CONSULTORÍA ECONÓMICA

Mercado cambiario y libre flotación

 

 

Julio A. Millán B.

Un régimen de libre flotación o de tipo de cambio flexible, permite, en teoría, a las economías contar con una política monetaria independiente y a la vez alcanzar un equilibrio en su balance externo; sin embargo, en la práctica ninguna autoridad deja en libertad absoluta las fluctuaciones en el valor de su moneda, en especial si ello le significa impactos negativos al país.

Si bien muchos países alegan tener tipos de cambio con libre flotación, en la práctica intervienen en el mercado cambiario, una de las razones para realizar dichas intervenciones es que a pesar de la flexibilidad que vacía los mercados, se teme el impacto inflacionario que las fluctuaciones cambiarias podrían traer consigo. Lo anterior porque más allá de las consideraciones académicas, en una economía tan abierta, el comercio y los flujos financieros internacionales como la nuestra, el tipo de cambio influye en la estabilidad macroeconómica, ya que un crecimiento desmesurado en su valor puede volverse una fuente de inestabilidad, producto de las presiones inflacionarias que crearía por el incremento en el precio interno de las importaciones. El fenómeno del traspaso de una depreciación a la inflación depende de qué tan creíble sea la meta de inflación y el sistema cambiario y del componente importado de la producción interna, que dicho sea de paso, en México es relativamente alto, amén de contar con una meta de inflación que necesita ser revisada.

Otra de las razones de los bancos centrales para intentar evitar las fluctuaciones cambiarias es la exposición de las empresas y bancos a la deuda en moneda extranjera, situación que en nuestro país ha ido creciendo, y que rebasa los 110 mil millones de dólares. Cabe señalar que la deuda pública externa ronda los 147 mil millones. Ante esta realidad, una drástica variación en el tipo de cambio podría elevar la fragilidad del sistema financiero.

Los bancos centrales intervienen en el mercado de cambios comprando divisas para sostener el tipo de cambio (en casos de regímenes fijos) y para acumular reservas. Generalmente la intervención se hace a través de medios indirectos, es decir, por medio de operaciones de intercambio con entidades del sector público, por ejemplo Pemex que le vende a Banxico los dólares que recibe. De igual forma, para no alterar la oferta monetaria y la tasa de interés de corto plazo, se esteriliza la operación retirando activos el exceso de liquidez que se genera, por la intervención.

Cabe señalar que la intervención del Banxico en el mercado de cambios está dirigida a frenar las posiciones especulativas en contra del peso. Para ello, un factor de peso en este proceso es el nivel de reservas internacionales del país. En los últimos años, las autoridades monetarias han venido acumulando reservas internacionales con el propósito de enviar la señal a los inversionistas. En 2014 las reservas pasaron de 176 mil 500 millones de dólares en enero a 192 mil 300 millones a inicio de diciembre.

Lo que sí es claro es que 2015 será un año que seguirá mostrando una destacada incertidumbre a nivel mundial, por lo que la coraza internacional que se ha construido debe ser lo suficientemente sólida.