de un informe sobre las torturas de la CIA, dijo este martes en Bagdad el secretario de Defensa, Chuck Hagel.
“Ordené a los comandantes” de las fuerzas de combate “que se pusieran en estado de alerta máxima en todo el mundo”, señaló Hagel en declaraciones a la prensa en Bagdad, y que hasta el momento no se había señalado ninguna amenaza concreta.
Miembros de la comunidad de inteligencia y altos cargos de la administración del presidente Barack Obama advirtieron desde este lunes del riesgo de difundir el reporte que acentuara el odio de grupos terroristas y extremistas como el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, que podría usarlo para justificar sus ataques y reclutar a nuevos simpatizantes.
Sin embargo, funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que el informe sobre la investigación promovida por el Senado y realizada entre 2009 y 2012 será finalmente hecho público este martes pese a que el secretario de Estado, John Kerry, advirtió la semana pasada sobre el impacto negativo que podría tener para los intereses estadounidenses alrededor del mundo.
El informe, que hace revelaciones sobre el programa secreto que puso en marcha el gobierno del presidente George W. Bush (2001-2009) para interrogar a las personas consideradas sospechosas de vínculos con Al Qaeda y otras organizaciones terroristas, recopila en 500 páginas detalles sobre como fueron tratados alrededor de 100 sospechosos de terrorismo detenidos por agentes estadounidenses, después de los ataques del 11 de septiembre.
Los sospechosos fueron sometidos a técnicas que incluían el ahogamiento simulado, mantenerlos en posiciones incómodas, impedirles dormir y otros métodos cuestionables aplicados tanto en centros de detención clandestinos manejados por la CIA o en la base militar que Estados Unidos habilitó en la bahía de Guantánamo en la isla de Cuba.
Desde que llegó al poder en 2009, el presidente Barack Obama ha tratado de distanciarse de las estrategias aplicadas por el gobierno de su antecesor; en agosto, en referencia al contenido del informe, el presidente señaló que es necesario reconocer que “hemos torturado algunas veces”.
“El presidente piensa que es importante que el informe sea publicado para que los estadounidenses y las personas del mundo entero puedan comprender exactamente qué pasó”, explicó Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.
También reconoció este lunes que se han tomado “medidas prudentes” para reforzar la seguridad en las instalaciones de Estados Unidos y en las misiones diplomáticas en el extranjero para prevenir posibles reacciones encolerizadas por la divulgación del contenido.
El informe de la investigación confidencial fue aprobado por la comisión de investigación del Senado en diciembre de 2012 y sus miembros votaron en abril pasado a favor de hacer público la divulgación, que fue demorada por los desacuerdos surgidos entre la Casa Blanca y los congresistas sobre el volumen de datos que era necesario omitir en el texto final, como por ejemplo los nombres secretos de los agentes de la CIA o de países y autoridades que han cooperado con Estados Unidos en la llamada “guerra contra el terrorismo”.
Dirigentes del opositor partido republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el excesivo costo del informe que ha representado un gasto de 40 millones de dólares para los contribuyentes estadounidenses.
Dick Cheney, que fue vicepresidente de Bush, incluso defendió las técnicas utilizadas para interrogar a los sospechosos, argumentando que ellas eran “totalmente justificadas” y necesarias para obtener información que permitieran salvar la vida de estadounidenses y otras personas en el mundo afectadas por ataques terroristas de Al Qaeda.
Por su parte, el ex presidente Bush ha defendido la práctica de la tortura en los interrogatorios, al asegurar que gracias a éste tipo de técnicas, y de quienes las practicaron, EU es hoy más seguro que antes.