“América, el medio hermano del mundo. Con algo bueno y algo malo en cada tierra”. James Bailey

Juan Pablo Aguirre Quezada

Bahamas es un país compuesto por más de medio millar de islas e islotes, con una población menor a 400 mil habitantes distribuidos en poco menos de 14 mil kilometros2. Es una nación cuya población destaca por su desarrollo social y económico, con un Producto Interno bruto (PIB) per cápita de 32 mil dólares anuales en 2013, uno de los más altos a escala continental. Pese a esta bonanza la tasa estimada de desempleo calculada para esa fecha era de 16.2%, la cual se duplica para los jóvenes de 15 a 24 años, y uno de cada diez bahameños vivían por debajo de la línea de pobreza y una esperanza de vida de 72 años, menor a la de otros países de América del Norte. Parte de este problema es que uno de cada tres adultos de Bahamas están en condiciones de obesidad. Si bien la delincuencia no había sido un problema la desaceleración económica registrada en los últimos años propició un incremento de las actividades ilícitas como nunca se había registrado en la historia independiente de esta nación antillana.

Sus actividades económicas principales se enfocan a los servicios, con una derrama importante en turismo (que ocupa a más de la mitad de los trabajadores del país) y servicios financieros. La industria únicamente capta 7% de los ingresos y la agricultura 2%. Estas características han hecho de Bahamas un lugar de captación de dinero proveniente del exterior. Cabe destacar que el dólar americano tiene una amplia circulación en las islas, en especial New Providence (lugar donde se ubica la capital Nassau) y Paradise Island, a la par de la moneda bahameña.

La economía bahameña

El turismo es una prioridad para el gobierno de las Bahamas, a tal grado que tanto la población como las instituciones políticas tienen una cultura de cuidar a los visitantes, mantener limpias las playas, evaluación de los servicios recibidos en la tarjeta de salida del país, difusión de actividades, promoción de eventos sociales como bodas; además de contar con un estricto control migratorio que impide a los turistas trabajar en sus islas, entre otros. No obstante, aún existe el reto de diversificar la entrada de turistas de diferentes regiones de Europa, América Latina o Asia, ya que nueve de cada diez turistas proceden de Estados Unidos. Sin embargo, Bahamas ofrece otros atractivos para captar divisas, como casinos y servicios financieros, situación que deriva en diferentes acusaciones de actividades ilícitas como lavado de dinero o ser un paraíso fiscal. A este respecto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) incluyó en años pasados a esta nación caribeña en su lista gris, es decir, que no contaban con los suficientes estándares de transparencia para reducir el riesgo de la entrada de recursos ilegales. Por su parte el Instituto Basilea para la Gobernanza informó en su ranking de 2014 que Bahamas es un país de riesgo para el lavado de dinero al ocupar la posición 72 de 162 naciones estudiadas, con una calificación de 6.01 puntos tomando en cuenta que 10 es de alto riesgo y cero de bajo. A escala continental sólo fue superado por Paraguay (7.59), Haití (7.41), Bolivia (7.32), Panamá (7.16), Argentina (6.71), República Dominicana (6.68), Venezuela (6.42), Costa Rica (6.37) y Honduras (6.26).

Paraíso fiscal

Como respuesta a esta situación el gobierno de las Bahamas ha trabajado en normatividades que reduzcan estos riesgos, tales como la Ley para la creación de la Unidad de Inteligencia Financiera, las Obligaciones para Instituciones Financieras, y actas como la de Anti-Lavado de Dinero para Facilitar Labor de Policía y Cortes o sobre el destino de las ganancias provenientes del Lavado de Dinero. En contraste contra las críticas de ser un paraíso fiscal, este país obtuvo una clasificación destacada en el índice de la Percepción de la Corrupción 2014 elaborado por Transparencia Internacional. En dicho informe Bahamas tuvo 71 puntos, lo que le permitió ubicarse en el lugar 24 de 175 países evaluados. En comparación con otros países del continente el país caribeño está por debajo de Canadá (81 pts), Estados Unidos (74), Chile (73) y Uruguay (73), y superando a otras naciones como Costa Rica (54), Brasil (43), Colombia (37), México (35) o Argentina (34), entre otros. Este avance en la transparencia permitió que algunos analistas no consideren a Bahamas como un paraíso fiscal, además del endurecimiento de las medidas para las instituciones bancarias.

El reto del endeudamiento

En el futuro Bahamas afrontará importantes retos como contrarrestar los efectos del cambio climático y los riesgos que representa para sus costas tanto por la elevación del nivel del mar como por los efectos devastadores de los huracanes y ciclones. En materia económica es importante que el país recupere el dinamismo que tenía antes de la crisis de 2009 a fin de sustentar el elevado PIB per cápita que ha registrado en los últimos años y controlar el crecimiento de la deuda, así como diversificar sus socios comerciales, ya que gran parte de su economía está relacionada con el mercado estadounidense y en menor medida con Canadá y Gran Bretaña.