David Boyás
Ignacio Solares recibió la tarde del miércoles 14 de enero un merecido homenaje por su trayectoria literaria, periodística y cultural. El narrador nació en Ciudad Juárez, Chihuahua en 1945, hace 70 años, por lo que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes organizaron la celebración en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Al escritor lo acompañaron admiradores y amigos como los escritores Rosa Beltrán, Humberto Musacchio y José Ramón Enríquez, quienes han sido sus colaboradores en la Revista de la Universidad de México donde funge como director y en Siempre! Presencia de México donde es el director de La cultura en México.
En Chihuahua se formó bajo la educación jesuita, lo que lo preparó para adentrarse en los estudios literarios que realizó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde ha llevado al cabo una gran labor de difusión cultural a través de cargos y direcciones e incluso de un programa de televisión.
Su primera novela fue Anónimo (1979) y ha recibido numerosos premios por su obra tanto periodística como novelística y teatral. Es autor de la sátira política El gran elector (1993), pieza que le cosechó grandes éxitos. Su novela El sitio le valió ser reconocido con el premio de escritores para escritores, máxima presea literaria de nuestro país, el Premio Xavier Villaurrutia en 1998. En el 2010 el gobierno de México lo condecoró con el Premio Nacional de Ciencias Artes en el área de Literatura y Lingüística. En 1994 recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Delirium tremens (1992) es uno de sus libros más conocidos y, a decir del propio autor, es uno de los que más satisfacciones le han propiciado. También ha cosechado con éxito la novela histórica y ha publicado títulos como Madero, el otro (1989), La noche de Ángeles (1981) y su último volumen El sueño de Bernardo Reyes (2014).
Para Ignacio Solares llegar a los setenta años es una especie de “corte de caja, una oportunidad para hacer recuento, ver los deberes y los ingresos; yo lo que creo es que ojalá y quede algo o alguno de mis libros, más allá de mí, pues ya son 70 años”.
El público y el escritor se deleitaron con las intervenciones de Jesús Ochoa, Antonio Crestani y Miguel Flores que leyeron fragmentos de la obra del narrador y celebraron en un ambiente ameno y entre amigos un año más del colaborador de Siempre! al que le deseamos que cumpla muchos años más.