En los últimos 10 años, el invierno había sido temporada baja para los traficantes: cada vez había menos gente dispuesta a morir de frío en los inseguros e inservibles botes, sin embargo, los barcos de carga, presuntamente más fiables, amenazan con posibilitar aún más la migración.

Es un negocio lucrativo, pero sobre todo inhumano, se usan barcos casi en descomposición, sin bandera ni matrícula, para llenarlos de gente desesperada que pagó cientos de miles de euros y luego abandonarlos en alta mar. El pasaje puede costar tres veces más que en los barcos pequeños, pero es más probable que se pueda sobrevivir.

Un ejemplo, los refugiados sirios, muchos de ellos adinerados, que están dispuestos a pagar hasta 5 mil euros con tal de salvar su vida.

En lo que va de invierno, 14 buques de carga con inmigrantes a bordo han sido interceptados en el Mediterráneo central según el reporte de Frontex, la agencia europea de Fronteras que coordina la patrulla de barcos como el islandés, que aportan los países europeos.

Entrevistas a migrantes y refugiados que han logrado pasar la línea de entre la vida y la muerte han permitido a los analistas de Frontex conocer cómo funciona el sistema de los llamados barcos fantasma: la agencia con sede en Varsovia ha sostenido que contacta a sus clientes a través de Redes Sociales como Facebook, luego de esa primera conversación, se acuerda la hora y el lugar de la partida, lo que evita a sus clientes tener que esperar semanas para su salida.

Se perdieron en el Mediterráneo

En días recientes, unos 300 inmigrantes desaparecieron en el Mediterráneo cuando atravesaban el canal de Sicilia en una más de las peligrosas travesías por alcanzar Europa desde Libia.

Sobrevivientes de otras embarcaciones, que salieron de Libia el domingo pasado, confirmaron la desaparición de cientos de personas; cuatro botes neumáticos con unas cien personas a bordo partieron de una playa cercana a Trípoli, Libia, el sábado por la tarde.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) había citado antes a los sobrevivientes cuando anunció la muerte de 203 personas en el viaje; el lunes, la guardia costera italiana rescató a 106 inmigrantes que viajaban en el primer bote, y otros 29 ya habían muerto a causa de la hipotermia.

El miércoles, un barco comercial italiano rescató a 9 inmigrantes más, dos de ellos viajaban en el segundo bote y siete en el tercero; entre los sobrevivientes se encuentran niños que viajaban solos.

Al respecto, Naciones Unidas, Save the Children y otras organizaciones humanitarias criticaron enérgicamente el nuevo sistema de patrullas de rescate respaldado por la Unión Europea, y lo consideraron ineficaz para salvar vidas.

La UE se hizo cargo del patrullaje en el Mediterráneo, pero sólo resguarda cerca de la costa europea; Italia patrullaba antes las aguas próximas a la costa Libia, ahora la guardia costera está patrullando la zona límite de las aguas libias en búsqueda de los cuerpos de los migrantes.

Dentro de esas embarcaciones recientes sumaron 115 sobrevivientes, que fueron rescatados entre la isla italiana de Lampedusa y la costa libia.

La mayoría de los inmigrantes procedían de África occidental y habían llegado a Libia después de viajar desde Costa de Marfil, Gambia, Guinea, Mali, Mauritania, Níger y Senegal.

Qué no sean sólo números

El año pasado, casi 5 mil inmigrantes -4 mil 868- murieron al intentar llegar a países que para ellos prometen mejores condiciones de vida, cifra que dobla las 2 mil 378 muertes reportadas en 2013, lo que convierte a 2014 el año más mortífero desde que se tienen registros, indicó en un informe de diciembre la Organización Internacional de las Migraciones.

El número más elevado de muertes se registró en el Mediterráneo: 3 mil 224 personas perdieron la vida ahogadas por ir en embarcaciones inadecuadas para la navegación.

“Todos los países tienen la obligación internacional de salvar las vidas de quienes quieren ayuda. Cabe proseguir las operaciones de rescate en las aguas internacionales del Mediterráneo. Es más, la operación Tritón en curso es digna de encomio pero abarca una región demasiada pequeña”, expresó en un comunicado el director general de la OIM, William Lacy Swing.

La operación de rescate Tritón está destinada para salvar vidas; es una operación de rescate exhaustiva y muy equipada en el Mediterráneo, en reemplazo de la operación Mare Nostrum, que Italia suspendió a finales de 2014.

También, más de 540 migrantes murieron en la Bahía de Bengala, y por lo menos, otros 307 perdieron la vida por cruzar la frontera terrestre entre México y Estados Unidos.

La OIM ha reconocido que esos datos son los que han sido registrados, pero es probable que hay muchas más muertes sin contabilizar, por lo que la cifra real podría ser más dramática.

A nivel internacional, la mayoría de los migrantes que pierden la vida son provenientes de África Subsahariana (27 por ciento), de Oriente Medio y Norte de África (19 por ciento) y del Cuerno de África (13 por ciento); además, uno de cada siete personas en el mundo es migrante: 232 millones de personas son migrantes internacionales, y 740 son migrantes internos.

En relación a migrantes “forzados”, las cifras recientes son las más altas desde la Segunda Guerra Mundial con 16.7 millones de refugiados y 33,3 millones de desplazados internos, mientras que en cuanto a la inmigración irregular, las más recientes estimaciones indican que al menos hay 50 millones de migrantes irregulares en todo el mundo, es decir, representan un quinto del total de migrantes internacionales.

Un 50 por ciento de todos los inmigrantes del mundo residen en 10 países: Estados Unidos (45.8 millones), Rusia (11 millones), Alemania (9.8 millones), Arabia Saudí (9.1 millones), Emiratos Árabes Unidos (7.8 millones), Gran Bretaña (7.8 millones), Francia (7.5 millones), Canadá (7.3 millones), Australia (6.5 millones) y España (6.5 millones).

Sin duda, la inmigración envuelve toda una serie de factores que amenaza a las sociedades, como la crisis económica o las guerras, que a su vez promueve el tráfico de humanos como si fueran objetos.

Los diferentes organismos defensores de los derechos humanos y que buscan hacerle frente a esta problemática sólo se indignan y lamentan las pérdidas humanas, sin embargo se quedan cortos en acciones lo realmente necesario para erradicar esta grave situación que afecta a todo el mundo.