Brincan y brincan de un cargo a otro

 

Las convicciones políticas son como la virginidad:

una vez perdidas, no vuelven a recobrarse.

Francesco Pi y Margall.

 

Carlos Alberto Pérez Cuevas

Todavía no terminan de ejercer un cargo de elección popular y ya se alistan para buscar el siguiente, lo mismo regidores, síndicos, alcaldes que jefes delegacionales, diputados locales o federales y gobernadores; prácticamente la mayoría de los que ejercen o desempeñan espacios públicos de elección, prometiendo muchos de ellos en campaña ejercer el mandato de principio a fin, y no cumplieron, esto dicen la comentocracia y muchos ciudadanos.

El caso que más polémica causó fue la solicitud de licencia de los dieciséis jefes delegacionales del Distrito Federal que aspiran a ser diputado locales y federales, esto generó una reacción muy firme y fuerte por parte de la cúpula empresarial Coparmex en su capítulo DF, quienes consideran que los funcionarios que brincan de un cargo a otro no son confiables, incluso anunciaron que elaborarán una campaña de seguimiento a los políticos chapulines para evidenciarlos y hacer un llamado a la ciudadanía para que no voten por ellos. La Arquidiócesis Primada de México a través de su semanario Desde la Fe dedicó el editorial a los políticos chapulines.

Vale la pena analizar este fenómeno en su justa dimensión. Los políticos que buscan un nuevo cargo sin haber concluido el anterior, ¿cometen alguna falta legal, moral, social o de responsabilidad ciudadana? ¿Todos buscan sólo el poder por el poder? ¿Brincan de un cargo a otro sólo para mantenerse del presupuesto o protegerse con el fuero que otorgan los cargos de elección popular? ¿No hay ninguno que tenga el auténtico y legítimo interés de servir desde una posición política mayor o distinta a la que desempeñó? ¿Son las conductas de los políticos que brincan de un cargo a otro cargo las que hay que sancionar? o ¿Son las leyes, el marco jurídico y las instituciones las que se tienen que modificar?

Interrogantes hay muchas, sin embargo, se deja de contemplar que en el crecimiento y desarrollo político los que participan quieren crecer y desarrollar una función mayor, y para aprovechar experiencias hay que votar por los que valgan la pena y sean los mejores para los cargos públicos.

Hay chapulines políticos porque la ley lo permite; es decir, no hay una prohibición expresa que imposibilite buscar un cargo de elección sin haber concluido uno anterior o uno que obligue a concluir el periodo para el cual alguien ha sido electo.

Es más, los cargos legislativos y de alcaldes y sus cabildos se votan por fórmulas de titular y suplente, con lo que se da por supuesto que en cualquier momento puede haber cambio de titular y en su caso entrará el suplente; los únicos que no tienen suplente son los delegados del DF —lo que se resolverá con la reforma política que está en el Senado, ya que contempla que sean concejales con suplente—, cualquier cambio pasa obligadamente por una reforma legal que modifique los tiempos de elecciones o que prohíba expresamente postularse a un cargo cuando no se ha concluido uno anterior y frenar el chapulineo electoral.

@PerezCuevasMx

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