Cambios de color
Humberto Musacchio
Pocos lo recuerdan, pero en 1988 el Partido Verde Mexicano (así se llamaba entonces) formó parte del Frente Democrático Nacional que tuvo a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato presidencial. Pasadas las elecciones de ese año se retiró del Frente y, ya como Partido Verde Ecologista Mexicano, en 1990 solicitó su registro ante el IFE, que se lo negó con el triste argumento de que las actividades ecologistas “no se consideran políticas”.
El PVEM impugnó la resolución y en febrero de 1991 el Tribunal Electoral le concedió registro condicionado, a condición de que cambiara de nombre, el que perdió el color para quedar únicamente como PEM. De poco le sirvió, pues no alcanzó el mínimo de ley de 1.5 de los votos y perdió el registro, pero nuevamente salió a pelear por su vida, y como el Código Federal Electoral establecía que el registro no se perdía cuando en alguna de las elecciones el partido obtenía el 1.5 de los votos, y como la verdulería consiguió 4.72 en las elecciones de asambleístas del Distrito Federal, conservó el registro.
En 1993, en asamblea nacional, el PEM agregó nuevamente la V a su sigla y pintó de verde su nombre para quedar como lo conocemos actualmente, con su fundador, Jorge González Torres, como presidente. En las elecciones de 1994, con el mismo González Torres como candidato presidencial, obtuvo más del mínimo, lo que ocurrió nuevamente en 1997, cuando el mismo dirigente fue candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal, y en 2000, año en que declinó para apoyar la candidatura del panista Vicente Fox e integrar una lucrativa coalición con el PAN, la que le dio cinco senadores y 16 diputados.
Como Fox no le diera al Verde los puestos que éste pedía en el gabinete, en 2001 se rompió la coalición y en 2003 y 2006 concurrió a las elecciones ya como aliado al PRI. En 2002, González Torres dejó su cargo en el comité ejecutivo nacional del PVEM y se lo heredó a su hijo, Jorge Emilio González Martínez, más conocido como el Niño Verde o el Niño Muerde, por aquello de los moches que se dieron a conocer en televisión.
Desde entonces, la verdulería vive un idilio con el PRI, aunque en algunas elecciones locales le ha sido infiel, movido siempre por la conveniencia. Desde hace tiempo el PVEM, al igual que el gobernador de Chiapas, formalmente del mismo partido, viene haciendo un ostentoso derroche en campañas publicitarias de diversa índole, sin que el Tribunal Electoral lo haya sancionado.
Las cosas han llegado a tal extremo que Morena ha denunciado repetidamente el tiradero de recursos de la verdura, en tanto que el PAN anunció que presentará una demanda penal contra el PVEM por usar en su provecho la entrega de vales a derechohabientes del IMSS y el ISSSTE. Igualmente, Acción Nacional prepara ya una querella ante el Instituto Nacional Electoral, porque, según Gustavo Madero, dirigente de los azules, la propaganda confunde, pues un voto por el verde es un voto por el PRI y tratan de engañar como si fueran partidos distintos. Pero, ¿de veras engañan a alguien?