Es esperanzador el diálogo que se prevé para este miércoles en un esfuerzo diplomático entre Alemania y Francia en busca de una solución pacífica al intenso conflicto entre Rusia y Ucrania que preocupa a Europa; los líderes de esas naciones tendrán un encuentro con el fin de alcanzar un estratégico acuerdo de paz, en el que también participarán representantes de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, y de los separatistas prorrusos.
Después de una larga teleconferencia entre la alemana Angela Merkel, el francés François Hollande, el ruso Vladimir Putin y el ucraniano Petro Poreshenko, lo informaron los gobiernos en Berlín y París.
El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, dijo que los cuatro líderes abordaron un paquete de medidas para una solución integral en Ucrania que seguirá delineándose este lunes en Berlín.
Putin, por su parte, condicionó la reunión en Minsk al considerar que si se logra empatar una serie de posturas en los días próximos podrá haber un acuerdo, luego de una cita con el jefe de Estado bielorruso Alexander Lukashenko en Sochi.
Poreshenko expresó al respecto que espera que en Minsk se anuncie un cese al fuego inmediato e incondicional.
Merkel dijo que no hay garantías para la nueva iniciativa de paz, mientras que el ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov mostró optimismo al asegurar que es una buena base para ir por una solución de la crisis.
El nuevo encuentro diplomático surgió cuando Merkel y Hollande viajaron a Kiev el jueves y a Moscú el viernes para poner sobre la mesa un plan de paz a Poroshenko y Putin, ante una amenaza de una “guerra total”, en palabras de Hollande, y la posibilidad de que Estados Unidos provea armamento a Ucrania.
De hecho, Merkel arribó este domingo por la noche a Washington para reunirse en la Casa Blanca con el presidente de EU, Barack Obama, y hablar sobre las conversaciones de paz franco-germanas con los presidentes ruso y ucraniano.
La canciller alemana ha rechazado firmemente el suministro de armas a Kiev, que reclaman sobre todo los republicanos en EU; según el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, tampoco su gobierno está de acuerdo con una solución militar.
Además, Merkel expresó que el orden y la paz en Europa están en riesgo por el conflicto de Ucrania si se atenta contra el principio de la integridad territorial del continente; el presidente Obama, en una conferencia conjunta, indicó que aún no decide el envío de armas letales a Ucrania.
El acuerdo de Minsk, el tercero que se celebrará entre los cuatro líderes después de los sostenidos en junio en Normandía y en octubre en Milán, contempla el cese de hostilidades entre los rebeldes y las tropas gubernamentales, la retirada de armas pesadas del frente, la creación de una zona desmilitarizada y el envío de observadores que controlen la tregua.
De acuerdo con reportes de la televisora pública francesa France 2, la nueva iniciativa de paz prevé un terreno de 50 a 70 kilómetros a lo largo de la actual línea de demarcación y una mayor autonomía para los territorios del este.
El nuevo acuerdo por restablecer la paz en Ucrania significa para muchos una esperanza en busca de la tranquilidad y de acabar con la gran cantidad de muertes que ha dejado el enfrentamiento desde abril de 2014, cerca de 5 mil 500 y 12 mil 300 heridos; los escépticos consideran que puede tratarse de un intento más de largos años que, como los organismos internacionales, buscan resolver sin lograr el cometido.
Batalla indiscriminada
Los civiles son las víctimas de los combates entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes prorrusos; en enero, mes en el que se han intensificado los enfrentamientos, se registraron al menos 224 muertes y más de 540 heridos, dijo en días anteriores el Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein.
Las fuerzas lanzan ataques indiscriminadamente en zonas residenciales en los territorios controlados por el gobierno, como Debáltsevo y Avdiivka, y ciudades controladas por los rebeldes, como Donetsk y Horlivka.
“Paradas de autobús y de transporte público, mercados, escuelas y jardines de infantes, hospitales y zonas residenciales se han convertido en campos de batalla en las regiones de Donetsk y Luhansk de Ucrania, en clara violación del derecho internacional humanitario que rige la conducta de los conflictos armados”, explicó el Alto Comisionado en un comunicado.
El incidente más crudo del mes pasado fue en la ciudad suroriental de Mariupol cuando dos ataques con sistemas de lanzacohetes múltiples acabaron con la vida de por lo menos 31 personas e hirieron a otras 112, de acuerdo con las Naciones Unidas.
La organización también mostró su preocupación por las “consecuencias de los duros meses de invierno contra la población civil en las zonas afectadas por el conflicto, con escasez de alimentos y agua, y cortes de energía”.
