José Luis Camacho Acevedo

Un presidente duro en materia de decisiones políticas es sin duda Enrique Peña Nieto.

Esa forma de realizar la conducción política en México, oficiando solo, es esta época un estilo personal de gobernar riesgoso por varias razones.

Efectivamente el oficiar solo la política desde la presidencia es en el 2015 un ejercicio muy diferente al que hicieron mandatarios como Adolfo Ruíz Cortínez poseedor de un amplio conocimiento de la naturaleza de los políticos mexicanos o Ernesto Zedillo como estrategia para sortear al mismo tiempo los embates de un salinismo en retirada y de un colosismo que nunca logró concretarse en corriente pero que vivió los rendimientos dejados por el trabajo partidista del malogrado sonorense.

El presidente Enrique Peña Nieto ha iniciado el 2015 haciendo política.

Ivonne Álvarez es la candidata del PRI al gobierno de Nuevo León y en estos días se concretarán los proyectos de Claudia Pavlovich en Sonora y de Roberto Loyola en Querétaro.

Son acciones obligadas por el calendario político. Pero con un fuerte aroma de la existencia de una capilla en la que se oficia solo.

El riesgo para el oficiante solitario lo representan los medios de comunicación que existen ahora en México, pero sobre todo por la presencia de las redes sociales.

Peña Nieto controla las decisiones de su partido en materia de selección de candidatos a gobernadores y la mayoría de los distritos electorales claves que se disputarán en este año y que le conformarán la cámara de salida de su gobierno.

Y por lo que se observó en el caso la asunción de la senadora Ivonne Álvarez en Nuevo León está muy pendiente de ello.

Pero los medios y las redes sociales no han bajado de la agenda los tres casos que cimbraron al gobierno peñista en el tramo final del año pasado.

  • Casa Blanca y su vínculo con la cancelación de la primera licitación el tren México-Querétaro.
  • Caso Tlataya.
  • Caso Iguala-Ayotnizapa.

Esas asignaturas pendientes las irá resolviendo el presidente Peña Nieto, si nos atenemos a su estilo de oficiar solo la política, cuando haya logrado los equilibrios necesarios.

Una anécdota del lopezportillismo pinta la necesidad de que un presidente no pierda equilibrios en la integración de su gabinete cuando se ve obligado a realizar cambios.

En aquellos tiempos de la abundancia petrolera, López Portillo tuvo que prescindir de sus secretarios de hacienda Julio Rodolfo Moctezuma y de programación Carlos Tello Díaz porque el enfrentamiento entre ambos afectaba ya la marcha de ambas dependencias.

Para equilibrar la pérdida de dos de sus cuadros más cercanos, JOLOPO se deshizo de dos echeverristas de inmediato.

Porfirio Muñóz Ledo que estaba en la SEP se fue a la ONU y Augusto Gómez Villanueva que era el pastor de la abrumadora mayoría priísta en la Cámara de Diputados a la embajada de Italia.

En los reacomodos que pudiera realizar el presidente, cobijados ya por sus decisiones puramente políticas como son las candidaturas a diputados federales, pudiera perder a piezas cercanas pero que no le han sabido operar con eficiencia.

Y tendrá que compensar con movimientos que le sigan dando pleno control del panorama los movimientos de su partido y, por supuesto, del funcionamiento de sus gabinetes.

Los medios tendrán que enfrentarse entonces a una etapa de decisiones tomadas desde la capilla solitaria y al discurso que de manera consecuentemente generarán esas acciones.

Los medios nos veremos con el Peña Nieto político.

En donde el mandatario se mueve como pez en el agua. Y en donde su discurso en más solido en la medida en que está respaldado por tomas de decisiones que solamente él toma.

Una etapa interesante se inicia entre los medios y el poder del que oficia solo.

Y será una etapa más debatida, propositiva y con elementos libres que no han contendido las acciones generadas por una burocracia cerrada y de una visión restringida por los formulismos del proceso tramitológico de las dependencias.

El final de enero, con sus decisiones políticas, los medios visualizaremos a un presidente en su elemento y con ello estará iniciando el cambio de piel que ocurre en los mandatarios al iniciar el tercer año de gobierno.