GEOPOLÍTICA
Juan Pablo Aguirre Quezada
“Andará Nicaragua su camino en la gloria, porque fue sangre sabia la que hizo su historia”.
Silvio Rodríguez
La propuesta de realizar un canal interoceánico por Nicaragua que permita la comunicación fluvial entre los océanos Atlántico y Pacífico es un tema actual de infraestructura. Si bien en 2014 las esclusas del Canal de Panamá cumplieron 100 años de servicio y la ampliación de este paso es una obra de ingeniería en marcha, el gobierno nicaragüense entregó la concesión a la empresa HK Nicaragua Canal Development de origen chino. La Asamblea Legislativa del país centroamericano –con mayoría del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)- aprobó la Ley Especial para el Desarrollo de Infraestructura y Transporte Nicaragüense atingente a El Canal, Zona de Libre Comercio e Infraestructuras Asociadas el mismo día en el que inició la discusión (13 de junio de 2013). Si bien desde el siglo XVI los españoles analizaron la forma de comunicación interoceánica en diferentes puntos como Panamá, el Istmo de Tehuantepec en México o Nicaragua, esto no fue tangible hasta el siglo XX cuando el primer navío navegó entre las ciudades de Colón y Panamá, pasando por la presa de Gatún e ingresando por las esclusas de Miraflores.
Sin embargo, los nicaragüenses no abandonaron la idea de construir un canal en su territorio, aprovechando algunas ventajas naturales como el lago de Nicaragua –también llamado de Cocibolca-y el paso por el río San Juan. Entre las ventajas ofrecidas por esta ruta interoceánica es permitir el paso de embarcaciones más grandes y de mayor calado que las que actualmente pueden pasar por la ruta de Panamá, con características máximas de 400 metros de largo, 59 de ancho y 15,5 metros de profundidad, además de incrementar el comercio entre países de América Latina y Asia.
Efectiva comunicación con China
Entre las ventajas que ofrece una nueva ruta interoceánica por este país es disminuir la distancia y el tiempo de recorrido en las naciones ubicadas al norte del trazo, en especial de América del Norte y China, los barcos consumirán menos combustible hasta en seis. El canal de Nicaragua no sólo competirá con el de Panamá, sino también puede ser una opción para países europeos y africanos que pueden usar esta alternativa en vez del tránsito por Suez.
Entre las críticas recibidas al plan del canal de Nicaragua es que la ruta entre ambos océanos será de 278 kilómetros, incluyendo 105 que cruzaran por el lago de Cocibolca (en comparación, el trayecto en Panamá es de 78 kilómetros). Por su parte grupos ambientalistas han expresado su preocupación por la cercanía de volcanes activos en la zona del proyecto así como el impacto negativo en la fauna y la flora, además de efectos adversos en la biodiversidad de la zona lacustre o en los arrecifes coralinos del Océano Atlántico, daños en bosques tropicales, afectación en las aguas dulces o impedir la libre conectividad de las especies. Por otra parte algunas organizaciones han manifestado la falta de transparencia en la información gubernamental o de la empresa HK Nicaragua Canal Development.
Ingeniería titánica en el siglo XXI
Por otra parte la actual ampliación del canal de Panamá y la fecha prevista para concluir las obras en Nicaragua (2030) podría disminuir rentabilidad al proyecto, que además tendrá un costo estimado de 30 mil millones de euros, lo que generaría una competencia económica entre ambas naciones. Además, Panamá cuenta con un tramo de ferrocarril entre los puertos de Colón y su ciudad capital, además de uno de los aeropuertos más activos a escala latinoamericana, así como ser la primera ciudad centroamericana con un sistema de transporte urbano metro. Nicaragua tiene además de la visión de construir el canal también construir un parque aéreo y otras obras que requerirán tiempo, dinero y trabajo.
El proyecto del Canal de Nicaragua es una obra titánica de ingeniería que si bien las tecnologías permitirán avances inusitados también puede generar efectos secundarios en el medio ambiente o en la situación social. No será una tarea sencilla si recordamos que hace cien años durante la construcción del símil panameño hubo una alta mortalidad de trabajadores en gran medida por enfermedades.