Dos agentes fueron heridos de gravedad por disparos procedentes de un grupo de manifestantes, en medio de protestas en Ferguson contra los abusos policiales, que se concentraba frente a la comisaría de policía de esa localidad de Misuri, en Estados Unidos.

Es la primera vez que un agente es tiroteado, desde que se iniciaron las frecuentes protestas nocturnas en agosto, tras el asesinato por disparos policiales de Michael Brown, un joven negro desarmado; gran parte de las manifestaciones acaban en detenciones policiales.

La concentración de la noche del miércoles se dio horas después de que se anunciara la dimisión del jefe de la policía de Ferguson tras una investigación del Departamento de Justicia que reveló un patrón de discriminación racial contra los afroamericanos en el sistema policial, judicial y penitenciario de ese suburbio de San Luis.

Los dos agentes tienen “heridas muy serias de bala” pero sus vidas no corren peligro, aseguró el jefe de la policía del condado de San Luis, del que forma parte Ferguson, Jon Belmar; los disparos fueron accionados cuando los agentes de seguridad se enfrentaban a unos 60 manifestantes reunidos ante la comisaría.

Uno de los heridos, un oficial del Departamento de Policía de la localidad de Webster Grove de 32 años, recibió un disparo en la cara, mientras que el otro, de 41 y de la Policía del condado de San Luis, fue atacado en el hombro.

Sin precisiones del ataque

En conferencia de medios en el hospital en el que son atendidos los policías, Belmar dijo que no se ha identificado a ningún sospechoso, aunque expresó “he dicho muchas veces que no podemos mantener la tensión entre la policía y los manifestantes en Ferguson sin problemas. Este es un ambiente muy peligroso para nuestros agentes”.

Las circunstancias exactas del tiroteo se desconocen; el jefe policial no ha podido determinar si el autor o autores de los disparos estaban relacionados con los manifestantes. “no sé quién disparó, pero de algún modo estaban empotrados en ese grupo de gente que protestaban”.

De acuerdo con el reporte de un periodista del diario Saint Louis Dispatch, que presenció el incidente, entre los manifestantes había un grupo más agresivo, que cortó la calle y se mostró violento con los agentes; y otro que protestaba pacíficamente, una dualidad constante en las manifestaciones en Ferguson en los últimos siete meses, algunos asistentes provenientes de otras localidades han provocado altercados, desde saquear establecimientos hasta lanzar botellas a los policías.

El temor ahora es que la tensión derive en una escala de violencia hacia la policía. A finales de diciembre, dos agentes de la policía de Nueva York murieron por disparos de un hombre que dijo vengar la muerte de Michael Brown en Ferguson y de Eric Garner, un afroamericano desarmado que vendía ilegalmente cigarrillos y murió de asfixia al ser estrangulado por un oficial; en ambos casos un jurado exoneró a los agentes responsables de las muertes, lo que provocó las protestas.

Los inconformes concentrados la noche del miércoles frente a la comisaría de Ferguson han protestado porque consideran insuficientes las dimisiones, ejecutadas por la investigación del Departamento de Justicia, del jefe de Policía de Ferguson, Thomas Jackson, y del director gerente de Ferguson, el cargo público más importante de la ciudad.

En días anteriores, fueron suspendidos tres trabajadores que enviaron correos electrónicos racistas y dimitió el juez municipal después de que, tras las acusaciones del informe federal, traspasaran sus funciones a un juez estatal.

El Departamento de Justicia concluyó que los policías violaron rutinariamente los derechos constitucionales de los ciudadanos negros de Ferguson mediante un uso exclusivo de la fuerza y paradas de tráfico injustificadas que superaban ampliamente la demografía de esa comunidad; los abusos tenían fines recaudatorios y se alimentaban de una cultura racista.

En el municipio de 21 mil habitantes, la mayoría de ellos son descendientes africanos, pero los blancos ocupan la estructura política, policial y educativa.

Según la investigación federal, los ciudadanos afroamericanos representan el 67 por ciento de la población, pero enfrentan el 85 por ciento de las paradas de tráfico, el 88 por ciento de los casos en que la policía emplea la fuerza, el 90 por ciento de las citaciones judiciales, el 93 por ciento de los arrestos, el 95 por ciento de los detenidos más de dos días en la cárcel y el cien por ciento de las víctimas por ataques de perros policiales.

Honor y privilegio

La dimisión de Jackson será efectiva el 19 de marzo y recibirá una indemnización por despido y un año de seguro médico, indicó un comunicado del Ayuntamiento de Ferguson. En una carta, revelada por el diario Saint Louis Post, Jackson dice “que es tiempo de pasar página” y que ha sido “un honor y privilegio” servir a la ciudad de Ferguson y que “continuará” haciéndolo como ciudadano; no explica los motivos de su renuncia.

El alcalde de la ciudad, James Knowles, dijo en una rueda de prensa que, pese a la salida de Jackson, su intención es mantener el actual cuerpo policial de Ferguson, sin embargo, las acusaciones del Departamento de Justicia, han crecido las especulaciones que piden una completa reestructuración del área.

El Gobierno federal puede iniciar una negociación con las autoridades de Ferguson para forzar determinados cambios o demandar a la ciudad por una violación constitucional; en los últimos seis años, ha efectuado una veintena de investigaciones de derechos civiles en cuerpos policiales.

Información de El País, España