Entrevista a José Luis Camacho/Analista político

 

Viridiana Vega

En el escenario actual que inunda a la sociedad mexicana de escepticismo político y con el bombardeo de modificaciones y reformas a la política del país, se hace necesaria una reflexión que oriente a los ciudadanos.

Algunos expertos en el tema se pronuncian a favor y otros en contra aunque varios de ellos coinciden en que los cambios propuestos deben trascender más allá de los partidos y de sus fanatismos. El doctor en derecho constitucional Mexicano, José Luis Camacho Vargas, habló a Siempre! sobre la reforma política del Distrito Federal propuesta y su reciente publicación Reformemos juntos la ciudad de México.

 

No puede haber un poder sobre otro poder

¿Cuáles son los puntos fundamentales de su libro?

Es un documento que esencialmente señala, después de haber revisado sin duda alguna muchos artículos, iniciativas de diferentes legisladores, que lo que necesitamos los habitantes de la capital de la república, no sólo los ciudadanos, es una reforma a la estructura gubernamental del Distrito Federal, pero que beneficie realmente a la población.

Lo que necesitamos es que la reforma beneficie a los habitantes y que obligue a transparentar la gran cantidad de recursos públicos con que cuenta el gobierno local y las 16 delegaciones, además de que los servicios públicos, que por mandato constitucional se deben de presentar, sean eficaces y eficientes.

Hay desafortunadamente una corrupción tremenda, pero no sólo en la ciudad, en las delegaciones, en la estructura del gobierno federal y una deficiencia en los servicios públicos, es una barbaridad que, por ejemplo, en la delegación Benito Juárez, donde vivo, estuvimos tres meses sin alumbrado público por alguna situación que fue responsabilidad de la delegación.

¿Qué opina de la reforma política propuesta, qué falta por contemplar o es necesario profundizar?

La aspiración de muchos capitalinos es tener una Constitución política y que nuestra ciudad sea un estado más, pero esto no va a ser posible, por la simple razón de que, desde que nos fundamos, somos el asentamiento de los poderes federales y no puede haber un poder sobre otro poder o junto a otro poder, cada estado de la república y cada entidad federativa tiene su jurisdicción que ahí gobierna y son libres y soberanos.

En la capital de la república vamos a seguir siendo una entidad federativa, pero con características muy particulares. No habrá ninguna reforma que pueda modificar que aquí estén los poderes federales. ¿Qué se requiere?, que los actuales gobiernos delegacionales se transformen y el gobierno no dependa de uno solo, sino dependa sólo de un gobierno colegiado, o sea, como similitud a los municipios —hay cerca de 2 mil 500 en el país— los gobiernos del Distrito Federal, habría 16, posiblemente aumente el número; que haya un presidente municipal o un concejal mayor y diferentes miembros del cabildo le hagan contrapeso; es decir, que haya un gobierno colegiado y sea electo por voto directo, pero plural, o sea, que estén todos los partidos políticos.

Pero, ¿cómo o quién va a hacer una constitución? Una constitución es una ley superior donde se especifica quiénes son los capitalinos, cómo se adquiere la calidad de capitalino, cuáles son los límites del territorio, cómo está constituido su gobierno, y eso fue lo que fundamentalmente impidió la reforma en el Senado de la República.

Algunos dicen que los diputados locales crearán la Constitución, otros piensan que sean los que se elijan en el próximo mes de junio, o que sea una Asamblea Constituyente la que se encargue de hacerla. Pienso que así debe de ser, debe haber un grupo plural que redacte un documento que empezará a operar hasta 2018; algunos decían que el año que entra, pero no es posible, hay una prohibición constitucional para que se hagan modificaciones en materia electoral y surtan efectos en un periodo corto de tiempo.

La Asamblea Constituyente debe ser designada por el Congreso de la Unión, ya fuera el Senado o la Cámara de Diputados, y que ellos eligieran a 10, a 50 a 100 personas, con talento en diferentes áreas de la vida cotidiana, no sólo en derecho sino ecologistas, urbanistas, ingenieros en tráfico, una serie de persona serias, que construyan esta constitución que queremos los mexicanos.

 

Facultad del Congreso sobre el DF

¿Qué problemáticas enfrentaría este cambio?

Nos enfrentaríamos a dos problemas porque hay casos, como el del PRD, que quiere que le demos facultades al Gobierno del Distrito Federal para que se endeude, incluso que los gobiernos delegacionales tengan capacidad para endeudarse, y eso no puede ser posible. Conocemos el caso de varios estados de la república donde malos servidores públicos en contubernio con bancos alteraron documentos y se endeudó enormemente un estado y ahora tienen la deuda por muchos años los habitantes de diversos estados.

¿Qué se tiene que hacer? El Congreso debe seguir teniendo facultades para decirle al Distrito Federal hasta dónde se puede endeudar como gobierno central y no darle todas las atribuciones a los gobiernos municipales para que se puedan endeudar, porque si no en cualquier delegación lo harán para hacer obras innecesarias o derrochar dinero.

Hay dos situaciones concretas que son la bandera de algunos personajes para desacreditar o para ningunear la ciudad de México: en primer lugar, no tenemos un gobierno delegacional colegiado y eso puede prosperar, sería muy correcto y positivo; dos, que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal no forme parte del constituyente permanente, es decir, cuando se reforma la Constitución Política, además de que haya mayoría calificada en la Cámara revisora, deben aprobarla la mayoría de los congresos locales, es decir, 16 porque hay 31 congresos locales, el Distrito Federal no cuenta, por lo que se pretende que el Distrito Federal sí participe en el constituyente permanente.

Son las dos banderas fundamentales que pueden subsanar la reforma, incluso sin que hubiera una nueva constitución, pero si es una bandera y si la mayoría está de acuerdo en que haya una ley que le llamemos Constitución Política de la Ciudad de México, para quitar el término Distrito Federal, que es un término administrativo. Tiene que ser el Gobierno de la Ciudad de México con una constitución con características similares y que sea parte de la vida de los mexicanos.

Supuestamente somos la ciudad de la vanguardia con un gobierno de hace un siglo, incluso dentro de la propuesta de esta publicación consideramos una modernización a la Asamblea, que sigue trabajando con un gobierno donde sólo un partido decide, distribuye recursos, da clases de inglés, cuando no es facultad de los legisladores; ellos por mandato constitucional tienen que crear la norma política, además cuentan con una gran cantidad de recursos. Tenemos que transportar la organización de la ALDF para que participen todos los partidos en la conducción, en el gobierno y en el manejo de recursos. Los representantes del PRD no creen en el diálogo, cuando menos en la capital de la república, es un avasallamiento de las demás fuerzas políticas. A nivel federal siempre dicen que haya democracia, pero aquí se imponen las cosas; nuestra misión es estar informados y manifestar de forma pacifica nuestro pensamiento.

 

Concretar cambios

¿Por qué la ciudad de México no ha consolidado una reforma política? ¿Será posible aprobarla para el próximo periodo de sesiones?

La historia del Distrito Federal tiene 190 años. Cuando el primer constituyente crea la Constitución de 1824, en un artículo dice que se debe de buscar un distrito donde se asienten los poderes federales, y el 18 de noviembre de ese año deciden que sea en esta ciudad.

Hasta 1928 se cambia la estructura de municipalidades y entra esta figura administrativa; periódicamente fue avanzando, hubo cambios en la estructura gubernamental de la capital de la república y los podemos hacer muy palpables después de los años ochenta, donde viene una ALDF; primero le dan facultades para hacer bandos; después se crea, primero, una Asamblea de Representantes, luego una Asamblea Legislativa donde se dice que va a haber voto directo para elegir al jefe de Gobierno y después para los jefes delegacionales.

Fue avanzando y desafortunadamente hace 14 años se detuvo todo esto porque el partido en el gobierno del Distrito Federal quiere que se haga democracia, pero no aquí, siguen trabajando con la misma estructura del pasado.

Lo que estamos buscando es que estos cambios se lleguen a concretar, probablemente en febrero próximo, puesto que es el último periodo ordinario de la actual LXII legislatura. Tendrán los meses de febrero, marzo y abril para concretar y que cedan los partidos políticos; es la negociación, no la imposición, y que decidan quién va a crear este documento, los recursos públicos, el endeudamiento, el financiamiento.