Ricardo Muñoz Munguía

El avance cultural de toda sociedad es la mejor postura para la defensa contra la violencia. Y en éste, nuestro México, vale la pena destacarlo cuando se atiende tal aspecto, sobre todo en política, pues, nos guste o no, ésta nos rige. Por ello, ahora nos asomamos a Natasha Uren, quien cree, como bandera principal, que la cultura es el beneficio más palpable para una comunidad, y de ello ha dado pruebas la precandidata a la diputación local del Distrito XIII (el que abarca Lomas de Bezares, 16 de septiembre, Lomas de Chapultepec, Observatorio, Roma, Condesa, América, Daniel Garza, Bosques de las Lomas y Tacubaya, por mencionar algunas colonias), por parte del Partido de la Revolución Democrática. Los botones de muestra que ha dado ella en la promoción y el fomento de la cultura es, por ejemplo, los corredores culturales Roma-Condesa, que son un espacio abierto y gratuito para acercar a la población a la lectura a través de ferias de libros, bibliotecas móviles, verbenas populares, trueque de música…, además fomentar las artes en la población infantil. La subdirectora de programación del Museo Rufino Tamayo, Ana Elena Mallet, reconoce la labor de Natasha Uren en estos corredores culturales y, entre otras cosas, lo afirma porque Natasha “es sensible a los temas culturales y sus complejidades y además entiende sus ventajas y beneficios a la comunidad”.

Natasha Uren cuenta con dos licenciaturas: Educación y Ciencias de la Comunicación y Relaciones Públicas, lo que la ha llevado a profundizar sobre el valor de la cultura y, de modo paralelo, su múltiple quehacer expone su sensibilidad hacia los sitios donde desarrolla su función. “La sociedad requiere —menciona Natasha— de espacios de esparcimiento, y que la apropiación de los mismos se realice a través de actividades culturales”.

Cultura y sociedad debieran ser la punta de lanza de toda acción política. Por eso, es plausible la valiosa labor cultural, como la que ha desarrollado la Secretaría de Cultura del cen del pri, y de varios políticos, del partido que se trate, pero también conocemos el desperdicio de la riqueza cultural que no se ha explotado.