Renovar o no. Esa es la cuestión a votar en los comicios electorales del día de hoy en el Estado de Israel. Los votantes decidir si se renovarán el cargo de uno de los políticos más prominentes del mundo (Forbes, lugar número 23) y de la comunidad judía según el diario The Jerusalem Post. En el conflicto con Palestina, Benjamín Netanyahu, busca su tercer mandato como Primer Ministro al frente de su facción partidista, Likud.

Ha sido herido dos veces en combates de guerra. Ha participado en varias misiones desde 1967 cuando se unió a las fuerzas armadas incluida la guerra del Yom Kippur (guerra árabe-israelí) de 1973. De 1966 a 1999, Netanyahu fue primer ministro de Israel. Desde entonces, se ha desempeñado como un político reconocido en la esfera mundial por su contundente oposición a la independencia de Palestina. No fue sino hasta las elecciones de 2013 cuando con un gobierno de coalición, se convirtió en premier por segunda ocasión.

Cabe señalar que la administración del presidente estadunidense Barack Obama, se ha pronunciado en contra de las declaraciones conservadoras del hoy todavía premier de Israel. Incluso, desde el 2009, en el famoso discurso de El Cairo, el presidente Obama propuso abiertamente una solución al conflicto palestino en tanto Israel aceptase la creación de un estado. Por el contrario, Netanyahu cerró toda posibilidad de negociaciones futuras a pocos días de las declaraciones de Obama, al declarar que sólo aceptaría un Estado Palestino si no tuviera un ejército propio, si Jerusalén se conservara como la capital de Israel, salieran de la zona palestina de West Bank y si no cruzaran jamás por el territorio de Israel.

En campaña, Netanyahu admitió que no aceptaría la creación de un estado Palestino de seguir en el poder. Y esta mañana al ejercer su voto a las 7 am, declaró que “para prevenir la llegada de un partido de izquierda al poder sólo se puede hacer una cosa, votar por el Likud.”

La coalición de izquierda puede arrancarle el triunfo a Benjamín Netanyahu. La segunda facción más poderosa en estas elecciones, la coalición de centroizquierda de la Unión Sionista, el partido laborista y la exministra centrista Tzipi Livni, han obtenido resultados favorecedores en encuestas previas a la elección. Por lo que la bandera de la alternancia podría ondear con los primeros rayos del sol el día de mañana en el parlamento israelí.

La incorporación de último momento de la ministra Livni podría atraer más votos a esta coalición al buscar a la comunidad ultraortodoxa judía. Incluso, el ministro de comunicaciones del gabinete del todavía premier Netanyahu, declaró que ha votado en contra de la Likud por ser el líder de uno de los partidos opositores Kulanu.

El representante de la coalición de izquierda es el laborista Isaac Herzog, en quien recaen los ojos del mundo en este día tan anunciado. “La elección es entre el cambio y la esperanza o entre la desesperación y la desilusión”, declaró Herzog después de ejercer su voto el día de hoy igualmente. “Quien quiera seguir el camino de Netanyahu, la desesperación y la desilusión pude votar por él. Pero quien quiera el cambio, la esperanza y un futuro realmente mejor para Israel que vote por la Unión Sionista bajo mi liderazgo y me entregue el mandato, con toda fuerza, para formar un buen gobierno para Israel y cambiar el sentido para ir en una mejor dirección, hacia un mejor futuro”, concluyó.

El mundo entero espera la decisión final de los votantes israelíes convocados anticipadamente a estas elecciones. Aunque en el padrón electoral hay 6 millones de ciudadanos registrados, se cuenta con información que cerca del 45% ejercerá su voto oportunamente. Esperemos que el umbral sea superior.

Con información de El País y The Jewish Virtual Library.