Los líderes del movimiento de desobediencia civil en Hong Kong se entregaron este miércoles a la policía por su protagonismo en las protestas en defensa de la democracia que el Gobierno ha considerado ilegales, señal de que su campaña podría estar perdiendo impulso.

Tres de sus fundadores se entregaron un día después de pedirles a los estudiantes que se retiraran de los sitios de protesta en el centro financiero de Asia en medio de temores de mayor violencia, horas después de que el líder estudiantil Joshua Wong convocara a sus seguidores a reagruparse.

Grupos pro-Pekín se burlaron de Benny Tai, Chan Kin-man y el reverendo Chu Yiu-ming mientras ingresaban a una comisaría policial ubicada a sólo dos paradas de metro del principal punto de protesta en Admiralty, cerca del centro financiero de la ciudad, controlado por los manifestantes chinos prodemocracia.

Los tres hombres, acompañados por el cardenal Joseph Zen, de 82 años, ex obispo católico de Hong Kong, llenaron formularios, dieron información personal y recibieron permiso para retirarse sin enfrentar cargos.

“Espero que podamos mostrarle a otros el significado de la entrega. Instamos a que la ocupación termine pronto y que más ciudadanos tengan la responsabilidad básica de desobediencia civil, que es entregarse”, dijo Benny Tai, la figura más destacada del movimiento, al dejar la comisaría.

La policía dijo que 24 personas de entre 33 y 82 años se habían entregado por “participar en una asamblea no autorizada” y que las autoridades podrían realizar investigaciones de seguimiento basadas en la información provista.

Más de 100 mil personas salieron a las calles en el punto más alto de las manifestaciones, pero el número ha disminuido a unos cientos, en su mayoría estudiantes, y el apoyo público ha declinado debido a que las protestas bloquearon rutas clave y afectaron negocios.

Algunos estudiantes retaron las advertencias para que se retiren y prometieron quedarse en los sitios de protesta para presionar por su petición de elecciones libres para el próximo líder de la ciudad en 2017.

Jean Pierre Cabestan, un experto en política china en la Universidad Baptista de Hong Kong, dijo que el movimiento de desobediencia estaba “en ruinas”, “el problema y una de las debilidades del movimiento es que no hay mucha coordinación entre la Federación de Estudiantes de Hong Kong y los demócratas”, dijo a corresponsales extranjeros en Pekín.

Los manifestantes están unidos porque piden democracia para la ex colonia británica, pero a dos meses del inicio de las manifestaciones están divididos sobre sus tácticas, que también son consideradas ilegales por Pekín.