Entrevista a Héctor Chávez/Profesor-investigador de la Universidad Michoacana

 

Nora Rodríguez Aceves

El comisionado para la seguridad en Michoacán, Alfredo Castillo, no ha desactivado a los grupos criminales que operan en la entidad, los ha menguado, tal vez no tienen la misma fortaleza, tal vez algunos de sus seguidores se han retirado o han sido abatidos pero siguen estando presentes, siguen existiendo, con menor intensidad, con mayor discrecionalidad, están en una etapa de reacomodo.

“No puede existir en este momento una entidad federativa donde no haya un mínimo de presencia del crimen organizado, en el caso de Michoacán las cabezas cayeron, falta por ahí alguna de caer, pero tendrá algún reacomodo. Lo que habría que ver es la capacidad que tendrá ahora el estado para atender a estos grupos que no desaparecieron, que se menguaron pero que siguen estando latentes y en proceso seguramente de restructuración y de reorganización. Mucho se habla del surgimiento de un nuevo grupo aprovechando el espacio que dejaron en algunas regiones las fuerzas menguadas del grupo hegemónico que trabaja en la entidad”, asegura Héctor Chávez Gutiérrez, profesor-investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Luego de que el pasado 13 de enero el comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral en el estado de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, en su comparecencia ante los legisladores integrantes de la Primera Comisión —Gobernación, Puntos Constitucionales y Justicia— de la Permanente del Congreso de la Unión, señalara que “Michoacán es muy distinto a lo que fue hace un año. Michoacán no tiene hoy camiones quemados y no tiene tomas cuando se detiene a un líder delincuencial. En Michoacán hoy por hoy quedan prácticamente tres actores por detener de la primera línea de lo que se llamaría Los Caballeros Templarios”.

Un año de claroscuros

“Por lo demás, prácticamente toda su estructura está desmantelada y podría definir que la problemática de Michoacán, más que de inseguridad pública, estamos hablando de un tema de conflictividad social…”

Sin embargo, en entrevista vía telefónica con Siempre! Héctor Chávez explica que ha sido un año de claroscuros ya que “hay que reconocer que con todo un decreto presidencial de muy dudosa legalidad por el que se nombra al comisionado, sí se tienen ciertos éxitos en la seguridad, la caída de delincuentes, la circulación nuevamente por las carreteras con cierta seguridad, un ordenamiento nuevamente del aspecto de seguridad, hablan de una notable mejoría, incluso desde el punto de vista político, los propios partidos de oposición reconocen ciertos éxitos al comisionado.”

Sin embargo, de ese momento a ahora “se perciben ciertos retrocesos en ese sentimiento de mejoría, claro, sin llegar a las condiciones que se tenían hace un año, pues hay aspectos de la estrategia de combate a la delincuencia que se están agotando, otros que una vez que se llevaron a la práctica no han tenido el efecto que se quisiera, y mediáticamente la no caída del capo más buscado —Servando Gómez, La Tuta— también genera una cierta impresión de que ha fracasado el proyecto”.

En términos reales “se está en menores condiciones de inseguridad y violencia que hace un año, pero también se han tenido retrocesos, lo que nos lleva a la conclusión de que se tendría que replantear el funcionamiento del propio comisionado Castillo partiendo de que ha caído en ciertas actividades que no están asignadas a su función como son la organización de espectáculos o cuestiones de vinculación con aspectos deportivos, Castillo vino a hacer las funciones de un policía con metapoderes y en ese sentido se ha perdido un poco el rumbo”.

En opinión de Chávez Gutiérrez, “la actitud del comisionado ayuda poco, es poco autocritico; si bien como yo mencionaba se han tenido logros, también se han tenido algunos fracasos, hay cierto nivel de autocomplacencia, sí tendríamos que ver ahí un comisionado más autocritico o un comisionado que dé un informe realmente de los aspectos en los que se ha fallado, sería ilusorio argumentar lo que él argumenta de que todo ha sido totalmente favorable, no estamos en condiciones todavía de echar campanas al vuelo, vuelvo a decir hay fracasos muy notables, como el de la Policía Rural, que se generó a través de los grupos de autodefensa y que hoy estamos viendo en algunos casos que parece que están suplantando a la propia delincuencia que originalmente estaba ahí, entonces hay todavía asuntos pendientes en materia de seguridad”.

Cuestionamientos legales

Cabe recordar que el 15 de enero de 2014, el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, creó por decreto la figura del comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, “con el objetivo de establecer las bases para que el gobierno federal brinde apoyo temporal en materia de seguridad pública a dicho estado, a fin de establecer la seguridad y el orden público”.

Cargo público que levantó una ola de cuestionamientos y de argumentaciones jurídicas sobre su legalidad, a las que se han sumado en estos mementos las del precandidato a la gubernatura de Michoacán Silvano Aureoles, que puso nuevamente en la mesa el tema declarando: “la figura —de Alfredo Castillo— viola la Constitución y asume funciones que le corresponden al Ejecutivo estatal”.

Así como las del diputado del PAN, Fernando Rodríguez Doval, durante la comparecencia del comisionado Alfredo Castillo en San Lázaro, que expresó la inquietud de su partido por la legalidad y legitimidad de la comisión.

Por ello, Héctor Chávez explica que la creación de la Comisión para la Seguridad en Michoacán, “no es inconstitucional, el presidente de la república está facultado para crear comisiones extraordinarias, lo que es inconstitucional es la serie de facultades que se le otorgaron al comisionado, para lo que no está facultado es para crear esta especie de gobierno paralelo que estableció a través de la figura del comisionado, incluso dándole la facultad de nombrar a ciertos funcionarios”.

A un año al frente de esta Comisión para la Seguridad de Michoacán y a unos días de su comparecencia en San Lázaro para explicar la problemática existente en la entidad, las voces que claman la salida de Alfredo Castillo del estado aumentan cada día.

Entre estas voces están la de los precandidatos a la gubernatura de Michoacán, Luisa María Calderón, del PAN; Silvano Aureoles, del PRD, y Ascensión Orihuela, del PRI, quienes en entrevista con Ciro Gómez Leyva, en Grupo Fórmula, coincidieron “en que una vez que llegue un nuevo gobierno al estado debe desaparecer la figura de comisionado de Seguridad, que ocupa Alfredo Castillo”.

Es más, el propio mandatario estatal, Salvador Jara, ha manifestado a la prensa nacional que aun cuando el trabajo ejecutado por el comisionado “ha sido extraordinario” se evalúa su permanencia en el cargo, tras los enfrentamientos entre grupos de autodefensa registrados en La Ruana, el 16 de diciembre del año pasado, y en Apatzingán a principios del año en curso, el 6 de enero.

Evaluar al comisionado

Con un doctorado en Ciencias Sociales con especialidad en Sociología por el Colegio de México, el profesor e investigador michoacano acepta que el doctor Salvador Jara “en algunas declaraciones ha dicho que hay que evaluar el desempeño del comisionado Castillo, que contrasta con la armonía que había cuando el doctor Jara llega a la gubernatura. Ahora empiezan a aflorar las manifestaciones, incluso por el propio titular del Ejecutivo estatal en el sentido de que es tiempo de replantearse la presencia del comisionado”.

Aunque Héctor Chávez considera que estas declaraciones son producto del ambiente electoral que ya se vive en el estado, aunque “en materia electoral el comisionado no tiene mucho que ver, es claro que su función primordial era el aspecto policiaco que él de alguna manera lo distorsionó metiéndose en cuestiones relacionadas con la cultura, con el deporte o de otras cosas, pero no creo que tenga mucha influencia, por lo menos en las campañas políticas”.

A pesar de que Chávez Gutiérrez no se manifiesta abiertamente por el cambio de Alfredo Castillo, sí reconoce que el comisionado “ha logrado establecer ciertas conexiones, ciertas redes, ciertos grupos de trabajo, que habría que ver hasta qué punto un nuevo comisionado estaría en posibilidades de hacer esto, tal vez lo que sí sería conveniente una vez que ha pasado todo el asunto de la ilegalidad —que he mencionado— en la que se movía, sí empezar a normar y a poner la comisión y las facultades del comisionado dentro de un marco institucional que le dé certidumbre a los ciudadanos y al propio gobierno del estado de cuáles son los alcances y las limitaciones de esta comisión, pero sobre todo anclándola en el marco constitucional”.

Por lo tanto, “sí existen posibilidades de que se vaya. Un cambio de la estrategia, la medición que se haga de los éxitos y errores que se han tenido, yo no descartaría que en un momento dado el comisionado pudiera ser removido, pudiera ser cambiado, pero una ratificación más allá de algunos meses tampoco la veo muy viable, el cargo que tiene de ser un funcionario, un procurador con poderes metaconstitucionales, un superpolicía, lo ha agotado, lo ha desgastado y en cada enfrentamiento también merma su autoridad, si bien en algunos casos ha podido medianamente demostrar que son las propias expolicías comunitarias las que se atacan, no deja de ser finalmente un producto de su creación”.