Juan Pablo Aguirre Quezada
“Las culturas y las personas están siempre en movimiento y cambian, no sería capaz de decirte qué es lo tradicional de África o de mi país o de mi gente”. Emmanuel Boundzéki Dongala
Hace poco más de medio siglo en el continente africano se dio un movimiento de liberación en los estados nacionales que propició el proceso descolonizador más importante en la historia. Si bien los europeos dividieron el territorio subsahariano en diferentes posesiones con gobiernos ingleses, franceses, portugueses, alemanes, italianos, belgas, holandeses o españoles una vez que se independizaron la gran mayoría de los países de África conservaron sus fronteras originales y han sido pocos los cambios territoriales, como ejemplo de estas excepciones están la división de Sudán con la reciente independencia de Sudán del Sur (2011) o la unión entre Tanganica y Zanzíbar para la creación del Estado de Tanzania (1964), por ejemplo. Con más de 50 años de vida independiente las naciones africanas están en un proceso de explotación de sus riquezas naturales, agrícolas o mineras que aportan desarrollo social a su población. Sin embargo, las naciones en desarrollo en general y el caso de las demarcaciones africanas tienen un reto que deben afrontar son los postulados en el denominado Consenso de Washington (1989), que consiste en diez puntos a cumplir por los países afectados por crisis económicas y que inciden en el cobro de aranceles.
En los últimos años el desarrollo económico de los países de África se han visto beneficiados con la explotación de sus recursos naturales. Ejemplo de ello es que cerca de 10% de las reservas de petróleo en el mundo se localiza en este continente. Naciones como Libia, Nigeria, Egipto, Argelia, Angola y Sudán tienen importantes yacimientos que por medio de su ubicación geográfica pueden enviar hidrocarburos hacia Europa y América del norte. Por su parte los países mencionados junto con Guinea Ecuatorial, Mozambique, Túnez, Costa de Marfil, Sudáfrica, República del Congo, Tanzania y Angola destacan en la producción de gas natural y la parte sur del continente en la extracción de carbón y diamantes. Los productos agropecuarios también han tenido una importancia en las exportaciones, ya que más de 20% de los ingresos totales de diferentes naciones dependen de un solo producto, por ejemplo Mauricio y Suazilandia con azúcar; República Centroafricana, Togo, Mali, Benín, Chad y Burkina Faso con algodón, y de forma más predominante (mayor a 40% de sus ingresos nacionales) Ruanda, Uganda, Etiopía, y Burundi con el café. La ganadería es importante en la región como la producción de productos de origen caprino en Sudán, avícolas en zonas orientales y centrales del continente (principalmente avestruz), o carnes selectas en la región de la sábana. Así, África representa una oportunidad de negocios para diferentes mercados, incluso de las naciones que se están consolidando como potencias como China e India, que prácticamente tienen representaciones diplomáticas en todos los países africanos. Por su parte países de Europa o América del Norte tuvieron intereses en cambios políticos de países africanos en los últimos años tal como sucedió en Libia y la secesión de Sudán que dio origen a Sudán del Sur.
Por su parte el Consenso de Washington (o los diez puntos de Williamson) promueve medidas tales como disciplina en la política fiscal, inversión en aspectos de desarrollo social, acciones para erradicar la pobreza multidimensional, tasas de intereses reguladas por el mercado, tipos de cambios accesibles, libre comercio, fomento a la inversión extranjera directa, privatización de empresas estatales, vigilancia en instituciones financieras, marco regulatorio, entre otros aspectos. Si bien estas disposiciones tienen 25 años de su planteamiento, son fundamentales para el funcionamiento del comercio internacional actual. Si bien países de Europa y América Latina ya han adoptado esta propuestas, ahora los países del continente africano pueden ser incorporados a esta dinámica del mercado, debido a su expansión económica.
África es un continente que tiene aproximadamente mil millones de habitantes repartidos en 54 países. La gran parte de la población de otros continentes tienen una idea errada de la región subsahariana en gran medida ocasionada por las películas o documentales. Esta región tiene poco más de medio siglo en que los movimientos nacionalistas permitieron una descolonización y que ahora muestra una actividad económica interesante y atractiva para atraer inversiones. Entre otras ventajas que ofrece su geografía están las salidas a los océanos Atlántico e Índico, así como con los mares mediterráneo y rojo, con una importante conexión con el canal de Suez. Pese a sus potencialidades mineras, de hidrocarburos, agrícolas y ganaderas, el reto en el futuro para las naciones africanas es convertirse de naciones de bajos ingresos a medios, con el consiguiente incremento en la calidad de vida en la población. Actualmente 350 millones de seres humanos que viven en África lo hacen con menos de un dólar al día, situación que los arroja a la vida en pobreza extrema.
Tal como sucedió en el siglo XIX las grandes potencias vuelven a mirar a África como una región productora de importancia. Estados Unidos y China se han convertido en importantes consumidores de hidrocarburos y el petróleo y gas natural de África es una fuente de abastecimiento. En esta nueva etapa es importante que pese a las reglas del Consenso de Washington las exportaciones de las materias primas en África permitan que sus naciones incrementen la calidad de vida en la población y hacer posible que la semilla de esperanza en un futuro mejor sea una realidad para sus habitantes.