De cara al 7 de junio

 

 

Yazmín Alessandrini

De cara al proceso electoral que cada vez está más cercano, en donde estarán en juego 2 mil 159 cargos políticos, y ponderando el todavía muy fresco caso López Dóriga, con el PRD utilizando injustificadamente la imagen del periodista Joaquín López-Dóriga en uno de sus spots televisivos transmitidos como parte de las pautas ordenadas por el INE, ya son varios los colegas que desde sus distintos espacios (impresos y electrónicos) plantean que más allá de la frágil epidermis que caracteriza a varios políticos la libertad de expresión debe ser considerada como una especie de artículo de primera necesidad, sobre todo cuando como nación aspiramos a vivir en una real democracia.

Y es que, de acuerdo con Felipe de la Mata Pizaña, magistrado de la Sala Regional Especializada del TEPJF, es sano que existan limitaciones para el ejercicio de la labor periodística y ésta, sean tiempos o no de elecciones, siempre debe apegarse a la Constitución y respetar los derechos de terceros y el orden público, amén de que cada medio de comunicación y sus trabajadores deberían actuar en todo momento acorde con su respectivo código de ética. Sin embargo, en estos momentos hay medios que sí lo tienen (el famoso código de ética) y medios que no lo tienen.

“Por ello —insiste el magistrado De la Mata Pizaña— es fundamental que nuestra sociedad sea capaz de crear verdaderos «mayores de edad» y no me refiero a aquéllos que tienen 18 años o más, sino a aquéllos que pueden ser mayores de edad de pensamiento, de conciencia, capaces de emitir un voto razonado, informado, valorado, producto de un debate rico, fuerte, vigoroso”.

Pero, ¿hasta qué punto la libertad de expresión y el papel de los medios de comunicación jugarán un papel trascendente en las próximas elecciones, pero sobre todo en la conciencia del votante al momento de emitir el sufragio?, porque es el día que los ciudadanos todavía no tenemos muy en claro qué es lo que se puede decir, qué es lo que no se puede decir, qué es lo que va a ser sancionable… ¿hasta dónde se tolerarán el insulto y el infundio?

La respuesta es de la magistrada Gabriela Villafuerte Coello:

“Es muy difícil dar una posición absoluta en relación a la libertad de expresión. Sin embargo, la libertad de expresión tiene que defenderse a toda costa, pero también debe ser analizada en cada caso, porque cada caso tiene sus matices, sus realidades y tiene que verse con las partes que acudan y a través de los procedimientos objetivizarla. Pero para esto debemos dejar de estar cuidando tanto a la sociedad, debemos permitir que la información fluya, que sea rica, clara, atinada, veraz… porque tratándose de candidatos éstos compiten contra iguales, todos son pesos pesados, obviamente habrá un constante golpeteo entre unos y otros, por lo que en algún momento puede subir de tono, pero siempre hay un límite: la calumnia”.

Y ¿en donde está la calumnia realmente? El término per se lo establece y la propia ley la define.

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