La política del nuevo gobierno griego de Alexis Tsipras, han orillado a que el representante griego rechace la nueva ronda de sanciones que la Unión Europea pretende imponer contra Rusia, tras la ola de violencia que se ha presentado en Ucrania, sin embargo, niega las acusaciones, y los ministros de Exteriores maniobrarán en la reunión de este jueves para suavizar la posición de bloqueo de Grecia.
Por ello el ministro de Exteriores heleno, Nikos Kotzias, declaró, “Grecia está trabajando para restaurar la paz y la estabilidad en Ucrania y al mismo tiempo está trabajando para prevenir que se abra una grieta entre la Unión Europea y Rusia”.
Cabe mencionar los últimos registros de violencia no ha impedido que emerja de nuevo cierta división entre los Veintiocho. Lo más significativo es esa posición de bloqueo de Grecia, pero hay otros muchos países —España, Francia, Italia, Hungría, Austria y Eslovaquia, por ejemplo— que desconfían de la efectividad de las medidas de castigo en el plano político: las sanciones diezman la economía rusa, el rublo y su sistema financiero, pero no han conseguido gran cosa respecto a los objetivos de Putin en Ucrania. Con Alemania como mediadora, al otro lado están las repúblicas bálticas, Polonia, Reino Unido y en general la mayoría de los países de la UE que están cerca de la frontera ucrania, que piden más madera.
Tratando de mantener una posición que defiende y busca suavizar las medidas restrictivas contra Rusia, el Ejecutivo heleno pretende ahora “hacer de puente” para acercar posturas entre la UE y Rusia.
Los ministros quieren dar una señal de política inequívoca a Moscú: Se prorrogan las sanciones antes de que expire el plazo. En una semana, la Comisión Europea preparará una ampliación de la lista negra de personas y entidades sancionadas por el papel de Rusia en el conflicto ucranio. Y en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del próximo 12 de febrero se verá si se amplían las sanciones económicas, que ya han hecho mucho daño a la economía griega.
Esta mañana el ministro lituano, Linas Linkevicius “¿Cuánta gente tiene que morir antes de que empecemos a decir ‘Yo soy ucranio?”, se preguntaba, en relación al lema nacido tras el atentado contra Charlie Hebdo en Francia.
“Debería haber más sanciones”, le ha secundado el polaco Grzegorz Schetyna. El alemán Frank-Walter Steinmeier ha asegurado que no es un secreto que la nueva posición del Gobierno griego no facilita el debate, pero ha añadido que “si hay una ofensiva en dirección a Mariúpol y otras regiones, tendríamos que reaccionar con sanciones más duras”.
Según un documento de conclusiones que Bruselas hizo público ayer miércoles, los Veintiocho podrían estar pergeñando nuevas medidas económicas y financieras contra Rusia (aún se desconocen los detalles), lo que sería un golpe bajo para su economía.
Mientras tanto, el ministro de Exteriores bielorruso ha anunciado que mañana viernes se reanudarán las conversaciones de paz en Minsk (Bielorrusia) entre las fuerzas ucranias y los separatistas prorrusos, según Efe. El presidente ucranio, Petro Poroshenko, ha asegurado instantes después que el resultado de la reunión debía ser el inmediato alto el fuego y la retirada del armamento pesado de la línea de separación fijada el pasado septiembre en el marco de las negociaciones de paz, además de la recuperación del control por parte de Ucrania de zonas de Donetsk y Lugansk, ambos bastiones rebeldes.