México en el mundo
*Angélica del Rosario Araujo Lara
El próximo mes de septiembre tendrá lugar un acontecimiento de la escala histórica a nivel mundial.
Del 25 al 27 de ese mes se llevará a cabo en Nueva York la Cumbre de las Naciones Unidas para la adopción de la Agenda de Desarrollo Post 2015, en el marco de la 70ª sesión de la Asamblea General de dicha organización.
Se trata del momento culminante de un proceso mundial de estudio, análisis, debate y construcción de acuerdos en torno a los objetivos que deberán guiar a la humanidad en el proceso de lograr un desarrollo global sostenible – y por tanto incluyente- en el futuro inmediato. Esta tarea, organizada por la propia ONU, ha significado un esfuerzo de varios años a lo largo de los cuales, en distintos espacios, las necesidades de la humanidad para los próximos 15 años han sido examinadas con amplia participación de países, organismos internacionales, expertos de diversas especializaciones y, de manera muy relevante organizaciones no gubernamentales de muy distintos ámbitos.
En México, el Senado de la República ha venido participando y ha abierto a la participación de los especialistas y de la sociedad civil este debate. Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha llevado a cabo un proceso muy amplio de consulta y comunicación con organizaciones no gubernamentales, fomentando su inclusión en la Construcción de la agenda.
Esta nueva agenda puede verse como una continuación revisada y reformada –y en esa medida crítica- de los Objetivos del Milenio, acordados en 200y programados en su conjunto para concluir en 2015. En la consecución de dichos objetivos, la comunidad internacional enfrentó una serie de retos, supo construir oportunidades y acumuló importante experiencias.
Los resultados del esfuerzo fueron, sin embargo, heterogéneos. Junto con avances sustanciales en diversas áreas prevalecen a nivel mundial rezagos sociales y diversas contradicciones en funcionamiento en los procesos de desarrollo nacionales e internacionales. Esto se traduce en precarias condiciones de vida y limitadas oportunidades personales y colectivas para la mayoría de la humanidad. Como consecuencia, se hizo indispensable una nueva propuesta general; una nueva agenda de desarrollo diseñada para transitar del estado de cosas existentes en la actualidad den los distintos países y regiones, a nuevas condiciones de convivencia social, en los cuales los seres humanos tengan gran acceso a recursos suficientes para garantizarse una existencia plena.
El documento en base para la discusión de la cumbre propone diecisiete objetivos a alcanzar, en su conjunto, en 2030. Éstos cubren todo el espectro de la necesidades del desarrollo sostenible, entre los cuales destacan, por su importancia central en la condiciones de vida de generaciones presentes y futuras, acabar con la pobreza, reducir la desigualdad entre las personas y entre los países, lograr la igualdad de género y combatir urgentemente el cambio climático.
Para el Estado mexicano, tal como lo ha manifestado el Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, Agenda de Desarrollo Post 2015 debe estar basada en una aspiración comprometida con la inclusión. A pesar de los grandes avances para el combate de la pobreza, es importante reconocer que persiste una gran desigualdad y falta de mecanismos de participación y acceso al desarrollo de los grupos más vulnerables, tanto en países en desarrollo con en naciones altamente industrializadas.
Ante este panorama, la Agenda de Desarrollo debe tener como eje rector a la inclusión. Debemos trabajar conjuntamente para lograr reducir la pobreza y desigualdad que tanto aquejan a México y al mundo. Asimismo, esta inclusión se puede llevar a cabo con la participación activa de los grupos más vulnerables, lográndolos hacer partícipes de la construcción de un país que busca cerrar brechas.
Presidenta de la Comisión de relaciones Exteriores Organismos
No Gubernamentales, del Senado de la República
@AngelicaAraujo