“En México, fuimos potencia petrolera sin tener una participación extranjera evidente”
Entrevista a Arturo Gálvez Medrano/Catedrático de la UAM-X
Lo importante no es menos reforma, sino más reforma;
hay que apresurar los cambios porque sólo así se puede.
Pedro Joaquín Coldwell, 29 de enero 2015.
Ofelia Alemán García
Luego vino el anuncio sobre el recorte de personal. Hace 20 años Pemex registraba 250 mil trabajadores, hoy en día son 125 mil y se estima que ese número se reduzca al 50%. ¿Más apertura, más licitaciones, más despidos? Estaba implícito.
En el momento que Pemex terminara de abrirse a la inversión extranjera, muchos trabajadores no encontrarían espacios en las “nuevas” empresas. Cada empresa contratada generalmente mueve a sus propios trabajadores a través de sus numerosas filiales. ¿Qué le espera a Pemex?
En Siempre! hacemos el comparativo con Brasil y Petrobras. Para México, nos apoyamos de los comentarios especializados del doctor Arturo Gálvez Medrano, especialista en política petrolera e historia de Pemex de la Universidad Autónoma de México, Campus Xochimilco. Autor de Crónica de la industria petrolera en México, 1970-1988, publicado por Pemex, el doctor Gálvez también cuenta con numerosos artículo sobre petróleo disponibles en la Red Latinoamericana de Revistas (Redalyc)
Aperturas similares
Es curioso reconocer que el caso de Pemex no es único en el mundo. De los 10 países que más producen petróleo fuera de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo), todos tienen empresas estatales con participación del capital foráneo. Es como decir que el rubro de petróleo está acaparado por los empresarios globales y algunos cuantos privilegiados nacionales.
El caso de Brasil con Petrobras, puede ser muy similar al de México con Pemex pero 10 años al futuro. Ambos países tienen una institución encargada de administrar la riqueza del petróleo. La Comisión Nacional de Hidrocarburos ahora en México y la Agencia Nacional de Petróleo, creada hace 10 años en Brasil.
“La transformación de Pemex se remonta al auge de los años setenta, cuando la economía se petrolizó y los recursos que entraban al país por concepto de las exportaciones petroleras, en lugar de reinvertirse en la empresa paraestatal, fueron destinadas para salvar las maltrechas finanzas nacionales”, aclara Arturo Gálvez Medrano.
“En esos años, hubo economistas que destacaron la no petrolización de la economía mexicana, pues las actividades petroleras sólo representaba el 6% del producto interno bruto; mientras quienes argumentaban lo contrario, afirmaban que sí porque el 60% del monto total de la captación de divisas extranjeras provenían de las exportaciones petroleras. En la actualidad, el monto total de las divisas que entran al país por concepto de las exportaciones petroleras asciende al 40%.”, señala el doctor Gálvez.
México: petrolización de las finanzas
Y eso que Brasil no es país petrolero de abolengo como México, nosotros apenas iniciamos esta carrera de apertura.
El petróleo brotaba del suelo; nuestros antepasados usaban el chapopote para limpiar los dientes. Las primeras compañías en México fueron norteamericanas en Tamaulipas. Luego vino la nacionalización en 1936 y desde entonces Pemex ha ido “abriendo” poco a poco la posibilidad de contratar empresas para muy diversos servicios y con contratos “de riesgo”. Tal vez el primer periodicazo de alguna petrolera vinculada con México la dio Repsol en 1992.
“El arribo en pleno de los tecnócratas se dio con Miguel de la Madrid, sin embargo, fue con el gobierno de su sucesor, Carlos Salinas de Gortari, cuando con el pretexto de hacer más rentable las actividades de Pemex lo reorganizó en forma gerencial. Por otro lado, al imponerle impuestos tan altos a Pemex, impactó las inversiones en el mantenimiento y la construcción de nuevas refinerías. Además de la crónica descapitalización de Pemex, pronto se manifestó el atraso tecnológico, su incapacidad de competir en el mercado internacional y el rezago en la satisfacción de los requerimientos nacionales de algunos petrolíferos se hizo evidente,” advierte el doctor Gálvez.
En el caso mexicano, las finanzas dependían del petróleo y en Brasil, los ingresos petroleros contaban con una considerable participación extranjera.
Petrobras: el futuro de Pemex
Petrobras abre inversión y a 10 años de distancia el crecimiento es exponencial hasta convertirse en una de las tres más rentables del mundo. Tiene participación en 23 países y una forma de organización bajo estándares de calidad internacional que la hicieron crecer 1200% en una década. La producción nacional de Brasil se duplicó considerablemente (de 1.1 a 2.5 millones de barriles diarios en aumento) y es una de las que sostiene el Índice Dow Jones de Sustentabilidad.
No sólo eso, gracias a la incursión de nuevas tecnologías el paradigma petrolero mundial está mudando en Brasil con los biocombustibles como el etanol y el alcohol. A diferencia de México, un detalle radical puede ser que la compañía holandesa Royal Dutch Shell nunca ha dejado de participar de las ganancias petroleras cariocas, tal vez por eso Petrobras mantenga su centro de operaciones en Holanda.
¿Y Pemex?
En México, fuimos potencia petrolera sin tener una participación extranjera evidente. “Cuando el auge petrolero mexicano, Pemex demostró las capacidades de sus trabajadores y el potencial petrolero que se contiene en el subsuelo de algunas regiones de la Republica, en tierra y mar. Entre 1976 y 1981, en ese lapso se convirtió en la cuarta potencia petrolera mundial y creció en un 96%; además, sextuplicó la producción de crudo, duplicó la de refinados y cuadruplicó la de petroquímicos entre otros logros. Sin embargo, también creció la deuda extranjera de 20 mil millones de dólares en 1976 a 80 mil millones en 1982. En esas circunstancias, Pemex dejó de ser la palanca de desarrollo económico, para convertirse en la entidad proveedora de las divisas con las cuales habría de pagarse a los acreedores internacionales y en lo sucesivo sería sostén de economía nacional”, nos recuerda el doctor Gálvez.
Pemex, el eterno subsidiario
Entre más jugadores más probabilidades de éxito. La frase de la competencia sana. Pero el gremio petrolero tampoco está exento de escándalos de corrupción. Supuestos sobornos en los contratos, el manejo opaco de las finanzas, el caso de los sindicatos y la venta de plazas, presiones a los gobiernos para obtener beneficios son todos escenarios globales. Aunque Pemex no desaparece, no será la misma. Tampoco ha sido ejemplo lustroso de transparencia hasta nuestros días.
“Sin dejar de ser el eterno subsidiario de la industria mexicana, Pemex pasó de ser potencia petrolera emergente, a la falta de inversión en exploración, extracción y procesamiento, así como un saqueo permanente por la vía de la corrupción, ahora la hacen ver como una empresa ineficiente.”
Finaliza el especialista en política petrolera: “Cuando el gobierno de López Portillo decidió aceptar los prestamos necesarios y adquirir los equipos más avanzados para exploración, extracción, procesamiento y distribución del petróleo, preciso de establecer contratos con todas aquellas entidades que pudiesen proporcionárselos, tanto nacionales como extranjeras. Fue a través de esos contratos donde se enquistó la corrupción en Pemex, pero cuando su crecimiento se aceleró, adquirió proporciones inimaginables y en el cual participan líderes sindicales, empresarios y funcionarios de todos los niveles de dentro y fuera de la paraestatal”.
Dos grandes millonarios en petróleo latinoamericano
Y para cerrar con broche de oro, ¿qué tan rentables serán Pemex y Petrobrás que los millonarios más grandes del mundo están interesados?
En México, Carlos Slim inició construcciones de Independencia 1, una plataforma marina en el litoral de Tabasco en el 2003 a través de su empresa CICSA. Los seguros de Pemex se gestionan a través de Banco Inbursa de igual forma.
Y en Brasil, George Soros a través de su empresa Soros LLC, tiene su mayor inversión en Latinoamérica desde el 2009.
El reto de Pemex es fortalecerse en las arcas del gobierno con la participación de capitales privados. No hay de otra; la apertura es un camino sin regreso. México así como Brasil siguen siendo muy atractivos para las petroleras. Y nos preguntamos: Pemex, ¿en crisis?

