El próximo año se cumplirán 400 años de la publicación de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha, una de las novelas más importantes en la historia de la humanidad y el más grande clásico de la literatura en español. Para celebrarlo, Héctor Anaya presentó en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) el Calendario Quijotesco, que además de ayudarnos a medir el tiempo, contiene bellas pinturas con el caballero andante de protagonista y algunos datos curiosos.

La presentación se llevó al cabo la tarde del 12 de noviembre, fecha en que se celebra el Día Nacional del Libro a causa de que en ese día nació la gran poetisa novohispana sor Juana Inés de la Cruz, quien, junto con otro actor que interpretó a Don Miguel de Cervantes, acompañó al escritor Héctor Anaya en una entretenida charla.

Como ya se dijo, el calendario de escritorio contiene obras plásticas de reconocidos artistas. Beatriz Pagés Rebollar, directora de la revista Siempre!, facilitó el uso de algunas imágenes de El Quijote que, en los primeros tiempos de la revista, su padre, don José Pagés Llergo, y ahora ella misma, han solicitado en cada aniversario de la publicación a los mejores pintores para usarlas como portada.

Se encuentran dentro del anuario creaciones de, entre otros, de David Alfaro Siqueiros, Rafael Coronel, Rodolfo Morales, Alfredo Cardona, Sofía Bassi, así como de autores jóvenes como Derek López, quien estuvo presente en la ceremonia.

Dentro del almanaque se hayan insertos datos curiosos como una parte donde el narrador cantinflea para burlarse de la manera caballeresca de escribir que se usaba en la Edad Media o cuando Cervantes habla de los jinetes mexicanos. Incluso se comentó que el escritor trató de venir a México en tres ocasiones.

Durante la sesión se jugó bibliomancia, divertido modo de predecir el futuro con un libro seleccionando al azar número de página y línea, y leyendo e interpretando lo que el texto quiere decirnos.

Con la presencia de Sor Juana y Cervantes, Héctor Anaya deleitó a los asistentes con su conocimiento sobre la obra magna de nuestra lengua, a la que celebraremos en el cuarto centenario de la publicación de su segunda parte, que algunos críticos consideran incluso mejor que la primera. (David Boyás).