Entrevista a Cristopher Ballinas Valdés/Profesor-investigador del ITAM

 

 

 

Nora Rodríguez Aceves

El fenómeno de la corrupción no sólo se circunscribe a los servidores públicos, la verdad es que hay varias esferas donde afecta, los privados que sobornan a los servidores públicos y la sociedad que también en un momento dado no hace la parte que le corresponde desde el punto de vista legal o pretende de alguna otra manera eludir alguna responsabilidad a través de dar una dadiva o dar algún pago. Por ejemplo, “lo que sucede con los policías, uno se pasa un alto y pretende dar un dinero para que no le impongan una sanción, entonces del lado de la sociedad también hay una corresponsabilidad en el fenómeno de la corrupción porque por lo regular siempre se asume que nada más es una cuestión de los servidores públicos”, señala Cristopher Ballinas Valdés, profesor-investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

De igual forma, niega que la corrupción sea una cuestión cultural o de educación, pues asegura “más que una cuestión cultural, las instituciones legales y sociales están hechas en este país de tal forma que se premia a la persona que toma ventaja de las situaciones, independientemente de que sea de una manera legal o ilegal, por decir algo, a la persona que se pasó el alto se le premia como diciendo: mira, le sacaste algo a la autoridad, y no se le sanciona; a la persona que, como dice la misma sociedad, es gandalla es el que recibe la venia social, y no lo que debería ser, más que esté distendido, es que no hemos creado los incentivos para que todas las personas tanto privados, servidores públicos, sociedad en general, se manejen de acuerdo con lo que socialmente debería ser óptimo: evitar actos de corrupción o actos prohibidos; entonces no es un acto necesariamente social, sino que no están las instituciones para que las personas que abusen sean sancionadas cabalmente de tal forma que no lo vuelvan a repetir”.

No es exclusiva del gobierno

“La corrupción no es propia de un país, sociedad, segmento poblacional, cultura, profesión, régimen, partido político u organización estatal. Tampoco es exclusiva del gobierno, ni se encuentra extendida en toda la población. La corrupción no se restringe a un solo tipo de prácticas, pues involucra una serie de formas, mecanismos y organizaciones en las que intervienen elementos muy variados”, escribe más ampliamente Ballinas Valdés en su artículo La corrupción, un mal de todos, una práctica de todos, publicado en la página electrónica de CNN México.

El doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, Reino Unido, responde en entrevista con Siempre!: “La corrupción existe en todos los sistemas democráticos, incluso autoritarios, lo que pasa es que su extensión varía dependiendo de las instituciones con las cuales se cuenta. Actualmente, México no está siendo muy bien evaluado por la institución que se encarga de medir la corrupción, que es Transparencia Internacional, hace unas semanas salió el índice donde México está muy mal ubicado, está a tres cuartas partes abajo de la tabla y muy por debajo de sus pares en Latinoamérica”.

“Una de las cosas que tiene que ver en esto es que, si bien México cuenta con las instituciones para combatir la corrupción, éstas están atomizadas, es decir, la Auditoria Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública o en otros casos el Instituto Federal de Acceso a la Información, etc., no se encuentran conectadas por lo tanto no se puede hacer una persecución óptima de la corrupción en el país, lo cual hace que aunque se hagan muchos esfuerzos no se concreten realmente en el combate a la corrupción.”

En este sentido, de la búsqueda de soluciones en el fenómeno de la corrupción, cabe recordar que hay una reforma en materia de corrupción pendiente en el Congreso de la Unión que pretende crear un Sistema Nacional Anticorrupción, esto es, articular los esfuerzos de un conjunto de dependencias, de instancias, que en su ámbito de competencia, se coordinen entre sí para prevenir, combatir, erradicar y sancionar la corrupción. “En realidad hay dos iniciativas, una que presentó el gobierno federal y otra que presentó el PAN, ninguna de las dos es totalmente el ideal que nosotros estaríamos buscando en este momento en México, ya que, por un lado, la propuesta del Ejecutivo lo que pretende es únicamente fortalecer la parte fiscalizadora y persecutoria de la corrupción al crear la Fiscalía Anticorrupción. Por el otro lado, Acción Nacional lo que pretende es hacer un sistema nacional de combate a la corrupción donde se involucran estándares en los tres órdenes de gobierno”.

Lo mejor es prevenir

No obstante, “si nosotros las analizamos, éstas deberían ser complementarias y no aisladas. El combate a la corrupción debe darse tanto en la prevención, en la mejora de los procedimientos y creaciones de estándares en todos los niveles de gobierno pero también en una correcta fiscalización y persecución de los delitos porque si nada más se adopta una de estas dos, quedará incompleta la ley anticorrupción que se pretende. En lo que se debería de pensar es en tener un sistema mucho más homogeneizador, integrador, del fenómeno de la corrupción, de tal forma que se pudiera combatir en todas sus vertientes”.

Cristopher Ballinas, colaborador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, es autor del libro The Politics of Agency Design. Politics in the Forging of Autonomous Regulatory. Agencies in Mexico, que se centra en un análisis de las pugnas políticas detrás de la creación de los organismos autónomos en México. Condecorado, en el año 2000, con la Medalla Gabino Barreda en Ciencias Políticas por la UNAM, sostiene en sus artículos, ensayos o conferencias sobre el tema de corrupción que, “la lucha a la corrupción debe darse como una forma de favorecer el desarrollo del país al erradicar prácticas que se lo impiden o limitan, por ende, necesita no sólo la acción del gobierno, sino también la participación de todos los individuos de una sociedad. Por lo que no puede hacerse de manera improvisada, necesitamos conocer mejor la corrupción, la forma en que se da y la forma de combatir cada una de ellas”.

En su ponencia Entendiendo mejor la corrupción administrativa. Apuntes para crear instituciones para controlar la corrupción, presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPyS-UNAM) dentro de la mesa La importancia del combate a la corrupción en México: Proyecto de Investigación Financiamiento y Apoyo Técnico, mayo del 2003, el investigador y académico universitario explica más ampliamente que “la corrupción ahoga las economías nacionales, pues distorsiona completamente el proceso de decisión política y afecta los proyectos de inversión para el desarrollo de país, incrementando la inversión del gobierno que no se ve reflejada en la producción o en la infraestructura por el desvío de recursos, por lo que se termina adquiriendo bienes más costosos o de menor calidad. A esto se le suma la falta de inversión y de confianza en un país, mermando su crecimiento y desarrollo a nuevos estadios”.

En ese mismo tenor, el pasado 9 de diciembre, con motivo del Día Internacional contra la Corrupción, el director ejecutivo de UNODC (del inglés United Nations Office on Drugs and Crime), Yury Fedotov, señaló que “la corrupción penetra en el consejo de administración, en las instituciones de gobierno, de procuración e impartición de justicia, de educación, salud, deporte, y en muchas otras áreas”.

Asimismo, afirmó que “no hay país, región o campo de trabajo que escape a este delito. La corrupción provoca el alza de precios, erosiona la credibilidad de empresas, desvía fondos públicos y socava la equidad e imparcialidad entre las sociedades”.

El precio de hacer negocios

“Más aún, su influencia se ha extendido hacia el exterior. Considerada antes como simplemente el precio de hacer negocios, la corrupción es hoy un costo destructivo pagado por millones de ciudadanos, especialmente por los más pobres.”

De ahí que el académico del ITAM coincida con los estudiosos del tema en el sentido de que la corrupción impacta en la brecha de desigual entre la población. “La corrupción hace que se incremente esto, incluso hay diferentes estudios que prueban que en países donde hay elevados índices de corrupción como en Costa de Marfil, en África Occidental, que es uno de los casos más tristes en cuestiones de corrupción, efectivamente se pierde casi el 50% de producto interno bruto en servicios de mala calidad o en que los servicios no llegan a las personas que tienen que llegar”.

“De hecho mucho de lo que se estuvo haciendo en los países para prevenir la corrupción en los noventa y en la primera década del siglo XXI era que la corrupción no terminara afectando los servicios y, por ende, incrementando la brecha, entonces sí la corrupción incrementa la brecha, incrementa la desigualdad y también hace que no haya tratos igualitarios entre las mismas personas. Por ejemplo, cuando algún partido político da preferencia a personas que votaron por él sobre otras que no lo hicieron, está haciendo una discriminación sobre ellas que no debería de existir, pues los servicios están hechos para las personas en general, por lo tanto sí tiene un impacto, incluso en México se ha llegado a medir eso por el Banco Mundial que llega a impactar entre el 4 y el 10% del producto interno bruto precisamente por la cantidad de corrupción que genera malos servicios o que no están enfocados a quien debe”.

Sin embargo, Cristopher Ballinas considera que este fenómeno tan arraigado en nuestro país no es la raíz de todos los problemas, “pero sí da una buena explicación de por qué muchos cosas no salen de la manera en que tiene que ser en este país, es decir, sí existen actos de corrupción que hacen que las personas no se guíen de acuerdo con las norma jurídicas, pero también existen otras cosas como el que no se haya contado durante mucho tiempo con un marco legal adecuado que era aplicado a discreción y que eso propiciaba que muchas veces las cosas salieran bien en la medida en que uno era cercano al presidente de la república o al grupo en el poder, mientras que a los que no lo estaban les iba mal, entonces, sí nos da una buena explicación pero no toda”.

Que los gobernantes rindan cuentas

Por eso, “la tarea por parte de los ciudadanos, de la sociedad en general es “cumplir las leyes porque eso nos permite pedirle a los servidores públicos y a las empresas privadas que no se conducen dentro del marco jurídico que también lo hagan, y tenemos que acostumbrar a nuestros gobernantes —que muchas veces los elegimos y nos olvidamos de ellos— a una rendición de cuentas, pedirles periódicamente que nos rindan cuentas de qué es lo que están haciendo realmente con el dinero público, y juzgar a partir de eso su actuar gubernamental para que se vaya construyendo una ética gubernamental que permita que la gente se comporte de acuerdo con la norma sin necesidad de que se les esté vigilando todo el tiempo”.

Entonces, hay que trabajar todos para erradicar la corrupción, “los servidores públicos deben de actuar dentro del marco legal pero también deben vigilar a sus pares, la Función Pública debe vigilar a aquéllos que están en las secretarías y éstas a su vez a los actuarios que están en la fiscalía, etc. La sociedad debe ser mucho más proactiva en querer calificar a sus gobernantes, los privados deben tratar de hacer negocios sin tener que sacar ventaja, partido, de ciertas mordidas como le llamamos en México. Hay que trabajar todos para que realmente funcionen las cosas como debe ser, y no tener que acarrear los costos, que de todos modos le pega a toda la sociedad cuando unos cuantos nada más toman ventaja, y lo que tiene que suceder es crear los incentivos correctos de manera institucional que funcionan en ciertos países, no eliminan la corrupción del todo, no existe un país donde haya corrupción cero, pero lo que sí hace es que aquellas personas que deciden corromperse serán sancionados de acuerdo con la regla”.