México, EU y la ONU

Marco Antonio Aguilar Cortés

México y Estados Unidos están articulados por diversos vínculos: geográfica, histórica, económica, jurídica, política, y éticamente, entre algunos otras ataduras.

Empero, los tratados entre ambos, por ser Estados soberanos, deben ser de igual a igual, independientemente de que la fuerza militar y la económica esté de parte de nuestros vecinos del norte.

Es necesario, así, que los temas prioritarios se aprueben siempre por los dos gobiernos y, con mayor razón, que los acuerdos obtenidos sean determinados por la libre voluntad de los negociadores.

Cuando hay tal desequilibrio en las fuerzas, como es el caso de Estados Unidosy México, los negociadores de nuestro país deben ser más capaces, trabajadores y patriotas, que los de nuestra contraparte amiga.

Revisar los logros del 2014 obtenidos por ellos y nosotros es razonable. Aprobar metas, esfuerzos y procedimientos, comunes para mejorar los beneficios mexicanos y estadunidenses resulta indispensable.

Sin embargo, es infortunado el que los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama, conjuntamente con parte de sus respectivos gabinetes, hayan analizado preferentemente “la seguridad y la migración”, pero sin entrar en las causas económicas de ésos y de muchos otros problemas rutinarios.

Con un sólido desarrollo económico compartido, México y Estados Unidos resolverían gran parte de sus conflictos.

Pero, ¿cómo lograr ese desarrollo económico con un sistema en donde la riqueza de los pocos es producto de la pobreza de los más?

En un mundo en donde el desarrollo se basa en estimular y premiar la ambición personal de cada sujeto, o de cada país, sin límite cual ninguno para concentrar riqueza en pocas familias, creando, así, un procedimiento aceptable, pero con un efecto catastrófico.

Explicaré. Si no se provocara y gratificara ese apetito, la productividad descendería aceleradamente, por lo que debemos sostener esta parte de nuestra forma de organización.

También, para obtener mayor productividad y rendimiento es preferible la concentración de capital que la atomización del mismo, por lo que debemos aceptar este sistema de aglutinación.

Pero aceptadas esas dos partes del actual sistema económico, lo inaceptable es generar concentradores de capital irresponsables, carentes de sensibilidad social, incapaces de responder, a favor de los demás, del privilegio de ser multimillonarios.

Así, regulemos los lucros y el manejo de esas ganancias. Ésta es una tarea inaplazable para México y Estados Unidos, y para la Organización de las Naciones Unidas por la globalización que se vive. ¡Cumplamos bien esa labor en el 2015!