La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, advirtió este viernes que se pondrá en riesgo el orden social del país si no lleva a cabo las reformas estructurales que impulsa.
Aseguró que se trata de reformas ambiciosas y que generan incertidumbre en algunos sectores de mayores ingresos, pero insistió en que es “la única forma de hacernos cargo de los desafíos que no pueden seguir esperando” y que “no enfrentar esos cambios constituye una amenaza a nuestro orden social”, durante la Conferencia Internacional “Desafíos para asegurar el crecimiento y una prosperidad compartida en América Latina”, organizado por el Fondo Monetario Internacional en conjunto con el ministerio de Hacienda.
“Crear las condiciones para el crecimiento es y seguirá siendo nuestra meta”, sostuvo en referencia al cambio tributario, educacional, del sistema de jubilaciones y la nueva Constitución que planea.
Asimismo, reconoció que “estamos conscientes que son reformas ambiciosas y que muchas veces las reformas ambiciosas alteran largas inercias en nuestro país. Por ello, es natural que produzcan inseguridad e incertidumbre.”Sin embargo, tenemos razones que nos muestran que el proceso que estamos llevando a cabo va en la línea correcta”, dijo ante la directora gerente del FMI Christine Lagarde.
A su vez, Christine Lagarde destacó la importancia de llevar a cabo reformas en América Latina para enfrentar de mejor modo la “nueva mediocridad” que afecta a la economía mundial.
Lagarde sostuvo que “es un momento estimulante para América Latina” y que solo “el pesimista más negativo apostaría contra el éxito de esta región. Los optimistas estamos conscientes de los desafíos de América Latina”.
En ese contexto indicó que para seguir contribuyendo al crecimiento económico “se requiere esta combinación de cambios necesarios y la confianza. Esta conferencia es importante para analizar estos puntos de tensión y las medidas correctivas para lograr un crecimiento de calidad”, el cual, a su juicio, se logra con sostenibilidad, inclusión y equilibrio.
También dijo que después de décadas de estancamiento, América Latina y su clase media ha crecido en confianza y expectativas, lo que se puede atribuir a la disminución de la desigualdad en los salarios y a un aumento de los salarios mínimos, que pese a este progreso, los indicadores sociales permanecen débiles, “las expectativas crecientes de la clase media están chocando con el déficit de suministros de servicios públicos”.