Entrevista a Carlos Alberto Martínez Castillo/Profesor de la UP y del ITESM

 

 

 

Hemos permitido que los mercados modelasen ciegamente nuestra economía, y al hacerlo, también nos han modelado a nosotros y a nuestra sociedad.

Ahora tenemos la oportunidad de preguntarnos si la forma como nos han modelado es lo que queremos.

Joseph E. Stiglitz

 

Ofelia Alemán García

Economías emergentes y demás jugadores, atrapados a ciegas en un full house. Quien entienda póker que lea entonces la malgastada economía casino en que estamos arremetidos desde hace varios lustros. Ésta es la economía de las casas de bolsa. Ojalá fuera la de las casas de todos los mexicanos, la de la recuperación, la del crecimiento, la del ahorro familiar.

“En lo que va de 2015, la depreciación del peso ha sido de 4.8%, cifra inferior en comparación con el euro, que reporta una pérdida de 14,4%; o el del dólar canadiense, con una baja de 10%” (Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda, 11 marzo 2015) ¡Estamos mejor que la eurozona! Y nuestro peso al menos está apreciado 4.25% frente al dólar canadiense, 10.38% frente al real brasileño, y 5.35% frente al peso colombiano; es decir, menos devaluado que otras divisas. Alta volatilidad; es como en una partida de póker en vivo, jugando con dinero real. “Vamos a subastar diariamente 52 millones de dólares de las reservas hasta controlar las fluctuaciones”, informa el Banco de México.

Primero la caída del barril de crudo, ahora el peso. Todas las divisas internacionales están depreciadas. ¡Inverosímil! ¡Pareciera un complot mundial para fortalecer el dólar! “Parece un complot pero más bien es una estrategia para fortalecer las economías del mundo”, nos explica claramente el doctor Carlos Alberto Martínez Castillo (Grupo Radio Fórmula y Radio Capital), especialista en finanzas internacionales y catedrático de la Universidad Panamericana así como del Tec de Monterrey.

EU, la economía más fuerte del planeta

“Hoy Europa está en absoluta recesión, incluso presenta un grave fenómeno deflacionario, al igual que Japón, que lleva una década de estancamiento. China crece al 6% y no al 11% como se predijo. Hace unos años era China el motor de la economía mundial. Pero hoy, la economía más fuerte del planeta es la de Estados Unidos. La moneda más fuerte hoy es el dólar norteamericano. Estados Unidos no sólo está creciendo bien sino que se está recuperando. Su moneda es muy apreciada frente a todas las del mundo, por eso todas devalúan, es una estrategia cambiaria. México ha devaluado al 13%, Argentina al 22%, Rusia al 45%”, aclara el catedrático Martínez Castillo, también socio de Excel Consultores Internacionales y director del periódico financiero Capital de México.

Tres recesiones seguidas en la eurozona. Cuando apenas se veía una luz de esperanza a mediados de 2014, Italia, Alemania y Francia informaron números rojos. Después de la arrebatada frase del señor Wolfang Schaeube, ministro alemán de finanzas: “firmar cheques no ayudará a Europa”, llegó el golpe de Syriza en Grecia. Y firmaron un cheque por trescientos millones de euros para rescatar el PIB de Europa hasta 2016. El euro depreciado; el yen también.

¿Qué fue lo que sucedió el 1 de marzo en el sistema financiero internacional?

La eurozona y Japón empezaron a inyectar dinero en sus regiones para bajar sus tasas de interés como una estrategia para estimular sus inversiones. ¡Pero lo que hicieron fue fortalecer más el dólar! Lo que nos permite suponer que el euro pueda devaluarse hasta 1.10 dólares por euro y que el peso se fuera hasta los 16 pesos por dólar en días subsecuentes.

¿Hasta cuándo tendremos esta depreciación del peso mexicano?

Hasta que a Estados Unidos le convenga tener su moneda fuerte. Aunque crecer con una moneda muy cara no les conviene a la larga porque sus productos se vuelven muy costosos, al punto que no los podría colocar en el mercado internacional. Todos los sectores productivos de la Unión Americana están creciendo bien. Servicios, campo, industria… Y perder esa fuerza en el largo plazo sería muy riesgoso para los grandes empresarios norteamericanos.

México debe alinear su ciclo monetario al de EU

Acostumbrados a los “errores de diciembre”, los mexicanos están naturalmente temerosos del futuro inmediato. A la devaluación le sigue la crisis. “Nada de qué preocuparse”, sugiere en consecuencia el secretario de Hacienda.

¿Cuánto tiempo durará esta agonizante guerra de divisas?

El mundo entero está a la espera de lo que diga la Reserva Federal de Estados Unidos. Ellos tienen la batuta otra vez. Ahorita estamos padeciendo un momento de altísima volatilidad cambiaria hasta que Estados Unidos tome alguna medida estratégica. Se dice que subirá hasta un 0.25% su tasa de interés. El día que eso ocurra, automáticamente, las demás economías harán efecto espejo, de lo contrario tendríamos una depreciación mayor de las divisas. Por lo tanto, México tendrá que subir su tasa de interés igualmente en los próximos días para alinear su ciclo monetario con el de Estados Unidos.

¿Quién pierde y quién gana en las tasas de interés?

Las tasas de interés bajas benefician todas las inversiones del mercado de valores, las inversiones en bolsa y en general al ahorrador, las tarjetas de crédito, hipotecas, réditos, están más baratos; benefician también las exportaciones nacionales.

Las tasas de interés altas son lo opuesto y, en cuanto suban, los anteriores se verían perjudicados. Hay que estar alerta sobre el tipo de cambio en estos días.

Reformas no florecerán en este sexenio

 

Casi cuatro décadas en concluir las reformas estructurales llamadas también neoliberales, con todo y la ley de aguas, que datan desde la primer carta de intención firmada con el Fondo Monetario Internacional en los años ochenta. Inquietos, esperamos a que lleguen las golondrinas extranjeras.

Acostumbrados a la velocidad del “dedazo” y con la política de “con dinero baila el perro” así queremos ver los resultados de las reformas. Efectivamente podríamos ir más aprisa, de no tener piedras en el camino como la corrupción, los procedimientos poco claros, las licitaciones fallidas, la inseguridad todavía palpitante, la condena permanente sobre los derechos humanos, la desconfianza de los mexicanos. Si la tortura “no es generalizada”, el pesimismo sí lo es.

No en vano grandes empresarios mexicanos desplegaron su descontento en la prensa y le exigieron recientemente a nuestro mandatario Enrique Peña Nieto “garantizar a la sociedad, a las empresas, a sus trabajadores y a los organismos que las representan, las condiciones necesarias para cumplir sus objetivos y transitar con plena seguridad en todo el territorio”. Confianza debemos generar.

Exasesor del secretario de Hacienda y Crédito Público y de la Oficina de la Presidencia de la República, Carlos A. Martínez también fue ministro de Asuntos Económicos de la Embajada de México en EU; doctor summa cum laude en derecho financiero por la Universidad Panamericana, cuenta con una maestría Honours First Class por la Universidad de Warwick, Inglaterra, además de diversas especializaciones en finanzas. Sobre las reformas estructurales, también tenemos su opinión.

¿Por qué no han funcionado las reformas estructurales?

No es que no funcionen, más bien les falta tiempo. Algunas reformas tardaron en llegar, otras están deficientes, con muchos procesos y trámites. Por ejemplo la energética llegó tarde. El momento económico de Pemex era hace 15 años, cuando el precio del barril era estable y la ganancia hubiera sido estrepitosa, pero no era el momento político de México. La reforma en telecomunicaciones, la laboral y la financiera llegaron tarde también. México lleva una década de pérdida de competitividad internacional. No teníamos las bases para competir con otros países. México ha estado en desventaja en la firma de tratados comerciales. La reforma hacendaria llegó en pésimo momento. Además de que son muchos trámites por cumplir, el contexto internacional actual es adverso. Se genera mayor carga fiscal para la planta productiva en vez de incentivarlos.

Pero si no hacíamos las reformas ahora, ¿entonces cuándo?

Necesitamos una suerte de alineación de tres factores: el político, el económico y el cultural. Sólo así podemos tener la correcta promoción del desarrollo económico del país. Es muy difícil pero idealmente casi imposible. Definitivamente en este sexenio el presidente Enrique Peña Nieto no verá florecer sus reformas. Esta administración fue la que plantó la semilla de las bases para futuro pero en un contexto internacional muy presionado.

En conclusión, Estados Unidos sigue siendo el coloso mundial. Ya no se usa la palabra “imperio” pero hasta a ellos les afecta la especulación. Así que no hay una guerra de divisas, todavía. ¿Tiene usted un refugio contra bombas? Prepárese. Porque la verdadera guerra mundial se desatará cuando entre a competir el yuan, de China.

@ophelyas